• El desarrollo temprano según David Stern

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    Me acabo de leer «Markante Forældre», de Rikke Yde Tordrup, que rata sobre la importancia de la participación activa de los padres en la vida escolar de sus hijos y cómo gestionar la situaciones de esas familias que están continuamente quejándose en las escuelas. No para de mencionar la teoría del desarrollo de David Stern, que centra su atención en cómo se produce este proceso a partir de las primeras interacciones del bebé con su entorno y cómo se construye el sentido del yo mismo a través de estas relaciones. En este artículo, voy a explorar ideas más importante de su enfoque, conocido habitualmente como «intersubjetivo».

    El enfoque de Stern: ¿cómo se forma el sentido del yo?

    Para Stern, el desarrollo del sentido del yo en los niños no es un proceso lineal ni jerárquico. Dice que desde los primeros meses de vida, los niños son capaces de formar diferentes «sentidos del yo», que se desarrollan en paralelo. Estos sentidos son las bases para la construcción de la identidad, la autonomía y las relaciones interpersonales.

    Stern distingue entre varios tipos de yo que surgen en etapas distintas del desarrollo:

    1. El yo emergente (0-2 meses). Durante las primeras semanas de vida, el bebé no tiene una experiencia consciente del yo como entidad separada. Sin embargo, ya muestra una sensibilidad innata hacia el mundo, buscando patrones y regularidades que le permitan organizar su experiencia. Esta etapa es fundamental para el establecimiento de una base sobre la cual se construirá el sentido del yo posterior.
    2. El yo nuclear (2-6 meses). En esta fase, el bebé empieza a experimentar un sentido de cohesión y continuidad a través de sus experiencias corporales y emocionales. La repetición de ciertos patrones —como la sonrisa de la madre o las sensaciones derivadas de la alimentación— dan lugar a una experiencia de identidad más estable y reconocible.
    3. El yo subjetivo (7-9 meses). Aquí es donde entra en juego la intersubjetividad. El niño empieza a comprender que los demás también tienen estados internos y que estos pueden ser compartidos. El juego de miradas, los gestos y la imitación son herramientas clave para que el bebé explore este nuevo campo de interacciones.
    4. El yo verbal (a partir de los 18 meses). Con la adquisición del lenguaje, el niño da un salto cualitativo en su desarrollo. Ya no solo comparte estados emocionales a través de gestos o expresiones faciales, sino que puede verbalizar y simbolizar sus pensamientos y emociones. Este avance permite una mayor complejidad en las interacciones sociales y un sentido del yo más diferenciado.

    La importancia de la intersubjetividad

    Uno de los aspectos más innovadores de la teoría de Stern es su enfoque en la intersubjetividad, que hace referencia a la capacidad de compartir experiencias subjetivas con otras personas. Stern sostiene que, desde muy temprano, los bebés buscan la sincronía emocional con sus cuidadores, lo que les permite construir un sentido de conexión interpersonal. Este proceso no es solo crucial para el desarrollo del yo, sino también para la creación de lazos afectivos y sociales duraderos.

    La intersubjetividad se manifiesta, por ejemplo, en el «ajuste afectivo» entre madre e hijo. Si la madre es capaz de sintonizarse con las necesidades emocionales del bebé —respondendo a su llanto o interactuando de manera juguetona cuando este lo solicita—, se crea una base sólida para el desarrollo emocional y social. Stern enfatiza que estas primeras experiencias de sintonía son esenciales para el bienestar emocional futuro del niño.

    La teoría de Stern en el contexto actual

    La visión de Stern ha sido especialmente influyente en áreas como la psicología del apego, la psicoterapia infantil y el estudio de las relaciones tempranas. Hoy en día, su enfoque se utiliza para comprender no sólo las relaciones madre-hijo, sino también para analizar problemas de desarrollo como los trastornos del espectro autista o las dificultades en la regulación emocional.

    Además, el enfoque de Stern ha sido relevante para aquellos que trabajan en la intervención temprana, ya que subraya la importancia de un entorno social y afectivo adecuado en los primeros años de vida. Comprender que el desarrollo del yo se construye a través de la interacción a las maestras y los maestros, y de ahí la razón por la que este asunto me interesa tanto, centrarse en el fortalecimiento de las relaciones interpersonales como una forma de fomentar el bienestar infantil.

    David Stern nos ofrece una perspectiva rica y compleja sobre el desarrollo infantil, que va más allá de las visiones tradicionales. Su énfasis en la intersubjetividad y la construcción del yo a través de la interacción con el entorno resalta la importancia de las relaciones humanas en los primeros años de vida. Comprender cómo se forman y evolucionan estos primeros lazos nos proporciona una valiosa comprensión del desarrollo humano en su totalidad.

    Bibliografía
    
    Fonagy, P., Gergely, G., Jurist, E., & Target, M. (2002). Affect Regulation, Mentalization, and the Development of the Self. Other Press.
    
    Schore, A. N. (2001). Effects of a Secure Attachment Relationship on Right Brain Development, Affect Regulation, and Infant Mental Health. Infant Mental Health Journal, 22(1-2), 7-66.
    
