Categoría: Enseñanza

  • Teachers don’t have holidays. They are in recovery. 
  • Pues resulta que se pueden hacer evaluaciones con inteligencia artificial. Le puedes decir cómo es el estudiante y el sistema te devuelve un texto escrito que puedes copiar y pegar en el documento sin más. Obviamente, le tienes que proporcionar la información. Un truco es incluir, al menos, los siguientes aspectos: fortalezas, áreas a mejorar, evolución durante el período que se evalúa, conducta y participación en clases (para los peques) y objetivos para trabajar en el siguiente período de evaluación. Le das esa información y en unos segundos te saca un texto listo para enviar al estudiante o a la familia. Lo que está claro es que no te libras de hacer la evaluación; lo que te ahorra la IA es el proceso de escribir el informe. Al final va a resultar que tienen razón cuando dicen que es sí es posible que la IA cambie la forma que tenemos de trabajar.

  • El problema del plagio con inteligencia artificial

    El problema del plagio con inteligencia artificial

    Estoy corrigiendo los trabajos de fin de carrera y de 21 estudiantes, 7 han dado positivo por plagio y otros 5 tengo la sospecha de que han usado ChatGPT. Estamos desbordados: no sabemos de qué forma podemos solucionar un problema que está impidiendo que podamos evaluar correctamente mediante trabajos de investigación.

    La prevalencia del plagio entre los jóvenes ha crecido exponencialmente, en parte impulsado por el acceso a tecnologías avanzadas como ChatGPT. Esta herramienta, aunque diseñada para facilitar la interacción y la generación de contenido, también se ha convertido en una espada de doble filo muy tentadora que puede fomentar prácticas académicas deshonestas. Y digo tentadora porque, aunque sabes que ese texto no lo ha escrito tu estudiante, porque sabes cómo escribe, su capacidad de análisis, la cantidad de información que maneja, es imposible encontrar evidencias indiscutibles de que ha usado inteligencia artificial. Por tanto, es casi imposible tomar medidas administrativas para resolver la situación.

    La facilidad con la que los chavales pueden obtener información instantánea y bien redactada mediante ChatGPT es la clave: nunca ha sido tan sencillo escribir un trabajo. Además, especialmente en ciertos estudios, la presión académica y la competencia entre compañeros pueden impulsar a algunos a buscar atajos para cumplir con las expectativas para quedar por encima de los demás. La presión académica que ejercen algunas familias es insoportable y terminan asumiendo que tienen que brillar en todas las asignaturas. Que está claro que son ellos quienes toman la decisión y podían optar por hacer el esfuerzo o exponerse a una nota más baja, pero sinceramente creo que nunca hemos dado tanta importancia a los resultados académicos como hasta ahora y creo que es nuestra responsabilidad, la de profesoras y familias, aliviar el estrés que sufren y no echar más leña al fuego.

    Por no hablar de los problemas de detección. Como he dicho, la capacidad de ChatGPT para generar contenido original y coherente hace la distinción entre el trabajo auténtico y el plagiado. Los algoritmos de detección de plagio a menudo se enfrentan a la tarea de identificar similitudes sutiles en la redacción, lo que puede llevar a falsos negativos o positivos. Y aunque sepas que suena a ChatGPT, porque terminas desarrollando un olfato para eso, es imposible probarlo. Sé que me estoy repitiendo, pero es una de las claves del problema al que nos enfrentamos. La adaptabilidad de la inteligencia artificial para generar contenido único puede confundir a los sistemas de detección convencionales, permitiendo que el plagio pase desapercibido. Son tan buenos estos sistemas que cada semana que pasa es más difícil lidiar con el asunto.

    Abordar el problema del plagio entre los chavales hoy día, en mi opinión, requiere un enfoque integral que incluya la promoción de prácticas académicas éticas, la comprensión de las implicaciones a largo plazo del plagio y el desarrollo de tecnologías avanzadas de detección que puedan adaptarse a la evolución constante de las herramientas como ChatGPT. Pero, sobre todo, hay que dejar de agobiar a los y las estudiantes conque tienen que sacarse carreras universitarias, a ser posible doble titulación, con prácticas, tres idiomas y que tengan una vida.

    Es imposible.

  • Maestras, no docentes

    Maestras, no docentes

    Pierre Bourdieu dijo que, en las zonas intermedias de las clases sociales, cuando el capital económico o cultural no es suficiente para establecer la posición social del individuo, son necesarios otros indicadores fiables para determinar esa posición. Uno de estos indicadores es la educación superior completada o la profesión. A falta de signos que sitúen a la persona en un extremo u otro de la escala social, o sea, a no ser que veamos que la persona es pobre o está forrada, necesitamos obtener más información para situarla socialmente. Por eso nos parecen tan importantes datos como la profesión. Juzgamos de forma diferente una persona que va en chándal y lleva en la mano un smartphone si sabemos que trabaja en el supermercado o si es jueza. Averiguar la profesión nos permite saber qué relación tenemos con esa persona en términos de distancia social y quién dispone de más capital económico.

