Johnson se hizo eco del mismo argumento que ya expusiera Roosevelt cuando dijo que la seguridad económica es un prerrequisito de la libertad individual: "El hombre que pasa hambre, que no puede encontrar trabajo ni dar una educación a sus hijos, que está doblegado por la necesidad, no es un hombre plenamente libre". Johnson defendía su proyecto de reforma liberal progresista en nombre de la mejora de la capacidad de las personas para elegir y perseguir sus propias metas. "Llevamos más de treinta años trabajando diligentemente, con iniciativas como la Seguridad Social o la actual Guerra contra la Pobreza, para ensanchar la libertad humana. Y de resultas de ello [sic.], los estadounidenses son hoy más libres para vivir como quieran hacerlo, para perseguir sus ambiciones, para satisfacer sus deseos que en ningún otro momento de nuestra gloriosa historia."
Sandel, M. J. (2020). El descontento democrático. Debate. P. 225.
Tenemos la idea de que los estadounidenses nunca han pensado en cosas como el estado del bienestar, pero no. Nunca han sido el epítome de la protección social, es cierto, pero tendemos a pensar que lo que Reagan hizo en nombre del anticomunismo fue siempre la forma en que el país lidiaba con la protección de la población más desfavorecida.
En el post de un grupo de FB sobre literatura han preguntado cuál era el libro con el que los participantes se aficionaron a leer durante la infancia. Mucha gente ha respondido con libros como Cien años de soledad o El Quijote.
Aficionarse a la lectura a los 7 años con Cervantes me parece poco probable y, en cualquier caso, creo que hay obras más adecuadas. Podemos discutir si la saga de Harry Potter, Los Tres Investigadores o El Pirata Garrapata son mejores o peores, pero mi intuición me dice que la gente joven podrá coger el hábito con más facilidad que leyendo a Zolà o a Dostoyevsky. Dependerá también de qué lea la familia o qué actitudes tengan hacia la lectura, pero si tenemos que depender de que las familias conozcan y aprecien el canon literario, entonces nuestra infancia está jodida.
Anoche terminé de leer Chernobyl, una detallada descripción de todo lo que ocurrió la noche del 26 de abril de 1986 en en la central nuclear, la situación que condicionó el desastre y cómo actuaron las autoridades para paliar sus efectos. Al principio se lee bastante rápido, a pesar de que los detalles son muy técnicos y muchas cosas se me escapaban. Al llegar al momento de la prueba programada para esa noche y cómo todo desembocó en la explosión, me perdí un poco y llegó un momento en que no entendía los detalles, tan desinformado estoy.
Pero además de saber un poco de física y del funcionamiento de una central nuclear, hay que entender la situación hacia el final de la Guerra Fría y cuáles eran los problemas que afrontaba la Unión Soviética durante aquella época: corrupción, falta de productos básicos, adoctrinamiento y estancamiento político, etc. Plokhy deja claro que el accidente de Chernóbil influyó en la desaparición de la URSS y condicionó la situación de Ucrania en los años posteriores.
He disfrutado de la lectura, pero la segunda parte me interesaba bastante menos, sobre todo cuando se pone a analizar los entresijos del sistema judicial soviético y en los detalles económicos de la catástrofe. Quizá esperaba algo como las Voces de Chernóbil, de Alexiévich, cuando en realidad se trata más de un ensayo profundo sobre los hechos que del impacto que tuvo en la población.
Con todo, una lectura que disfrutará a quien le interese Chernóbil, la historia de Pripyat y el final de la Unión Soviética.
Me compré El cuarto de la criada porcasualidad, dando una vuelta rápida por la FNAC y a punto de irme. Leí la contraportada y decía algo así como el nuevo The Help. La novela va de criadas que lo pasan fatal porque las señoronas malas les hacen la vida imposible, chantajeándolas con la deportación. Excepto la que hace de Skeeter –o sea, la señora que debe ser malísima pero que resulta ser buenísima porque no entiende la crueldad hacia las criadas– las demás son unas brujas ahostiables que se merecen la ruina económica para no poder irse de cócteles al club de golf. Por malas pécoras.
Reglas esenciales para la organización del servicio doméstico extranjero:
1. Seguridad: Las criadas pueden generar muchos problemas en este sentido. Por ello te recomiendo guardar bajo llave su pasaporte, sobre todo si se ocupa de cuidar a tus hijos.
2. Relaciones: No debes permitir que tenga novio. Al fin y al cabo, un embarazo significaría su deportación y podrías verte obligada a pagarle el vuelo de regreso a casa.
3. Alimentación: Aconsejo separar su comida desde el primer día. Por ejemplo, yo tomo café Illy, que cuesta veinte dólares el paquete. ¡No esperaréis que lo comparta con ella!
Estas reglas son algo que la joven Jules, recién llegada a Singapur, no consigue comprender del todo, por mucho que sus nuevas amigas insistan en que son necesarias para manejar al servicio filipino. Frente a esas señoras privilegiadas, las doncellas como la joven Dolly o su rebelde hermana Tala, soportan esa situación escandalosamente injusta a cambio del dinero necesario para mantener a sus familias. Pero, ¿hasta cuándo aguantarán sin rebelarse?
De la editorial
No está mal, se lee en dos ratos, pero es cierto que se parece mucho a The Help. Pero mucho, mucho. Como ya te avisan en la contraportada, no puedes evitar la comparación de una con la otra. Las similitudes llegan a que algunos personajes tengan exactamente los mismos problemas y los solucionen de la misma forma después de tener los mismos conflictos entre ellos. Además, parece que nunca termina de despegar: hay muchísimos personajes que, francamente, no me interesaban –excepto uno, y no era la protagonista– y me hubiera gustado que no hubiera pasado tan de puntillas por algunas escenas. O que las hubiera eliminado. Al final iba todo tan rápido que estuve a punto de que me diera un ataque de epilepsia lectora. En definitiva: menos personajes, menos historia, menos problemas y menos diálogo. Y como está todo contado en presente, interviene un niño con hiperactividad y hace tanto calor, al final necesitas un valium y darte una ducha.
En general, lectura de piscina. O de tarde de domingo. Pero lluviosa.