    Stern, D. N. (1985). The Interpersonal World of the Infant: A View from Psychoanalysis and Developmental Psychology. Basic Books.
    
    Trevarthen, C. (2005). “Action and Emotion in Development of the Human Self, its Sociability, and Cultural Intelligence: Why Infants Have Feelings Like Ours.” En Emotion in Early Development, editado por J. Nadel y D. Muir. Oxford University Press.

  • La normatividad: qué es, por qué es necesaria y cómo podemos gestionarla

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    La normatividad es un concepto que cada vez genera más debate. Todo esto normatividad. No hay discusión más socorrida entre los gafapastas (y mira que soy antiguo), que éste, no hay nada más instagramero que no ser normative. Es el corazón de una lucha cultural en la que todes, de una forma u otra, estamos inmersos. Pero, ¿qué es exactamente la normatividad?

    La normatividad es el conjunto de reglas y expectativas sociales que orientan nuestros comportamientos. Estas normas, explícitas o implícitas, nos indican cómo debemos comportarnos en distintos contextos sociales o cómo debemos ser o el aspecto que debemos tener. Las sociedades generan «normatividades» porque regulan nuestras interacciones y crean un marco que facilita la convivencia. Sin este marco, sería complicado, si no imposible, funcionar como comunidad.

    Desde una perspectiva psicológica, la normatividad cumple una función fundamental: reduce la carga cognitiva. En lugar de tener que analizar y decidir continuamente cómo comportarnos en cada situación, las normas sociales nos proporcionan una guía preestablecida. Así, podemos actuar de manera automática en muchas ocasiones, ahorrando energía mental para situaciones más complejas. Somos seres biológicos con una capacidad cognitiva mucho más reducida de lo que creemos. Estamos programados para pensar cuanto menos, mejor.

    Imagina la siguiente situación: vas por la calle, no hay nadie, está oscuro y ves que hay una persona a la que no ves los rasgos ni lo que está haciendo. Lo que deberías hacer es evitar a esa persona. No te puedes parar a observar si lleva un cuchillo o si te está siguiendo con la mirada. Porque si es así, cuando te des cuenta ya te habrá atacado. Por eso nos comportamos en esa situación sin pensar, sin considerar todas las variables del entorno.

    La normatividad es más o menos lo mismo. Para ser funcional en sociedad, no podemos procesar toda la información que tenemos a nuestro alcance en cada situación. Tenemos que saber reaccionar de manera rápida y efectiva, al menos estadísticamente.

    Sin embargo, aunque las normas que regulan nuestro comportamiento social son necesarias, la normatividad no es un ente fijo ni universal. Está cultural e históricamente situada. Lo que se considera normal en una sociedad o en una época puede ser visto como completamente inapropiado en otra, aún dentro de la misma sociedad. Las normas cambian con el tiempo y dependen de la cultura que las sostiene porque las circunstancias del entorno y la estructura de la propia sociedad cambian. Esta variabilidad hace evidente que no hay una única forma de hacer las cosas «bien», aunque la sociedad en la que vivimos nos haga pensar lo contrario. De ahí que las normas en cada sociedad sean diferentes.

    A pesar de su utilidad, la normatividad también puede ser una fuente de sufrimiento para quienes no encajan. Las personas que no cumplen con las normas físicas, ideológicas o comportamentales pueden experimentar exclusión o rechazo y eso sí es universal. Esto puede afectar a individuos por su aspecto físico—si son gordos, muy delgados, tienen una enfermedad visible, o un tono de piel diferente—o incluso por cómo piensan o eligen vivir sus vidas.

    Frente a este malestar, algunas personas buscan desafiar las normas sociales para aliviar el sufrimiento. En el ámbito de la comunidad gay, por ejemplo, los «osos» han creado una subcultura que celebra la apariencia física natural de hombres que no se ajustan al ideal de cuerpos jóvenes y musculosos. Sin embargo, lo que ocurre es que simplemente se sustituye una normatividad por otra. En lugar de eliminar el sistema, tal y como se cree que se está haciendo, se genera otro conjunto de expectativas que pueden terminar siendo igual de restrictivas. De ahí que todos conozcamos a los osos que van de divinos. Y por cierto, decir que van «de divas» es igual de misógino y asqueroso que decir «ése es un activazo» y «éste es una pasiva». A ver si nos enteramos que que te guste que te den por el culo no está mal y que puedes ser un «pasivazo», en masculino. En eso el inglés nos supera; la expresión «power bottom» es maravillosa, os tengo que decir.

    Desde un punto de vista psicológico, volviendo al tema, tal vez la solución no sea destruir las normas o sustituirlas con otras. Quizás el camino más saludable sea aceptar que no podemos agradar a todo el mundo ni cumplir con todas las expectativas. Lo realmente importante es aprender a querernos tal como somos, con nuestras imperfecciones. No se trata de adaptarnos a las normas o de crear otras que se ajusten mejor a nosotros, sino de aceptar que somos falibles y que no siempre encajamos. Como decía Carl Rogers, la aceptación total de uno mismo es clave para el bienestar. La autoaceptación no significa renunciar a mejorar, sino dejar de luchar por encajar en moldes impuestos y aprender a valorar nuestra individualidad.

