¿Quién se ha comprado una olla arrocera nueva? ¿Quién?
Sin la anterior no habría podido sobrevivir. Dios salve a la olla arrocera.
¿Quién se ha comprado una olla arrocera nueva? ¿Quién?
Sin la anterior no habría podido sobrevivir. Dios salve a la olla arrocera.
Los informativos de Danmarks Radio son mejores que los de TVE, diría yo. Pero claro, con dinero todo funciona mejor, siempre. Si TVE tuviera la financiación que tiene la DR, otro gallo les cantaría.
Por las mañanas, mientras me preparo para salir y desayuno, me pongo las noticias. Hace un rato estaban entrevistando a un experto danés en Oriente Medio. La periodista le ha preguntado que por qué la sociedad israelí está tan militarizada. La respuesta ha sido: Israel está en perpetua lucha por su existencia.
Efectivamente. Si no se hubiera creado, eso para empezar, la población no tendría que estar luchando por su existencia. Es decir: están utilizando una narrativa que justifica la agresión basándose en una premisa equivocada: que tienen derecho a ocupar esos territorios. No, no lo tiene, pero el sionismo que nos ha calado hasta el tuétano, nos ha convencido de que es así.
Otra vez igual. Me he levantado a las 6:30 de la mañana, totalmente despejado y descansado. En vez de anestesiarme con vídeos sobre temas que abarcan desde la cocina con Thermomix hasta la construcción de megaestaciones ferroviarias en China, me he dedicado a leer. Pero mi Tedeá es muy caprichosa (sí, su nombre se escribe con mayúscula, como todos los nombres propios) y ha decidido que hoy me tenía que dedicar a dos áreas del conocimiento humano: las doce tribus de Israel y las anomias, que es el fenómeno por el que hay personas que no pueden usar nombres comunes. Eso lo explicaré otro día.
Dos cosas tienen que quedar claras aquí: la primera es que parece que las nuevas rutinas me han cambiado el horario. Quién me ha visto y quién me ve, yo que era de los de dormirme a las seis de la mañana. La segunda es que Tedeá me da superpoderes y es la responsable absoluta de que sea una máquina de almacenar datos inservibles excepto cuando tienes que echar una partida al Trivial Pursuit. No recordaré dónde están las llaves, pero sí la fundación del Reino de Judá y que los macabeos eran unos intransigentes que detestaban la influencia griega.
Los griegos, ay los griegos.
6.44 de la mañana y sereno. 6.44 de la mañana del sábado 28 de septiembre. Llevo toda la semana levantándome entre las 4.45 y a las 5.00 y ahora pasa lo que pasa. Estoy descansado, he dormido perfectamente. Pero no son ni las siete de la mañana de un sábado y ya estoy danzando.
Por cierto, estoy escuchando a los cuervos gritar como locos.
Ayer por la tarde vino mi ex-jefe y buen amigo a visitarme después del incidente. Lo vi muy triste y con una cogorza del copón. Me contagió esa tristeza. No pude venir a su boda y eso me jodió. Que tengo «excusa», como él me dijo bromeando. Pero eso no hace que deje de joderme.
Estoy empezando a getting into terms with the fact that my life is here instead of 2000 km to the south, que es lo que le dije a él. Se alegró por alguna razón que no entiendo muy bien.
Me he dado cuenta de que después de todos estos años he sido capaz de crear una red de amigos aquí. No dejo de tener los de casa, pero estos también son buenos. Debería aprovecharlos.
Qué lío de texto. Allá va, publicado sin más, sin editar y sin releer. A tomar por ichi. Esto no lo lee ni Peter de todas formas.
Originally it was norange borrowed from the Spanish naranja. But at some point some unknom creative speaker must have reanalyzed a norange as an orange. Though the speaker’s and hearer’s analyses specify identical sounds for that particular phrase, anorange, once the hearer uses the rest of grammar creatively, the change becomes audible, as in those oranges rather than those noranges.
