Mes: agosto 2023
-
-
Estoy agotado después de una semana larguísima.
Hoy he dado cuatro horas de clase y me han salido bordadas. Lo digo porque me peta, porque este es mi blog y me lo follo cuando quiero. Pero es que teníais que haber estado en la clase: joder, qué bien me ha salido. Sobre todo la primera, sobre la Teoría de la Identidad Social de Tajfel y Turner. En algún momento del fin de semana, si tengo tiempo, me pongo a escribir un post: mientras tanto, confórmate con el enlace, que no es poco.
Qué a g o t a d o estoy.
-
Silozhin “ha muerto” porque su avión “se ha caído”, de la misma forma que Carrero Blanco se murió porque su coche se puso a volar.
Los eufemismos pueden ser ridículos.
Pd: parece una traducción automática de The Guardian.
-
Esto es verdaderamente flipante. Leedlo.
-
7 horas de clase
Hoy tengo 7 horas de clase y no sé cómo me lo voy a montar. Está todo preparado, tengo las presentaciones, las fotocopias y los textos y los guiones de las clases. Pero siete horas seguidas son una barbaridad. ¿Sobreviviré?
Actualizado a las 19:58: Pues sí he sobrevivido, pero ahora mismo no sé ni quién soy. En las últimas dos horas de clase he estado a punto de que me entrara un ataque de risa. Si esto es lo que me espera para el resto de curso…
Actualizado a las 21:31: Pues sigo catatónico. Seguiremos informando porque sé el interés público que despierto. Como este blog, en realidad.
-
Una puntualización respecto a lo que escribí el domingo: el sinti es una variante del romaní que se habla en Europa Occidental. Ojo: no todas las poblaciones sinti (entre 9 y 12 millones, según este artículo del Goethe) hablan sinti (no llegan a 200.000 hablantes).
Las personas hablantes de lenguas gitanas están, mayoritariamente, en una situación de diglosia, e. d., de bilingüismo selectivo (como hablar en casa una lengua y en la escuela, otra). El tema de la diglosia es la pera; ya hablaré de eso en otro momento, que tiene mucha mandanga.
-
No se puede sacar a nadie del armario de la sexualidad, ni del cultural, ni del étnico, ni del profesional, ni del religioso, ni de ninguno. No se puede sacar a nadie de ningún armario: eso es violencia.
-
El romaní y el caló no son lo mismo
A propósito del uso de las lenguas de España en el Congreso de los Diputados, la Caverna ha salido protestando diciendo que si las variedades gaditana, el murciana o el «apitxat» debían estar también representadas. Uno de los faros morales de la Caverna Twitter, un tal Ricardo Fernández, psicólogo (risas enlatadas), ha venido a decir que el romaní también debería estar representado. Otro va y pregunta que qué hacemos con el «calé» (se refiere al caló de toda la vida, aunque lo del nombre es otra historia) y éste le responde que «son los mismo».
No seas tan tonto como Ricardo Fernández. El «cale» y el «romaní» no son lo mismo. «El caló y el romaní son lo mismo»
Mira, no, no son lo mismo. ¿Qué diferencia al romaní del caló? El romaní es una serie de hablas indoeuropeas de tipo indoiranio que hablan las poblaciones gitanas de Europa. No tienen nada que ver con el castellano y tienen una estructura fonológica, morfosintáctica y léxica más próxima a lenguas como el hindi, el panyabi o el persa que con cualquiera de las lenguas románicas. Además, hasta donde yo sé, el romaní o «romanó», como dice Nicolás Jiménez González (2009), no se habla en España. El caló, por su parte, es un «pogadolecto», e. d. «un habla [gitana] cuya estructura gramatical está tomada de una lengua A, en la cual se inserta un léxico procedente de una lengua B» (p. 152): o sea, tiene una estructura castellana y un léxico de las hablas romaníes. Por cierto, algunas de esas palabras han entrado al castellano como peter por su home: «jiñar», «menda» o «paripé». El caló, como el romaní, tampoco es un sistema unitario, sino que, aunque predomine el hispanorromaní, existen variedades en todas las áreas bilingües del país (Gamella et al., 2011). Así que el caló y el romaní no son lo mismo.
Pero da lo mismo: la respuesta sigue siendo sí a todo. Si los miembros del Congreso de los Diputados representan al pueblo, entonces todas las hablas deberían estar representadas, sin excepción. ¿Que hay necesidad de traducir las intervenciones? Pues fenomenal. Como se hace en cualquier foro «respetable», sea el Parlamento Europeo o la Asamblea General de la ONU.
Lo que te preocupa a ti, Ricardo, no es que la variedad murciana no esté representada, que ya lo está y nadie mueve una ceja si alguien la usa para intervenir, lo que de verdad te perturba es que se hable catalán o euskera en el Congreso.
Tonto.
Henrich (2020), p. 96 y 97.