    Eso no quiere decir que haya que sostener las normas nocivas e inflexibles. Al contrario, hay que luchar por la aceptación de cualquier persona, esté dentro de la norma o fuera de ella. Hay que intentar que no tener un comportamiento normativo no sea motivo de discriminación o de reacción social. Por cierto, ser un asesino en serie es igual de no normativo que ser maricón, así que no nos vale «no tener normatividades». Sí son necesarias, lo que tenemos que hacer, como sociedad, es evitar que éstas causen sufrimiento, a nivel individual y colectivo.

    Sigue leyendo:
    
    Berger, P., & Luckmann, T. (1991). La construcción social de la realidad. Amorrortu Editores.
    
    Foucault, M. (1977). Vigilar y castigar. Siglo XXI Editores.
    
    Rogers, C. (1961). On Becoming a Person: A Therapist's View of Psychotherapy. Houghton Mifflin.

  • ¿Es posible vivir sin Whatsapp?

    woman holding black smartphone at Whatsapp logo

    Parece que es imposible vivir sin WhatsApp. Esta aplicación se ha convertido en una herramienta esencial para mantenerse en contacto con tu gente y para interactuar en casi todos los contextos. Sin embargo, algunas personas optan por no utilizarla, ya sea por preocupaciones sobre la privacidad, la necesidad de desconectar o simplemente por preferir otras formas de comunicación.

    ¿Es posible vivir sin WhatsApp? La respuesta es sí. No hemos tenido WhatsApp hasta hace nada. De hecho, hacerlo puede traer importantes beneficios para nuestro bienestar. O eso dicen. Aunque la mensajería instantánea facilita la comunicación, también puede generar una dependencia que afecta nuestra capacidad para desconectar y vivir el presente.

    La desintoxicación digital se presenta como una alternativa aterradora pero posible para quienes sienten que la mensajería instantánea ha invadido su vida diaria. Vivir sin estas aplicaciones puede parecer radical, pero mucha gente, al reducir el uso de estos servicios, no solo recuperan tiempo, sino también la paz mental. La constante necesidad de responder de inmediato, el estrés por las notificaciones incesantes y la presión de estar siempre disponibles son factores que pueden afectar negativamente la salud mental.

    Dar un paso atrás y repensar cómo nos comunicamos puede ser el primer paso hacia una vida más equilibrada. Hay quienes optan por eliminar las aplicaciones de mensajería de sus dispositivos móviles y limitar la comunicación a correos electrónicos, llamadas telefónicas o encuentros presenciales. Estas alternativas, aunque más lentas, nos permiten reconectar con una forma de comunicación más pausada, dándonos tiempo para reflexionar antes de responder y evitando la inmediatez que puede resultar abrumadora.

    Una vida sin mensajería instantánea puede fomentar también interacciones más profundas y conscientes. En lugar de estar atrapados en conversaciones superficiales o múltiples chats a la vez, nos centramos más en las conversaciones cara a cara o en los momentos de soledad, que pueden ser igual de necesarios. La clave está en encontrar un equilibrio, donde la tecnología no sea una fuente constante de estrés, sino una herramienta al servicio de nuestra vida.

    La desintoxicación de la mensajería instantánea no solo es posible, sino recomendable. Volver a una comunicación más simple y menos inmediata puede ayudarnos a reducir el ruido digital, mejorar nuestra salud mental y recuperar el control sobre nuestro tiempo.

    Sigue leyendo:
    Carr, N. (2011). Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Editorial Taurus. – Este libro profundiza en cómo el uso constante de la tecnología, incluida la mensajería instantánea, afecta nuestra capacidad de concentración y reflexión.
    Newport, C. (2019). Minimalismo digital: en defensa de la atención en un mundo ruidoso. Editorial Paidós. – Newport explora el impacto de la sobrecarga digital y cómo desintoxicarse del uso excesivo de la tecnología, incluyendo la mensajería instantánea.
    Turkle, S. (2017). En defensa de la conversación: el poder de la conversación en la era digital. Editorial Ático de los Libros. – Un análisis de cómo las conversaciones cara a cara son fundamentales para el bienestar humano en contraste con las interacciones digitales.

  • Israel ha invadido el Líbano

    a flag flying on top of a stone structure

    Esta noche, Israel ha invadido el Líbano. Estados Unidos ya ha advertido a Irán que no haga nada, que tendrá consecuencias. Lo de siempre: Israel es el agresor genocida, Estados Unidos lo defiende, Europa no dice nada e Irán se pone a bramar, pero no hará nada. El mismo teatro de siempre.

    Porque es una cuestión de poder y dinero. Que Israel continúe las agresiones incrementa el gasto de material militar y a nadie le conviene dejar de ingresar esas perrillas que les vienen bien a todos, incluso a Alemania. ¿A quién coño le interesa la población? ¿Los procesos de paz? A nadie, es como la obra de teatro de navidad del colegio de los niños: a nadie le apetece, pero todos le damos mucha importancia. Una vez estamos allí, queremos salir corriendo. Cuando termina, todo el mundo está aliviado y esperando a la próxima. El año que viene. Pues esto es igual.

