Ya no coges el teléfono porque es invasivo y te hace perder el tiempo. No como Whatsapp, Twitter, Instagram o Tiktok, que no tienen ningún impacto en tu vida, en cómo gestionas tu tiempo, en lo que haces, en lo que comes o en lo que compras. Porque pudiendo solucionar algo con 91 mensajes de texto en un plazo de dos horas y media, ¿para qué vas a hacer una llamada para aclararte en tres minutos? ¿Estamos locos o qué?
Y luego: ¿qué es eso de forzarme a responder cuando me llamas? ¿Hay algo más invasivo que llamar por teléfono, si exceptuamos que todo el mundo sepa a qué hora te conectaste por última vez o si has leído los mensajes? Quitando eso, no hay nada.
Llamar es sólo para las urgencias, de la misma manera que enviar 54 mensajes de buenos días o reenviar a todos tus contactos ese mensaje que te parece un poco gracioso (no mucho) es algo absolutamente necesario para el ejercicio de tu libertad. Como darle like a un mensaje cuando te has quedado sin nada que decir, no sea cosa que la otra piense que no has respondido o no quieres responder.