    Aclarado esto, Bourdieu observó que los maestros y las maestras de primaria en francia Francia usaban la palabra «enseignantes», que puede usarse para profesoras de universidad, en vez de «instructeurs». Eso le llevó a pensar que esos indicadores de las zonas intermedias de la distribución social son susceptibles a ser modulados por la visión que tienen los individuos de su propia profesión. El uso de «enseignante» le permite a una maestra acercarse socialmente a una profesora universitaria. Aquí no se trata de valorar las causas detrás de esa voluntad de acercamiento social o quién está «por encima». Pero el fenómeno es el mismo: se utiliza «docente» para aproximar a los individuos de manera que la distribución social aparente ser otra. Una maestra y una profesora universitaria no son más o menos la una respecto a la otra. Son diferentes socialmente porque la valoración social que se hace del individuo es diferente. Dicen «más pobre que un maestro de escuela», no «más pobre que un profesor asociado», aunque el segundo gane menos.

    Bourdieu concluye que la selección de las palabras en esas zonas medias de la escala social reflejan las diferentes formas de la «presentación de sí» de Goffman. Decir «docente» en vez de «maestra» te permite presentarte desde una posición social alternativa. Todo este rollo para decir lo que sospechaba: que se dice «soy docente» para no decir «soy maestro» porque muchas maestras y muchos maestros se avergüenzan de serlo, como dije aquí. Enseñar en primaria todavía se asocia a la pobreza, a veces a la exclusión social, al ridículo y a la baja capacidad intelectual.

    La enseñanza primaria está en la base del progreso social. Maestras, administrativas, administradoras, personal de limpieza, de cocina y de mantenimiento son parte de esos mecanismos de garantía de justicia social y son tan imprescindibles como el personal de enfermería y medicina o todas las personas que garantizan que los procesos judiciales se ejecuten con garantías para todo el mundo.

    Sin maestras tampoco hay futuro y mientras este país siga ridiculizando y atacando a la enseñanza primaria no tenemos nada que hacer.


    BOURDIEU P. (2000). «¿Cómo se hace una clase social?». En Poder, derecho y clases sociales. Bilbao: Desclée de Brouwer.

  • El ebónico: la filología como herramienta de segregación racial

    El ebónico: la filología como herramienta de segregación racial

    El ebónico es el sociolecto del inglés que hablan los negros en Estados Unidos. Usar este término implica asumir que, primero, esta habla es una lengua diferente del inglés americano y, segundo, que es una lengua tipológicamente cercana a las lenguas criollas ; vulgo: es una mezcla de elementos estructurales indoeuropeos (del inglés) y de las lenguas Niger-Congo de África Occidental.

    Aunque no existe un término universalmente aceptado, se suele utilizar African-American Vernacular English para referirse a esta habla. La filología está de acuerdo en que es una variedad del American English y que no es defendible categorizarla como una lengua criolla emparentada con las lenguas del África Occidental. Es ridículo. Pero es un arma ideológica para justificar la segregación de los estudiantes según diferencias de clase las adaptaciones curriculares de colectivos pobres. “Que tengan la piel negra no tiene nada que ver. Es que hablan una lengua diferente.” A partir de ahí, podemos justificar que pongamos a los niños negros en grupos específicos, o lo que es lo mismo, separar a los niños negros de los blancos.

    (más…)
  • La importancia de los valores culturales en la educación

    La importancia de los valores culturales en la educación

    Rogoff (1993) opina que existen numerosas diferencias entre las culturas en las que, como la nuestra, el cuidador se adapta al niño, y las culturas menos tecnificadas, en las que es el niño quien se adapta a las situaciones habituales de la familia en la sociedad.

    (…) En nuestras sociedades, la separación estricta por edades y el hecho de que los más jóvenes aprendan aquello que se considera que necesitan en un contexto específico que tiene la finalidad de educar provoca que los pequeños aprendan habilidades específicas para adaptarse a esa situación.

    Este proceso de socialización, de traspaso progresivo de la infancia a la adolescencia, y de la adolescencia a la edad adulta está evolucionado de tal manera que hay autores, como Steinberg y Kincheloe, que afirman que el niño entra en un proceso de adultización, se van eliminando las fronteras que separan su mundo del mundo de los adultos. Una gran parte de los niños y niñas del Occidente rico del siglo XXI tienen acceso al mundo de los adultos -sin filtros- por medio no sólo de la televisión, sino también, y sobre todo, por medio de internet. La extensa colección de «sustitutos tecnológicos de la figura humana» ​(Alonso, 2001)​ no es, quizá, la causa del problema de este proceso, sino la consecuencia de una sociedad y una estructura familiar en continuo proceso de cambio.

