Categoría: Lenguas

  • How thorns became dorns and torns

    English is one of the very few Germanic languages that preserve the Germanic th-sound. For example, three is drei in German, trije in Frisian, and tre in Swedish. These languages used to have this th-sound as well, but they lost it long ago.

  • El reanálisis lingüístico: un fenómeno presente en español

    El reanálisis lingüístico: un fenómeno presente en español

    Originally it was norange borrowed from the Spanish naranja. But at some point some unknom creative speaker must have reanalyzed a norange as an orange. Though the speaker’s and hearer’s analyses specify identical sounds for that particular phrase, anorange, once the hearer uses the rest of grammar creatively, the change becomes audible, as in those oranges rather than those noranges.

    Steven Pinker

    El lenguaje es un ente vivo que evoluciona constantemente, y uno de los fenómenos más interesantes que contribuyen a esta evolución es el reanálisis lingüístico. Este proceso ocurre cuando los hablantes reinterpretan una palabra o frase de manera diferente a su forma original. Es lo que ocurre en el ejemplo de arriba.

    Un ejemplo clásico en español es el origen de la palabra algodón. Esta palabra proviene del árabe al-qutun, donde al- es un artículo definido. Sin embargo, cuando el término fue adoptado por los hablantes del español, se produjo un reanálisis y el artículo árabe se fusionó con la palabra, creando el término actual. En inglés, la palabra cotton tiene el mismo origen etimológico, pero no se incorporó el artículo. Este mismo proceso ocurre en muchísimas palabras que comenzaron con el artículo al- en árabe, como albahaca (de al-habaqa) y almohada (de al-mujadda). El castellano, de forma rutinaria, reanalizó estas palabras con el artículo incorporado.

    Hablando del artículo en combinación con el género, nos encontramos con palabras como el azúcar o el agua. Aunque ambos son sustantivos femeninos, el uso del artículo masculino el se debe a razones fonéticas, pero este uso ha llevado a que algunas personas piensen erróneamente que estos sustantivos son masculinos. No es este agua, sino esta agua. De nuevo, el fenómeno del reanálisis está presente, pero esta vez en la estructura gramatical.

    El reanálisis también puede llevarse a cabo en expresiones comunes. Un ejemplo coloquial es la nalga, que es la reinterpretación popular de las nalgas en singular. Este uso ocurre en algunos contextos informales, donde los hablantes reinterpretan el sustantivo plural como si fuera singular, cambiando su estructura original. También tenemos compuestos: a palabra enhorabuena proviene de la frase antigua en hora buena, que significaba “en un buen momento” o “en una hora propicia”. Con el tiempo se interpretó la frase como una única palabra, cambiando su estructura original. 

    El reanálisis es un motor importante de la evolución de las lenguas que permite que éstas se transformen y se adapten a las nuevas formas de comunicación. Puede comenzar con una confusión o malentendido, sus efectos pueden ser duraderos, influyendo en el vocabulario y la gramática de una lengua.

    Pinker dice que no son guays, pero a mí estas cosas me súper flipan. Y, bueno, él dice que no pero bien que le dedica páginas y páginas en su obra. Para no interesarle sí que le dedica tiempo, oye.

  • ¿Por qué evolucionan las lenguas?

    ¿Por qué evolucionan las lenguas?

    Comprender por qué las lenguas cambian es fundamental para entender cómo los seres humanos nos comunicamos, evolucionamos culturalmente y nos adaptamos a las nuevas realidades sociales y tecnológicas. El estudio de la lingüística histórica no solo explica e ilustra nuestro pasado o los contactos entre diferentes civilizaciones, sino que también nos ayuda a entender cómo nuestro cerebro procesa, crea y modifica el lenguaje. Saber por qué cambian las lenguas nos permite apreciar la riqueza y diversidad cultural de las sociedades humanas y arroja luz sobre el funcionamiento interno de nuestra cognición y nuestra capacidad para innovar.