    Es deprimente. Haces una búsqueda de la bandera del Líbano enlace os bancos de imágenes gratuitos (los que uso para poner las imágenes aquí). A partir de la tercera línea, las banderas que aparecen son las de Estados Unidos y, guess what, Israel.

    Que juzguen al asesino Netanyahu ya.


  • Los informativos de Danmarks Radio son mejores que los de TVE, diría yo. Pero claro, con dinero todo funciona mejor, siempre. Si TVE tuviera la financiación que tiene la DR, otro gallo les cantaría.

    Por las mañanas, mientras me preparo para salir y desayuno, me pongo las noticias. Hace un rato estaban entrevistando a un experto danés en Oriente Medio. La periodista le ha preguntado que por qué la sociedad israelí está tan militarizada. La respuesta ha sido: Israel está en perpetua lucha por su existencia.

    Efectivamente. Si no se hubiera creado, eso para empezar, la población no tendría que estar luchando por su existencia. Es decir: están utilizando una narrativa que justifica la agresión basándose en una premisa equivocada: que tienen derecho a ocupar esos territorios. No, no lo tiene, pero el sionismo que nos ha calado hasta el tuétano, nos ha convencido de que es así.


  • El reanálisis lingüístico: un fenómeno presente en español

    Originally it was norange borrowed from the Spanish naranja. But at some point some unknom creative speaker must have reanalyzed a norange as an orange. Though the speaker’s and hearer’s analyses specify identical sounds for that particular phrase, anorange, once the hearer uses the rest of grammar creatively, the change becomes audible, as in those oranges rather than those noranges.

    Steven Pinker

    El lenguaje es un ente vivo que evoluciona constantemente, y uno de los fenómenos más interesantes que contribuyen a esta evolución es el reanálisis lingüístico. Este proceso ocurre cuando los hablantes reinterpretan una palabra o frase de manera diferente a su forma original. Es lo que ocurre en el ejemplo de arriba.

    Un ejemplo clásico en español es el origen de la palabra algodón. Esta palabra proviene del árabe al-qutun, donde al- es un artículo definido. Sin embargo, cuando el término fue adoptado por los hablantes del español, se produjo un reanálisis y el artículo árabe se fusionó con la palabra, creando el término actual. En inglés, la palabra cotton tiene el mismo origen etimológico, pero no se incorporó el artículo. Este mismo proceso ocurre en muchísimas palabras que comenzaron con el artículo al- en árabe, como albahaca (de al-habaqa) y almohada (de al-mujadda). El castellano, de forma rutinaria, reanalizó estas palabras con el artículo incorporado.

    Hablando del artículo en combinación con el género, nos encontramos con palabras como el azúcar o el agua. Aunque ambos son sustantivos femeninos, el uso del artículo masculino el se debe a razones fonéticas, pero este uso ha llevado a que algunas personas piensen erróneamente que estos sustantivos son masculinos. No es este agua, sino esta agua. De nuevo, el fenómeno del reanálisis está presente, pero esta vez en la estructura gramatical.

    El reanálisis también puede llevarse a cabo en expresiones comunes. Un ejemplo coloquial es la nalga, que es la reinterpretación popular de las nalgas en singular. Este uso ocurre en algunos contextos informales, donde los hablantes reinterpretan el sustantivo plural como si fuera singular, cambiando su estructura original. También tenemos compuestos: a palabra enhorabuena proviene de la frase antigua en hora buena, que significaba “en un buen momento” o “en una hora propicia”. Con el tiempo se interpretó la frase como una única palabra, cambiando su estructura original. 

    El reanálisis es un motor importante de la evolución de las lenguas que permite que éstas se transformen y se adapten a las nuevas formas de comunicación. Puede comenzar con una confusión o malentendido, sus efectos pueden ser duraderos, influyendo en el vocabulario y la gramática de una lengua.

    Pinker dice que no son guays, pero a mí estas cosas me súper flipan. Y, bueno, él dice que no pero bien que le dedica páginas y páginas en su obra. Para no interesarle sí que le dedica tiempo, oye.


  • El Guardian ha publicado 19 consejos para para tener relaciones de cualquier tipo más sanas.

    Avoid fighting over who is right or wrong
    
    “I’ve been doing this for almost 40 years,” says Marshall, “and I can’t tell you how many times I’ve listened to people having an ‘I’m right and you’re wrong’ argument”. Nobody has ever solved anything this way, he says. “All that happens is somebody will throw something else in, or they’ll find an example of the one time the other person was wrong. And we just go round and round in circles. However much you believe that your views are right, your partner believes just as much that their beliefs are right, too. You need to understand the position of each other better; then you can both soften and a third way will emerge. ‘I’m right, you’re wrong’ battles destroy relationships.”

  • Teoría del comportamiento de masas: ¿por qué actuamos diferente en grupos grandes?

    Masa enfurecida

    Éste es un tema que me flipa. La psicología social ha estudiado durante décadas cómo el comportamiento humano cambia cuando formamos parte de grupos grandes. Este fenómeno, conocido como comportamiento de masas, se manifiesta en eventos multitudinarios como protestas, conciertos o celebraciones deportivas. Aunque se trate de individuos autónomos y creemos que somos independientes, la influencia del puede generar comportamientos irracionales o inesperados. En este post explico las causas de estas diferencias y qué teorías las explican.