    Como ha observado Rogoff, las cosas son diferentes cuando el desarrollo del niño tiene lugar en una cultura en la que los niños están integrados en las actividades de sus padres y de otrtos adultos. En estos casos, según la autora, los niños se aseguran un papel en la acción, aunque sea cmoo observadores próximos. Callando y observando, escuchando, asisten a los acontecimientos habituales y a otros más críticos de la vida de la comunidad. Estos niños afinan sus dotes de observación, aprenden a fijarse en las cosas y, en muchas ocasiones, consiguen la autonomía en la realización de determinadas tareas valoradas en el seno del grupo utilizando básicamente estrategias de observación.

    Las diferencias se extienden también a la posibilidad de participar y a la diferente significación que adopta la misma participación. Cuando los niños se encuentran en las actividades de los adultos, es habitual que progresivamente tomen parte activa en aquello que hacen sus padres o familiares. Los niños mayas, desde el primer o segundo año, observan a sus madres cuando hacen las cocas para cenar, y pronto se les da un poco de masa para trabajarla; las madres los ayudan a hacerlo y si se puede -si no se ha caído al suelo y está bien amasada-, fríen la coca del nño y uno u otro se la come para cenar; a los cinco o seis años, pueden preparar la comida solos. En ésta y en otras actividades reales, los niños aprenden que los errores tienen un coste improtante; quizá por ello no se les da la responsabilidad hasta que no se considera que, a partir de la observación y de la actuación dirigida por otros, están preparados para asumirla. Los errores no tienen el mismo significado en actividades menos reales, ya que su coste es diferente y que muy a menudo no repercute en los demás ni en la organización de la actividad propia.

    Leído en GRÀCIA, M. y SEGUÉS, M. T. (2020). «¿Cómo se aprende en el contexto familiar?» En Íbidem «Psicología de la educación y la instrucción», Barcelona: FUOC.


    Referencias

    1. Alonso, C. (2001). Encerrados con un solo juguete. La infancia y la adolescencia del siglo XXI. In M. Area (Ed.), Educar en la sociedad de la información (pp. 249–266). Desclee de Brouwer.
    2. Rogoff, B. (1993). Aprendices del pensamiento. Paidós.
  • Yo soy la seño

    Yo soy la seño

    En los últimos diez años no he estado haciendo otra cosa que enseñar a niños y niñas. Lengua, sociales e historia. Antes de eso, estuve dando clases a adultos. Todo eso ocurrió en la prehistoria de este blog y aún antes: no sé si quedan algunos post de aquella época por aquí, creo que se perdió todo en un traslado. Y lo que tengo guardado, o no hay forma de abrirlo, o sólo se puede postear a pedal.

    (más…)
  • Dar clases online: por qué  cansa tanto enseñar con las plataformas online y qué he aprendido con el confinamiento

    Dar clases online: por qué cansa tanto enseñar con las plataformas online y qué he aprendido con el confinamiento

    Ya vamos por la tercera cuarta semana de escuelas cerradas y esto de dar clases a distancia cansa más que darlas en directo. Nos esperan cuatro semanas más: ayer salió el gobierno diciendo que los estudiantes de primero a quinto de primaria vuelven al cole el miércoles 15 de abril. El resto, enseñanza a distancia hasta el 10 de mayo, como mínimo. No voy a entrar en si la decisión es correcta o no: solo diré que cuando salió la primera ministra anunciando la decisión noté una fuerte conmoción en La Fuerza.

    Nos quedan, por lo menos, cuatro semanas más de clases a online. Cuatro semanas de aprender a ser influencer. Cuatro semanas de controlar a diario la iluminación y la escenografía, el sonido y los brillos. Cuatro putas semanas handiendo directos varias veces al día sobre temas apasionantes, como p. ej. cómo saber a qué hora cierran el restaurante o cómo preguntar al primero que pasa dónde está el zoo o qué decir cuando te preguntan qué tal y tu vida es una mierda. En estos momentos, odio profundamente el enfoque comunicativo.

    (más…)
  • Homework

    Y a esto nos enfrentamos los maestros todos los días.

  • I am a Secondary Teacher and I am in Love with my Job

    I have been teaching for the past 20 years. First adults, then primary students, then adults again. now I am a secondary teacher, to everyone’s surprise. Would I have been asked even 10 years ago, my answer would have been a loud laugh and a quiet never.

    I ended up being a secondary teacher after moving to this small Danish village because I had no other option. I wasn’t getting another job in teaching if not in secondary. Or even any other job, but this is another story.

    (más…)