    Las lenguas evolucionan porque son sistemas dinámicos. A diferencia de otros sistemas artificiales, las lenguas están vivas en tanto que son utilizadas por personas reales en contextos cambiantes. Además, siguen un ciclo parecido a la de los seres vivos: nacen, crecen, se reproducen y mueren. Los seres humanos modificamos el lenguaje para adaptarlo a nuestras necesidades y a las situaciones sociales a las que nos enfrentamos. Esta flexibilidad innata hace que las lenguas sean maleables y estén en constante transformación.

    Cambios culturales y tecnológicos

    Para responder a esta pregunta es fundamental comprender la relación entre la evolución del lenguaje y los cambios culturales. A medida que las sociedades se desarrollan, el vocabulario y las estructuras lingüísticas cambian para reflejar nuevos conocimientos y tecnologías. Este proceso es evidente en la cantidad de palabras que incorporamos de otros idiomas o creamos para designar nuevos conceptos. Las lenguas evolucionan porque deben adaptarse al avance de la civilización humana. Quitando la Iglesia Católica, que no es que esté muy adaptada a los tiempos que corren, ¿quién utilizaría el latín para comunicarse en la actualidad? Sí, ya sé que algún degenerado hay por ahí, pero tampoco hay muchos.

    Un ejemplo: las lenguas que han sido «resucitadas», como el hebreo, pasaron por una fase de elaboración profunda de su vocabulario para poder designar realidades que no existían cuando dejó de hablarse. Por lo que tengo entendido, la muerte del hebreo se gestó durante el tiempo Imperio Neo-Babilónico en el siglo VI aC, cuando una gran parte de la población que hablaba esta lengua fue exiliada a Babilonia y se vio forzada a adoptar el arameo. Tras el regreso del exilio, ésta se convirtió en la lengua principal de muchas poblaciones judías, al mismo tiempo que el griego empezaba a destacar como lengua vehicular y de conocimiento. El hebreo se siguió utilizando en algunos contextos, especialmente religiosos, hasta que fue reemplazado por el arameo hacia el siglo III. Se estima que dejó de hablarse definitivamente unos cien años después.

    A finales del siglo XIX, Eliezer Ben-Yehuda impulsó su renacimiento como lengua hablada y paralelamente a la explosión del sionismo en Palestina. Hubo que modernizar el léxico hebreo, incorporando neologismos y préstamos de idiomas europeos. En 1948 fue reconocida como lengua oficial del Estado de Israel, donde es la lengua más hablada hoy en día. Es una lengua que ha cambiado muchísimo respecto al hebreo del siglo tercero, por razones obvias, y aunque toma la base de ésta, los hablantes del hebreo moderno son incapaces de entender el hebreo bíblico. Vamos, lo mismo que nos pasa a nosotros cuando leemos el latín.

    Psicología, biología y evolución

    Pero es que además de estas razones históricas y culturales, no hay que olvidarse del aspecto «biológico» de la evolución lingüística. Pinker, por ejemplo, dice que los seres humanos tenemos un instinto innato para el lenguaje, pero que este instinto no es totalmente rígido, sino que cambia y se adapta al entorno, como otras especies animales. Según este autor, la capacidad de aprender y modificar una lengua está profundamente arraigada en nuestro cerebro. El hecho de que los niños aprendan lenguas de manera natural y sean capaces de innovar dentro de ellas demuestra la naturaleza adaptable de nuestro sistema cognitivo. Esta capacidad de modificar y moldear el lenguaje se traduce en su evolución constante.

    Un aspecto menos obvio, pero igualmente importante, es el papel del azar, como en las mutaciones que se observan en los seres biológicos. Las lenguas no siempre cambian de manera ordenada o predecible. Hay veces en que son los factores aleatorios, como la simplificación de palabras o frases, una mala comprensión o una utilización errónea de algunos términos, o incluso las diferencias en la pronunciación, los que contribuyen a su evolución. Como la «cocreta», «ojalá» o «trabajar», de la palabra latina tripaliāre, que significaba «torturar». Con el tiempo, estas variaciones acumuladas se perpetúan porque resultan útiles o simplifican las enunciaciones y terminan transformando profundamente el sistema lingüístico.

