Lo que estoy haciendo con mi clase de segundo de psicología es flipante. En serio.
Post intrascendente.
Lo que estoy haciendo con mi clase de segundo de psicología es flipante. En serio.
Post intrascendente.
The Guardian dice que el nuevo partido de Wagenknecht es «izquierda conservadora» porque está a favor de ampliar los derechos laborales pero quiere transformar las políticas de inmigración para hacerlas más restrictivas.
The former Left Party politician presented her team at a press conference in Berlin. It aims to defy labels with a mix of left-leaning economic, conservative migration and pro-Russian foreign policy initiatives. →
Me explota la cabeza, aunque quiera ser openminded. La izquierda del siglo XXI se centra en la participación e intervención del Estado, la preocupación por el medio ambiente y el bienestar social. Restringir la inmigración choca con el último punto. No puedo imaginármelo de otro modo ni puedo pensar en algún argumento que justifique que el bienestar social debe distinguir pasaportes, fenotipos o cualquier otro criterio.
La justicia social es para todas o no es justicia y, por tanto, la izquierda conservadora no existe porque no es izquierda.
Un hecho curioso sobre la percepción auditiva es la capacidad del cerebro para llenar los «agujeros» en el sonido. Este fenómeno se conoce como «percepción de continuidad» o «continuidad auditiva». Incluso cuando hay interrupciones breves en un sonido, el cerebro tiende a completar la información faltante, permitiendo a las personas percibir una secuencia ininterrumpida.
Un ejemplo clásico de esto es el efecto conocido como el «tic-tac del reloj». Si escuchas el sonido de un reloj de tic-tac y se elimina un tic o tac ocasionalmente, tu cerebro todavía percibirá la secuencia continua del tic-tac. Esto destaca la capacidad del cerebro para llenar los huecos en la información sensorial y crear una experiencia coherente, incluso cuando la realidad es fragmentaria.
Este fenómeno es fundamental para nuestra capacidad de entender el habla y la música, donde las pausas y las fluctuaciones en el sonido son comunes. La percepción de continuidad auditiva es un ejemplo fascinante de cómo nuestro cerebro trabaja activamente para interpretar el mundo que nos rodea.
Referencias
Goldstein, E. B. (2018). Cognitive Psychology: Connecting Mind, Research, and Everyday Experience. Cengage Learning.
¿Os acordáis del volcán islandés? Pues mirad qué pedazo de fotos está dejando:
Que a nosotros nos encantará, pero a las personas que viven en Grindavík les está haciendo una gracia que no veas.
Hoy voy a compartir mi fascinación por el caso del Paciente EP (joder, qué redicho soy), una de las historias que presento con más detalle a mis alumnos de primer curso de psicología, junto al Caso HM, que no tiene nada que ver con la cadena de ropa. El caso del Paciente EP es extraordinariamente revelador para la comprensión de la memoria y las funciones cerebrales.
EP (las iniciales del paciente) sufrió daño cerebral bilateral en el hipocampo debido a una encefalitis viral en 1992. Este incidente resultó en una amnesia anterógrada severa, o sea, que no podía formar nuevos recuerdos a largo plazo después de la lesión, aunque sus recuerdos anteriores al daño cerebral permanecieron intactos. La amnesia de no acordarte de lo que hiciste en el pasado es la retrógrada, por cierto.
El estudio Squire reveló que, a pesar de su amnesia anterógrada, las funciones cognitivas generales de EP, como las habilidades lingüísticas, se mantenían en su totalidad. Este hecho sugiere una especialización en la función del hipocampo en la memoria declarativa, sin afectar otras capacidades cognitivas.
Una característica notable del caso fue la conservación de la memoria no declarativa o procedimental, incluyendo habilidades motoras y hábitos aprendidos, indicando que diferentes tipos de memoria podrían depender de regiones cerebrales distintas. En otras palabras: a pesar de que tenía dificultades para formar nuevos recuerdos conscientes (aquellos que se pueden expresar con palabras, como eventos cotidianos o información específica) sí podía aprender nuevas actividades motoras y nuevas rutinas aunque no recordara haberlas aprendido.
Otro de los fenómenos más flipantes era que cada vez que iban a su casa, EP no recordaba a los investigadores. Le tenían que explicar constantemente qué hacían allí. Entonces, EP les dejaba pasar y comenzaban con las pruebas. Un día, uno de los miembros del equipo cayó en la cuenta de que EP no les recordaba, pero les dejaba pasar cada vez con más rapidez. Empezaron a controlar el tiempo y comprobaron que, efectivamente, cada vez ese tiempo era más corto. ¿Conclusión? EP no tenía ninguna memoria de haber conocido a esas personas: no tenía ninguna memoria consciente. Sin embargo, había algún tipo de memoria procedimental y/o emocional porque confiaba en ellos y, por eso, dejaba que entraran antes.
El caso de EP contribuyó a la teoría de la consolidación de la memoria al sugerir que, si bien el hipocampo es esencial para la formación inicial de recuerdos, con el tiempo, esos recuerdos se consolidan en otras áreas del cerebro. Esto ha influido en la forma en que entendemos la relación entre el hipocampo y la memoria a largo plazo.
La investigación sobre el caso y sobre casos similares todavía continúa. Los hallazgos han llevado a nuevos enfoques en el tratamiento de trastornos de la memoria y han estimulado investigaciones adicionales sobre la plasticidad del cerebro y la especialización de las funciones cerebrales. Todos los años lo presento en clase para que mis estudiantes trabajan la atención y la memoria y la localización de las funciones cerebrales.