    El comportamiento de masas es un concepto de la psicología social que describe cómo los individuos tienden a actuar de manera diferente cuando se encuentran en un grupo grande, en comparación con su comportamiento individual o en interacciones con pocos individuos. Este fenómeno suele estar marcado por una pérdida de identidad personal. Esto hace que las personas adopten comportamientos que quizás nunca mostrarían en otras situaciones.

    Cuando hablo de identidad personal, me refiero a la conciencia que una persona tiene de sí misma como individuo único y el conjunto de valores, creencias y comportamientos asociados a tal idea. En el contexto de las multitudes, esta identidad tiende a diluirse o a desaparecer. Las personas dejan de creer que son quienes son y pasan a formar parte del grupo. Pepito deja de ser Pepito para ser un forofo del Madrid durante un partido contra el Valencia CF en Mestalla.

    Las multitudes influyen en la toma de decisiones, reducen la capacidad de autocontrol y fomentan acciones extremas. Estos comportamientos no se observan en circunstancias individuales. Uno de los factores clave que explica este fenómeno es el proceso de desindividualización.

    El término «desindividualización» fue introducido por Festinger en 1952 y elaborado después por Zimbardo, entre otros: se refiere a la pérdida de la autoconciencia y de la responsabilidad individual cuando las personas están inmersas en una multitud. En estas situaciones, la presencia de terceros disminuye el sentido de responsabilidad personal, y el comportamiento tiende a alinearse con el de la masa. Un ejemplo típico es el de los disturbios callejeros, donde las personas que normalmente no actuarían de manera violenta se ven involucradas en actos vandálicos simplemente porque «los demás lo están haciendo».

    Otro enfoque clásico para entender el comportamiento de masas proviene del sociólogo francés Gustave Le Bon, que formuló la teoría del contagio social en «La psicología de las masas» (1895). Cuando los individuos forman parte de una multitud, sus emociones y acciones tienden a contagiarse entre sí, lo que genera una especie de «mente colectiva». En este contexto, las personas pierden su individualidad y racionalidad, y comienzan a comportarse según las emociones predominantes del grupo, ya sea euforia, miedo o agresión. Por ejemplo, en una manifestación pacífica, si una pequeña fracción de la multitud comienza a mostrar signos de violencia, es probable que esa emoción se propague rápidamente, alterando el comportamiento del grupo entero.

    According to Le Bon , the crowd, in psychological terms, is a group of individuals who, in specific circumstances, acquire new characteristics that are very different from the characteristics of the individuals who constitute it. Although there are different kinds of crowds, they have similar characteristics, such as the power of destruction, the certainty of impunity and a direct relationship between the certainty of impunity and the size of the crowd.
    
    According to Le Bon, regardless of who is in a crowd, the individual conscious personality fades, and the group unconscious personality prevails. The crowd, in his position, constitutes a single collective being that is guided by a mental unity and a collective soul that makes individuals feel, think and act differently than they would independently. With the help of suggestion and contagion mechanisms, feelings and ideas can quickly become actions. The individual may display automated behavior, increasing the likelihood of violent occurrences.
    
    Vilanova et al. (2017)

    A diferencia de la teoría anterior, Turner y Killian han desarrollado la teoría de la emergencia de normas, que sugiere que las multitudes no son irracionales por naturaleza. Esta teoría argumenta que, aunque los comportamientos dentro de una multitud pueden parecer caóticos al principio, con el tiempo se desarrollan nuevas normas sociales que guían el comportamiento del grupo. Por ejemplo, en situaciones de crisis, como desastres naturales, las multitudes a menudo adoptan normas de ayuda mutua y cooperación, lo que desmiente la idea de que siempre actúan de forma violenta o irracional. Estas normas emergentes pueden ser influenciadas por líderes de opinión dentro del grupo o por factores situacionales.

    Sabemos que hay varios factores que influyen en cómo se comporta una multitud. Allá van algunos:

    1. Anonimato: Las personas tienden a comportarse de manera más extrema cuando creen que sus acciones pasarán desapercibidas o cuando predicen que no habrá consecuencias negativas si son descubiertas.
    2. Emociones compartidas: Las multitudes, en ciertas ocasiones, comparten emociones fuertes, ya sea entusiasmo en un partido que acaba de ganar el equipo de turno, o indignación en una protesta. Estas emociones compartidas refuerzan el comportamiento grupal y echan leña al fuego cuando salta la chispa.
    3. Imitación: El comportamiento de unos pocos individuos dentro de una multitud tiende a influir rápidamente en los demás, ya sea para bien o para mal. Si, por ejemplo, la situación está cargadita, en el momento en que alguien activa un comportamiento extremo deseado por los demás o catalogado como justificado, el resto de individuos mostrará una tendencia a activar comportamientos similares. Por ejemplo, cuando hay una protesta y la policía no actúa, en el momento en que uno de estos últimos le dé un porrazo a un manifestante, el resto de la policía tenderá a actuar de la misma forma.
    4. Influencias externas: Ligado con lo anterior, la presencia de la policía, la cobertura mediática o los discursos de líderes pueden alterar el comportamiento del grupo. En el caso de que haya periodistas en una protesta, por ejemplo, el volumen de las enunciaciones (e. d., cuando los manifestantes gritan «sí se puede»), subirá para que quede registrado el contenido de las mismas.