Steven Pinker
El lenguaje es un ente vivo que evoluciona constantemente, y uno de los fenómenos más interesantes que contribuyen a esta evolución es el reanálisis lingüístico. Este proceso ocurre cuando los hablantes reinterpretan una palabra o frase de manera diferente a su forma original. Es lo que ocurre en el ejemplo de arriba.
Un ejemplo clásico en español es el origen de la palabra algodón. Esta palabra proviene del árabe al-qutun, donde al- es un artículo definido. Sin embargo, cuando el término fue adoptado por los hablantes del español, se produjo un reanálisis y el artículo árabe se fusionó con la palabra, creando el término actual. En inglés, la palabra cotton tiene el mismo origen etimológico, pero no se incorporó el artículo. Este mismo proceso ocurre en muchísimas palabras que comenzaron con el artículo al- en árabe, como albahaca (de al-habaqa) y almohada (de al-mujadda). El castellano, de forma rutinaria, reanalizó estas palabras con el artículo incorporado.
Hablando del artículo en combinación con el género, nos encontramos con palabras como el azúcar o el agua. Aunque ambos son sustantivos femeninos, el uso del artículo masculino el se debe a razones fonéticas, pero este uso ha llevado a que algunas personas piensen erróneamente que estos sustantivos son masculinos. No es este agua, sino esta agua. De nuevo, el fenómeno del reanálisis está presente, pero esta vez en la estructura gramatical.
El reanálisis también puede llevarse a cabo en expresiones comunes. Un ejemplo coloquial es la nalga, que es la reinterpretación popular de las nalgas en singular. Este uso ocurre en algunos contextos informales, donde los hablantes reinterpretan el sustantivo plural como si fuera singular, cambiando su estructura original. También tenemos compuestos: a palabra enhorabuena proviene de la frase antigua en hora buena, que significaba “en un buen momento” o “en una hora propicia”. Con el tiempo se interpretó la frase como una única palabra, cambiando su estructura original.
El reanálisis es un motor importante de la evolución de las lenguas que permite que éstas se transformen y se adapten a las nuevas formas de comunicación. Puede comenzar con una confusión o malentendido, sus efectos pueden ser duraderos, influyendo en el vocabulario y la gramática de una lengua.
Pinker dice que no son guays, pero a mí estas cosas me súper flipan. Y, bueno, él dice que no pero bien que le dedica páginas y páginas en su obra. Para no interesarle sí que le dedica tiempo, oye.
Hoy tengo una reunión en la que tengo que decidir el futuro de muchas personas.
Cada semana hago check en uno de los grandes factores de estrés que una persona puede vivir a lo largo de su vida.
El equipo de guionistas de mi vida se droga y no ha dormido bien desde hace dos meses. Todos el equipo necesita pasarse unas semanitas en el Proyecto Hombre.
Este blog es mío y lo uso para lloriquear cuando me peta.
Ojalá estar aquí de nuevo.
Estoy en un momento de mi vida en el que una taza de té lo soluciona todo. Soy una mezcla entre una marica de barrio e Isabel II. Parece que mi vida sea un capítulo de Downton Abbey. No es que lo parezca, es que lo creo yo.
Ya he dicho la tontería del día.
El Guardian ha publicado 19 consejos para para tener relaciones de cualquier tipo más sanas.
Avoid fighting over who is right or wrong
“I’ve been doing this for almost 40 years,” says Marshall, “and I can’t tell you how many times I’ve listened to people having an ‘I’m right and you’re wrong’ argument”. Nobody has ever solved anything this way, he says. “All that happens is somebody will throw something else in, or they’ll find an example of the one time the other person was wrong. And we just go round and round in circles. However much you believe that your views are right, your partner believes just as much that their beliefs are right, too. You need to understand the position of each other better; then you can both soften and a third way will emerge. ‘I’m right, you’re wrong’ battles destroy relationships.”
Tengo que tomar una decisión que le va a joder la vida a una persona y no quiero. Es la primera vez y no estoy preparado. Sé que es lo que hay que hacer, lo mejor para la institución para la que trabajo y para todas las personas implicadas. Pero me horroriza pensar en lo que tengo que hacer.