No hace falta ser un premio Nobel para responder a esta pregunta: sí, la crispación política genera violencia. Pero esa crispación es alimentada todos los días por los panfletos de ultraderecha como El Mundo, que alimentan el odio y lanzan mensajes paletos, anticonstitucionales y tendenciosos, cuando no son simplemente mentira. Estos boletines consiguen envenenar a la ciudadanía con información falsa con la intención de alterar el resultado legítimo en las elecciones. No informan. No es periodismo: la democracia les molesta.


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