    En España, el comportamiento de masas se ha observado en eventos como las manifestaciones con mensajes políticos o los celebraciones deportivas, como lo que ocurrió cuando España ganó la Eurocopa. En estos casos, se ve cómo las emociones colectivas influyen en el comportamiento individual y unifican el comportamiento. La sensación de anonimato o la emoción compartida llevan tanto a celebraciones pacíficas como a momentos de tensión.

    El comportamiento de masas es un fenómeno flipante que revela cómo las personas pueden actuar de manera diferente cuando se integran en grandes grupos. Ya sea a través de la desindividualización, el contagio social o la emergencia de normas, está claro que los procesos psicológicos generados en las multitudes influye enormemente en la forma en que se comportan los individuos.

    Creo que ya lo he dicho, pero si no, lo repito: la psicología social y el comportamiento grupal me parecen alucinante porque nos permite entender cómo las interacciones pueden influir en actitudes, creencias y acciones individuales. A partir del estudio de lo social podemos entender cómo nuestras relaciones y nuestro contexto cultural moldean nuestras decisiones y comportamientos. Una cosa es quiénes creemos que somos, lo que pensamos y lo que hacemos cuando estamos solos. Otra muy diferente, cuando interactuamos o cuando formamos parte de un grupo. Entonces nos damos cuenta de que no somos del todo quienes creemos que somos. Y eso me flipa.


  • ¿Por qué evolucionan las lenguas?

    a couple of animals that are in the dirt

    Comprender por qué las lenguas cambian es fundamental para entender cómo los seres humanos nos comunicamos, evolucionamos culturalmente y nos adaptamos a las nuevas realidades sociales y tecnológicas. El estudio de la lingüística histórica no solo explica e ilustra nuestro pasado o los contactos entre diferentes civilizaciones, sino que también nos ayuda a entender cómo nuestro cerebro procesa, crea y modifica el lenguaje. Saber por qué cambian las lenguas nos permite apreciar la riqueza y diversidad cultural de las sociedades humanas y arroja luz sobre el funcionamiento interno de nuestra cognición y nuestra capacidad para innovar.

    Las lenguas evolucionan porque son sistemas dinámicos. A diferencia de otros sistemas artificiales, las lenguas están vivas en tanto que son utilizadas por personas reales en contextos cambiantes. Además, siguen un ciclo parecido a la de los seres vivos: nacen, crecen, se reproducen y mueren. Los seres humanos modificamos el lenguaje para adaptarlo a nuestras necesidades y a las situaciones sociales a las que nos enfrentamos. Esta flexibilidad innata hace que las lenguas sean maleables y estén en constante transformación.

    Cambios culturales y tecnológicos

    Para responder a esta pregunta es fundamental comprender la relación entre la evolución del lenguaje y los cambios culturales. A medida que las sociedades se desarrollan, el vocabulario y las estructuras lingüísticas cambian para reflejar nuevos conocimientos y tecnologías. Este proceso es evidente en la cantidad de palabras que incorporamos de otros idiomas o creamos para designar nuevos conceptos. Las lenguas evolucionan porque deben adaptarse al avance de la civilización humana. Quitando la Iglesia Católica, que no es que esté muy adaptada a los tiempos que corren, ¿quién utilizaría el latín para comunicarse en la actualidad? Sí, ya sé que algún degenerado hay por ahí, pero tampoco hay muchos.

    Un ejemplo: las lenguas que han sido «resucitadas», como el hebreo, pasaron por una fase de elaboración profunda de su vocabulario para poder designar realidades que no existían cuando dejó de hablarse. Por lo que tengo entendido, la muerte del hebreo se gestó durante el tiempo Imperio Neo-Babilónico en el siglo VI aC, cuando una gran parte de la población que hablaba esta lengua fue exiliada a Babilonia y se vio forzada a adoptar el arameo. Tras el regreso del exilio, ésta se convirtió en la lengua principal de muchas poblaciones judías, al mismo tiempo que el griego empezaba a destacar como lengua vehicular y de conocimiento. El hebreo se siguió utilizando en algunos contextos, especialmente religiosos, hasta que fue reemplazado por el arameo hacia el siglo III. Se estima que dejó de hablarse definitivamente unos cien años después.

    A finales del siglo XIX, Eliezer Ben-Yehuda impulsó su renacimiento como lengua hablada y paralelamente a la explosión del sionismo en Palestina. Hubo que modernizar el léxico hebreo, incorporando neologismos y préstamos de idiomas europeos. En 1948 fue reconocida como lengua oficial del Estado de Israel, donde es la lengua más hablada hoy en día. Es una lengua que ha cambiado muchísimo respecto al hebreo del siglo tercero, por razones obvias, y aunque toma la base de ésta, los hablantes del hebreo moderno son incapaces de entender el hebreo bíblico. Vamos, lo mismo que nos pasa a nosotros cuando leemos el latín.