Es un caso que les flipa. Y a mí también.
Referencias
Squire, L. R., Stark, C. E. L., & Clark, R. E. (2004). The medial temporal lobe. Annual Review of Neuroscience, 27, 279–306.
Tengo muchísima tos, once again. Aquí puedes quedarte en casa y no ir a trabajar si llamas antes de las 7:15. ¿A qué hora me he despertado? A las 7:20.
¿Recordáis cuando había hostias para conseguir invitaciones de Bluesky, la red que iba a matar a Twitter de un ataque de progresía? Pues tengo cinco invitaciones muriéndose de la risa.
No puedo decir lo de «God bevare Danmark» ni con el pasaporte.
Estoy releyendo «Los siete pecados de la memoria», de Schacter y, en las primeras páginas, me encuentro con el caso de KF, estudiado por Shallice y Warrington. KF tenía el bucle fonológico dañado: recordaba sin dificultad experiencias cotidianas pero tenía problemas recordando palabras y secuencias de dígitos.
El bucle fonológico es un componente clave del modelo de la memoria de trabajo propuesto por Baddeley. La memoria de trabajo es un sistema que se encarga de procesar y manipular la información temporalmente, especialmente cuando estamos llevando a cabo tareas cognitivas complejas, como el razonamiento y la resolución de problemas. El bucle fonológico se ocupa del procesamiento de la información auditiva, especialmente las palabras. Este sistema es crucial para la retención temporal de información verbal y para el mantenimiento de la secuencia temporal de los sonidos del habla. El bucle fonológico está compuesto por dos subcomponentes: el almacén fonológico tiene la función de mantener temporalmente activa la información auditiva durante unos segundos. El repetidor articulatorio está involucrado en la subvocalización, e. d., la repetición interna de los sonidos disponible sen el almacén fonológico. La repetición articulatoria ayuda a mantener activa la información en el bucle fonológico y a facilitar su retención a corto plazo.
El bucle fonológico desempeña un papel esencial en tareas que implican el procesamiento y la manipulación de información verbal, como la comprensión del lenguaje, la lectura, la escritura y la memoria verbal. Pero opera de manera limitada en términos de capacidad y duración, y su papel es crucial en la ejecución de tareas cognitivas que involucran información verbal.
Cuando el bucle fonológico está dañado, bien porque se da alguna lesión, o bien porque se dé algún trastorno neurológico, la capacidad de una persona para procesar y retener información verbal, incluyendo palabras en lenguas extranjeras, resultará afectada. Es posible que se den problemas con la pronunciación y la discriminación auditiva, puesto que el bucle fonológico contribuye a procesar los sonidos del lenguaje, lo que es esencial para aprender la pronunciación correcta de palabras en una lengua extranjera. Si el está dañado, estos procesos no pueden completarse satisfactoriamente.
Además, pueden darse dificultades para retener información a corto plazo, puesto que esta es una de sus funciones fundamentales. Si no es posible retener las secuencias de sonidos durante el tiempo necesario para procesarlas por completo, el individuo no podrá memorizar y articular estas secuencias. Esto impedirá la memorización del vocabulario en la lengua de estudio.
Además, el proceso de formación de conexiones lingüísticas quedará dañado. Cuando aprendemos palabras como «liberación», se establecen vínculos con palabras próximas, como «libre», «libertad» o «liberar». Si estas conexiones no se establecen, se debilitará el aprendizaje de los significados ligados a procesos morfológicos regulares de la lengua. En otras palabras, no aprenderemos que el significado del sufijo -ción para componer palabras abstractas de género femenino, etc.
Aunque el daño al bucle fonológico puede presentar desafíos significativos en el aprendizaje de lenguas extranjeras, las personas con este tipo de dificultades aún pueden beneficiarse de enfoques alternativos y adaptativos para el aprendizaje de idiomas, como el uso de recursos visuales, la práctica intensiva y la repetición, así como la utilización de otras formas de memoria y aprendizaje. Pero requerirá un esfuerzo adicional y, a largo plazo, el ritmo a la que se producirá la adquisición de vocabulario nunca llegará a los niveles de los individuos sin esta alteración.
REFERENCIAS
Acheson, D. J., & MacDonald, M. C. (2009). «Verbal working memory and language production: Common approaches to the serial ordering of verbal information». Psychological Bulletin, 135(1), 50-68.
Baddeley, A. D. (1986). Working Memory. Oxford: Oxford University Press.
Baddeley, A. D. (2000). «The episodic buffer: a new component of working memory?» En Trends in Cognitive Sciences, 4(11), 417-423.
Baddeley, A. D., Gathercole, S., & Papagno, C. (1998). «The phonological loop as a language learning device.» Psychological Review, 105(1), 158-173.
Baddeley, A. D., & Hitch, G. (1974). «Working memory.» En Psychology of Learning and Motivation, 8, 47-89.
Gathercole, S. E., & Baddeley, A. D. (1990). «The role of phonological memory in vocabulary acquisition: A study of young children learning new names». British Journal of Psychology, 81(4), 439-454.
Gathercole, S. E., & Baddeley, A. D. (1993). Working memory and language. Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.
Schacter, D. L. (2001). Los siete pecados de la memoria. Madrid: Ariel.
Smith, E. E., & Jonides, J. (1998). «Neuroimaging analyses of human working memory». Proceedings of the National Academy of Sciences, 95(20), 12061-12068.