    Además, la diversidad de lenguas en el mundo y su evolución no es más que es el resultado de la adaptación de los grupos humanos a diferentes entornos y circunstancias sociales. Así como las especies animales se diversifican a lo largo del tiempo, las lenguas también lo hacen para ajustarse mejor a las necesidades de las comunidades que las hablan. Por ejemplo, cuando dos o más lenguas entran en contacto, se intercambian palabras y estructuras gramaticales que añaden matices o complementan los recursos presentes en la lengua que toma prestados estos elementos. Los hablantes adoptamos términos que les resultan útiles de otras lenguas y eso termina por enriquecer y transformar con el tiempo nuestra comunicación.


    La evolución de las lenguas es un fenómeno natural que responde a factores culturales, psicológicos, biológicos y hasta cambios generados por el azar. El lenguaje no es un código fijo, sino un organismo vivo que refleja la capacidad humana de adaptación y cambio. Entender cómo y por qué las lenguas evolucionan nos ayuda a comprender mejor la naturaleza humana y su relación con la comunicación. La lengua que hablamos ahora no es la misma que hace 20 años. Hay palabras, expresiones y fenómenos gramaticales que son imparables, nos guste o no. Es totalmente inútil resistirse al cambio porque éste va a ocurrir, queramos o no.

    Lo que sí es importante es recordar que la lengua hay que cuidarla para que siga siendo lo que es: un instrumento de comunicación e interacción entre los seres humanos que es imprescindible para el desarrollo cognitivo y social de todas nosotras. Todo lo demás, es inútil.

  • Por si te interesa, aquí la mejor gramática del rumano que hay online (en inglés).

  • La lengua de signos nicaragüense y el ramen que me quitó las ganas de follar

    La lengua de signos nicaragüense y el ramen que me quitó las ganas de follar

    El otro día mencioné la lengua de signos nicaragüense (LSN) al respecto de la capacidad innata del cerebro para crear sistemas de comunicación de carácter lingüístico. Dos días después, salió el tema en una conversación con unos amigos después de meternos un ramen entre pecho y espalda que me había quitado las ganas de follar, de lo bien que me sentó. Una cosa no tiene nada que ver con la otra, pero yo lo menciono. Yo qué sé, que vaya rulando. Cuento todo esto porque el tema es interesantísimo y porque los millones de seguidores que vivís en la provincia de Castellón y Teruel sabéis que me farcina todo lo que tenga que ver con las lenguas y el comportamiento. ¿El título de este post es clickbait? Por supuesto.

    Venga va, elaboro: hasta finales de los años 70, los niños sordos de Nicaragua vivían en un aislamiento social muy importante, ya que no contaban con un sistema de comunicación formalizado que les permitiera interactuar con otras personas fuera de sus núcleos familiares. Habían aprendido signos en casa, pero estos sistemas eran pobres, habían surgido de la improvisación y no podían utilizarlos con otros niños y niñas: éstos habían aprendido otros signos con sus familias. Sabemos, porque lo dijo Vigotsky y le tenemos mucha devoción, que el desarrollo cognitivo surge (o se facilita, o «se dispara a partir») de la interacción social; por tanto no será difícil entender que si no tienes ningún tipo de herramienta de comunicación, no podrás relacionarte con otras personas y si no puedes relacionarte, te desarrollarás cognitiva y socialmente de aquella manera. Esas generaciones con sordera que no tenían la oportunidad de aprender una lengua de signos en la escuela tenían déficits significativos en áreas esenciales de su desarrollo: muchos terminaban en situaciones de dependencia de por vida y con dificultades muy importantes para afrontar los retos de la vida adulta.