    Psicología, biología y evolución

    Pero es que además de estas razones históricas y culturales, no hay que olvidarse del aspecto «biológico» de la evolución lingüística. Pinker, por ejemplo, dice que los seres humanos tenemos un instinto innato para el lenguaje, pero que este instinto no es totalmente rígido, sino que cambia y se adapta al entorno, como otras especies animales. Según este autor, la capacidad de aprender y modificar una lengua está profundamente arraigada en nuestro cerebro. El hecho de que los niños aprendan lenguas de manera natural y sean capaces de innovar dentro de ellas demuestra la naturaleza adaptable de nuestro sistema cognitivo. Esta capacidad de modificar y moldear el lenguaje se traduce en su evolución constante.

    Un aspecto menos obvio, pero igualmente importante, es el papel del azar, como en las mutaciones que se observan en los seres biológicos. Las lenguas no siempre cambian de manera ordenada o predecible. Hay veces en que son los factores aleatorios, como la simplificación de palabras o frases, una mala comprensión o una utilización errónea de algunos términos, o incluso las diferencias en la pronunciación, los que contribuyen a su evolución. Como la «cocreta», «ojalá» o «trabajar», de la palabra latina tripaliāre, que significaba «torturar». Con el tiempo, estas variaciones acumuladas se perpetúan porque resultan útiles o simplifican las enunciaciones y terminan transformando profundamente el sistema lingüístico.

    Además, la diversidad de lenguas en el mundo y su evolución no es más que es el resultado de la adaptación de los grupos humanos a diferentes entornos y circunstancias sociales. Así como las especies animales se diversifican a lo largo del tiempo, las lenguas también lo hacen para ajustarse mejor a las necesidades de las comunidades que las hablan. Por ejemplo, cuando dos o más lenguas entran en contacto, se intercambian palabras y estructuras gramaticales que añaden matices o complementan los recursos presentes en la lengua que toma prestados estos elementos. Los hablantes adoptamos términos que les resultan útiles de otras lenguas y eso termina por enriquecer y transformar con el tiempo nuestra comunicación.


    La evolución de las lenguas es un fenómeno natural que responde a factores culturales, psicológicos, biológicos y hasta cambios generados por el azar. El lenguaje no es un código fijo, sino un organismo vivo que refleja la capacidad humana de adaptación y cambio. Entender cómo y por qué las lenguas evolucionan nos ayuda a comprender mejor la naturaleza humana y su relación con la comunicación. La lengua que hablamos ahora no es la misma que hace 20 años. Hay palabras, expresiones y fenómenos gramaticales que son imparables, nos guste o no. Es totalmente inútil resistirse al cambio porque éste va a ocurrir, queramos o no.

    Lo que sí es importante es recordar que la lengua hay que cuidarla para que siga siendo lo que es: un instrumento de comunicación e interacción entre los seres humanos que es imprescindible para el desarrollo cognitivo y social de todas nosotras. Todo lo demás, es inútil.


  • Ansiedad en jóvenes LGTBIQ+: factores de riesgo y estrategias sociales

    La ansiedad es una experiencia común que afecta a personas de todas las edades y contextos. Pero en el caso de los jóvenes LGBTQ+, los factores de riesgo para desarrollar trastornos de ansiedad son significativamente mayores. Estos jóvenes se enfrentan a una serie de situaciones específicas que pueden hacerles más vulnerables a problemas de salud mental. En este post voy a hablar de esos factores y cuáles son las estrategias que más básicas para intentar mitigar los efectos de esta situación.  

    Factores de riesgo 

    El primero y más evidente es el estigma social y la discriminación que enfrentan los jóvenes LGTBIQ+. Estos jóvenes son objeto de burlas, acoso y exclusión en el colegio, en los espacios públicos o incluso en sus casas. El miedo constante a la discriminación y el rechazo llevan a niveles elevados de ansiedad que se manifiestan en contextos de interacción social significativa. En otras palabras: aparece en situaciones que van a marcar el desarrollo y el comportamiento a lo largo de la vida.

    El rechazo por parte de la familia es otro de los grandes factores de riesgo. La falta de apoyo y aceptación en el entorno familiar crean un ambiente de inseguridad emocional que potencia la aparición de trastornos de ansiedad. En casos extremos, este rechazo puede llevar a tirarlos de casa. Imagínate verte en la calle con quince años.

    El acoso escolar es otro gran melón. La violencia verbal, física y psicológica sufrida en la escuela deja siempre secuelas profundas y favorecen los trastornos de ansiedad, los procesos depresivos e incluso el estrés postraumático. Las experiencias de acoso en la infancia ocurren en una etapa crítica para la formación de la identidad y la autoestima. Si se internalizan los mensajes negativos del acoso, estos patrones de pensamiento distorsionados, como sentirse inútil o incapaz, se consolidan e influyen en su autoconcepto en etapas posteriores de la vida. Esto afecta a las relaciones y a la capacidad de afrontamiento en situaciones sociales, académicas, laborales o de cualquier otra naturaleza.

