No tengo nada importante que contar, excepto que mañana tengo un juicio por el tío que me dio el puñetazo en la cara –si es que entre éste y la del hacha no gano pa teléfono y psicoanalista, oigusté–, pero parece que la mayoría de los juicios de faltas terminan en absolución, por muy verdad verdadera que sea la agresión. En fin. Que sea lo que el cosmos quiera y cruzad los dedos para que el tipo quiera llegar a un acuerdo o la cague bien cagada durante el juicio.
Cambio de tercio. Estoy ahora con una novela de Ballard, del que ya he hablado cienes y cienes de veces aquí y ya lo conoceréis mejor que a vuestro cantante favorito, porque anda que no doy la brasa con este autor. Pero esta vez va a ser por otro motivo. Estoy leyendo El día de la creación –en Minotauro, en bolsillo, baratín, baratín– y me he topado con un tostón soberano, claro que puede que yo ahora no esté en el mejor momento para leer este tipo de cosas, pero me esperaba algo parecido a El planeta sumergido o Rascacielos o Furia Feroz, contaba con una historia que me desazonara de la misma forma que estas tres y nada de nada. Se me está haciendo de larga. Ahí va el argumento:
En la árida y convulsa Port-la-Nouvelle, capital de una remota república centroafricana, el doctor Mallory se ve obligado a clausurar la clínica de la OMS que dirige. La fantasía de descubrir un nuevo Nilo para reverdecer el Sahara convierte al británico en un hidrógrafo e ingeniero aficionado que emprende una obsesiva búsqueda de agua. Prodigiosamente, de la tierra ocupada por un viejo roble brota una fuente que pronto devendrá en un río colosal. La zona florece, proliferan los pájaros y las bestias; con acrecentado empeño, Mallory remontará el caudal a fin de desentrañar el misterioso origen de lo que él considera su propia creación.
Es posible que esté cansado, que ahora no sea el momento o que le esté prestando poca atención, pero me parece muy raro que un autor que me gusta tanto como éste tenga una novela que me decepcione hasta tal punto que me estoy planteando dejármela. Sé que no todo lo de un autor te puede gustar, como lo de un arquitecto o como las películas de un director, hasta ahí lo tengo claro. Hay autores que me los he leído de cabo a rabo y puede que algo no me haya entusiasmado, pero no me he llevado un chasco semejante. Al contrario, sí. Me ha gustado una novela de un autor y el resto me han parecido bazofias, como con las películas de ciertos directores –soy consciente de que me gustan las peores de Takeshi Miike, no las buenas, por ejemplo–, pero una decepción tan grande, creo que nunca me la he llevado.
¿Qué autores os han decepcionado? ¡A sacar trapos sucios!
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