    En 1977, se inauguró el primer centro educativo para sordos en Managua, conocido como el Centro de Educación Especial Melania Morales. Este evento marcó un hito importante en la historia de la educación para personas sordas en Nicaragua. Los niños sordos comenzaron a ir al cole. Al principio, los maestros y maestras intentaron enseñarles a hablar y a leer los labios, una forma de abordar la situación que no resultó efectiva: los métodos tradicionales no lograban satisfacer las necesidades comunicativas de estos niños.

    Aquí es donde la historia se vuelve fascinante: sin un lenguaje formal al cual recurrir, los estudiantes comenzaron a crear espontáneamente sus propios gestos y señas para comunicarse entre sí. Este proceso de invención y adaptación fue especialmente notable entre los más pequeños, que habían sido escolarizados después de que los mayores hubieran aprendido a usar algunos gestos básicos. Estos niños más jóvenes tomaron estos gestos iniciales y los desarrollaron aún más, dotándolos de una estructura gramatical más compleja y coherente. En menos de una década, estos signos evolucionaron en una lengua completa y rica, conocida hoy como la LSN.

    La lingüista Ann Senghas estudió la evolución de LSN y observó que los niños más jóvenes fueron los principales innovadores en el desarrollo de la gramática de la lengua. Por ejemplo, los niños fueron inventando formas de indicar el tiempo, el modo y los aspectos de las acciones, lo que en lingüística se llama «Aktionsart», porque todo en alemán suena más aterrador. Todos estos sistemas de significados son muy importantes, precisamente, para los hablantes de castellano y el subjuntivo, el imperfecto y las perífrasis son los mecanismos que tiene el español para expresarlos. También comenzaron a usar la deixis, situando a las personas y los objetos en un «espacio de signos» que les permitía referirse a ellos de manera consistente y coherente. Aclaración: la deixis es un fenómeno que consiste en el uso de palabras cuya interpretación depende del contexto situacional, como los pronombres, adverbios de tiempo y lugar, y demostrativos. Por ejemplo, la palabra «yo» se refiere a personas diferentes dependiendo de quién la diga.

    Lo acojonante de todo esto es que este tipo de desarrollo es algo que se suele registrar en el transcurso de siglos, no de una década. Este sistema evolucionó a una velocidad inexplicable. Cada nueva promoción de estudiantes contribuyó activamente al desarrollo y enriquecimiento de LSN: no solo estaban aprendiendo un lenguaje, sino que lo estaban construyendo, dotándolo de una riqueza y complejidad que solo se observa en lenguas plenamente desarrolladas.

    Este fenómeno nos da pistas para entender que la capacidad lingüística es algo innato y al mismo tiempo ha subrayado la importancia de proporcionar a los niños sordos acceso a una lengua de señas desde una edad temprana, algo que nos está sorprendiendo mucho y que nadie nos podíamos imaginar. Quién nos iba a decir que la lengua de signos es una herramienta para la inclusión y el empoderamiento de las personas sordas.

  • Sine-wave speech

    The psychologists Robert Remez, David Pisoni, and their colleagues [...] published an article in Science on "sine-wave speech." They synthesized three simultaneous wavering tones. Physically, the sound was nothing at all like speech, but the tone followed the same contours as the bands of energy in the sentence "Where were you a year ago?". Volunteers described what they heard as "science fiction sounds" or "computer bleeps." A second group of volunteers was told that the sounds had been generated by a bad speech synthesizer. They were able to make out many of the words, and a quarter of them could write down the sentence perfectly. The brain can hear speech content in sounds that have only the remotest resemblance to speech. Indeed, sine-wave speech is how mynah birds fool us. They have a valve on each bronchial tube and can control them independently, producing two wavering tones which we hear as speech.
    
    Pinker (1994), p. 156-157
  • Los nombres de Georgia en las lenguas de Europa, por colores según la etimología.