    La exploración de la identidad sexual y de género es un proceso complejo que puede generar una considerable ansiedad, especialmente en un contexto social hostil. A menudo, los jóvenes LGTBIQ+ se enfrentan a una carga doble: por un lado, el proceso de aceptar su identidad, quiénes son y cómo se articulan las relaciones sociales a consecuencia de esto. Por el otro, el miedo a las reacciones de terceros, al rechazo y a la burla. Que conste que uso «identidad» como la comprensión que las personas tenemos de nosotras mismas sobre quiénes somos, a qué grupo pertenecemos y cómo debemos comportarnos en sociedad.

    La ausencia de modelos a seguir que reflejen de manera positiva las experiencias LGTBIQ+ puede hacer que los jóvenes se sientan aislados, que son bichos raros que no pertenecen a ningún grupo y que, por tanto, deben ocultarse. Esto aumenta la ansiedad porque la construcción de una identidad sólida y saludable se hace imposible. Por eso es importante que haya maricas y bolleras en los contenidos audiovisuales que consumen y por eso debemos seguir luchando, junto al feminismo, porque estos productos se alejen de las estructuras patriarcales. Es importantísima la aparición personajes que no necesariamente se definan y se relacionan por su naturaleza LGTBIQ+, sino que son claramente miembros de la comunidad y, al mismo tiempo, se desarrollan, interactúan y experimentan el mundo sin que existan diferencias con personajes que no pertenecen al colectivo. Que el héroe lo sea por su comportamiento, no necesariamente por ser marica.

    Nota bene: Que la gente joven vea películas con maricas no va a hacer que se vuelvan maricas, de verdad que no. Que la Sirenita sea negra no hace que tu hija se vuelva negra.

    Algunas estrategias de superación 

    Lo primero: crear y mantener redes de apoyo sólidas es esencial para mitigar la ansiedad. Los grupos de apoyo, tanto online como en persona, ofrecen espacios seguros donde los jóvenes pueden compartir experiencias, obtener consejo y sentir que pertenecen a una comunidad que los entiende y acepta tal como son. No ser una anomalía te hace sentir bien y te da seguridad.

    La educación sobre temas LGBTQ+ en escuelas y comunidades es súper importante porque reduce el estigma y la discriminación y crea un ambiente más inclusivo y tolerante hacia la diferencia sin olvidar la diferencia racial, socioeconómica o funcional. Al mismo tiempo, la autoeducación sobre los derechos y la historia LGTBIQ+ puede empoderar a los jóvenes porque les ayuda a entender mejor sus experiencias y a les enseña que tienen derecho a tener un espacio en la sociedad libre de violencia y discriminación. 

    Lo último es, en la medida de lo posible, tener la oportunidad de participar en actividades de visibilización. El activismo ofrece un sentido de propósito y comunidad, y puede ser catártico para muchos jóvenes, permitiéndoles transformar su ansiedad en una fuerza de cambio positivo. Estas acciones permiten tomar el control sobre la situación y crean un espacio seguro para expresar su identidad que contrarresta los efectos de la discriminación y la inseguridad.

    La ansiedad en jóvenes LGBTQ+ es un problema muy complejo en el que hay que tener en cuenta un montón de factores de riesgo que van desde el estigma social hasta el rechazo familiar. Sin embargo, los mecanismos de defensa que pueden ayudar a mitigar estos efectos permiten a estos jóvenes vivir una vida más plena y equilibrada. La educación, el apoyo emocional y la terapia (siempre la terapia) son herramientas clave en este proceso. 

    Entiendo que quienes no habéis pasado por este proceso de definición y construcción de la identidad LGTBIQ+ tengáis problemas para entender todo este proceso. Tampoco pasa nada, yo tampoco sé lo que significa ser mujer y lo jodido que lo tenéis y eso no me impide, creo, ser feminista. Y digo «creo» porque estoy seguro de que todavía me quedan comportamientos y formas de pensar a los que les tengo que dar una vueltecita. No hace falta ser maricón para ser activista, ni ser mujer para ser feminista.

    Sigue leyendo sobre el tema:   
    
    Kosciw, J. G., Palmer, N. A., Kull, R. M., & Greytak, E. A. (2013). The effect of negative school climate on academic outcomes for LGBT youth and the role of in-school supports. Journal of School Violence, 12(1), 45-63. 
    
    Meyer, I. H. (2003). Prejudice, social stress, and mental health in lesbian, gay, and bisexual populations: Conceptual issues and research evidence. Psychological Bulletin, 129(5), 674–697. 
    
    Mustanski, B., Newcomb, M. E., & Garofalo, R. (2011). Mental health of lesbian, gay, and bisexual youths: A developmental resiliency perspective. Journal of Gay & Lesbian Social Services, 23(2), 204-225. 
    
    Ryan, C., Russell, S. T., Huebner, D., Diaz, R., & Sanchez, J. (2010). Family acceptance in adolescence and the health of LGBT young adults. Journal of Child and Adolescent Psychiatric Nursing, 23(4), 205-213. 
    
    Toomey, R. B., Ryan, C., Diaz, R. M., & Russell, S. T. (2011). High school gay-straight alliances (GSAs) and young adult well-being: An examination of GSA presence, participation, and perceived effectiveness. Applied Developmental Science, 15(4), 175-185.