La psicobiología me está haciendo descubrir un mundo de conocimientos insospechado. Me estoy preparando el examen y he llegado al apartado de la corteza cerebral, en concreto, la corteza prefrontal ventromedial. Según el profesor, esta área cortical tiene es muy relevante en el procesamiento de la información y el comportamiento en situaciones de estrés en las que hay que tomar una decisión con un componente moral. Como en todas las demás áreas del cerebro, sabemos cuál es su función a partir del estudio de las personas con lesiones en dichas áreas: le jodemos una parte a un mono y estudiamos cómo reacciona. Muy bien todo. O cuando tenemos un paciente con una lesión cerebral, aprovechamos para ver qué se les pasa por la cabeza.
Volviendo a la corteza prefrontal ventromedial, se ha visto que los individuos con lesiones en esta área no tienen ningún problema en tomar decisiones en momentos de gran carga emocional. El profesor nos ha puesto este ejemplo:
Imaginemos que estamos dentro de una telecabina en una estación de esquí a 50m del suelo. Resulta que una de las torres que aguantan las telecabinas cae y nuestra cabina pende de un fino cable de seguridad. La cabina no aguantará el peso de los siete pasajeros hasta que el equipo de rescate llegue. Hay una persona que, tras la caída de la torre, ha quedado malherida y que difícilmente sobrevivirá. […] ¿Tiraríamos de la telecabina a la persona malherida sabiendo que le espera una muerte segura?
Redolar Ripoll, D. (2014). Neurociencia cognitiva. Madrid: Editorial Panamericana.
Si tuvieras la corteza prefrontal ventromedial no te andarías con tonterías y mandarías al herido, con una reverencia y con un gracias por venir a mi programa, al precipicio. Ahora que pienso, en todas las películas de catástrofes siempre hay alguien en esta situación y, curiosamente, nadie tiene una lesión en la corteza prefrontal ventromedial, así que no se deciden a tirar al moribundo por la puerta. Es siempre el moribundo el que termina sacrificándose motu proprio para ahorrarles a los pasajeros el dilema.
Yo no tengo una lesión cerebral, que yo sepa, pero si me encuentro en esta situación, me encantaría tener conmigo a una persona que sí tiene una lesión para que tome esa decisión por mí. Excepto si soy yo el malherido. En ese caso me haría menos gracia.
El estudio de la moralidad ligada a la neuroquímica y la fisiología es apasionante. Pero igual que buscar en internet los síntomas de un resfriado te acojona porque piensas que o tienes un tumor o tienes sida, estudiar sobre lesiones cerebrales te hace preguntarte si el 95% de la gente que te rodea tiene un daño cerebral severo. El colmo es entrar en Twitter. A veces parece que la mitad de los padres y las madres españolas dejaron caer a sus bebés antes de los 2 meses. A mí, no me pasó. Claro. Pero al resto, sí.
Ahora que estamos en período electoral pienso que un 95% de la población española tiene al menos tres áreas corticales con lesiones severas.