• Noche de elecciones europeas

    (Actualizado conforme iba viendo los resultados y las declaraciones de los partidos.)

    Macron acaba de disolver la Asamblea Nacional por los resultados en las europeas. Lo que él no sabe es que no es Perrosanxe y que la jugada le va a salir regulín. Macron se ha marcado un Perro Sanxe. Pero Macron no es Perro Sanxe.

    Mientras, en la Comunitat Valenciana, con Carlos Mazón a la cabeza (o al culo) se ha registrado una fundación para hombres maltratados. Una fundación para hombres maltratados, registrado por cuñados maltratados, probablemente. No es que ser valenciano sea difícil, es que es una vergüenza. Luego está Buxadé, de BOCS, que dice que «en Austria ha ganado lo austríaco». No soy capacitista, pero la escasez cognitiva de estos dos da escalofríos.

    Lo del memo de las redes sociales (al que ni voy a mencionar ni, menos aún, voy a enlazar), ese que no sabes si es que está drogado o si es mala persona o ambas, ha sacado tres escaños, tres. Recuerdo cuando en España se reían de que Cicciolina había salido elegida en Italia y pienso que esto es mucho peor. Pero mucho, mucho peor. Hablamos de hombres jóvenes, ultraconservadores y violentos, que creen en mentiras, las difunden y que no creen ni la democracia ni en la libertad.

    Mientras tanto, en el PP, va y sale Feijóo diciendo que ha ganado las elecciones por enésima vez. Pero sigue siendo el primer español que no es elegido presidente porque él no quiere, como dijo el otro. Frente a los otros tsunamis en Europa (Macron convocando elecciones, el primer ministro belga renunciando, la CDU a tope), Perro Sanxe no ha caído. Que no es que sea santo de mi devoción, pero es que el ridículo que está haciendo el PP es de traca. Y Cuca Gamarra, en segundo plano, con la mandíbula a tope.

    Vale, ya paro.

  • La lengua como capacidad innata y las características comunes a todas las lenguas, según Pinker

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    En «El instinto del lenguaje» que mencioné aquí, Steven Pinker explora la idea de que el lenguaje es una capacidad innata en los seres humanos, similar a un instinto biológico. Pinker propone que, al igual que las aves están diseñadas para volar, los seres humanos están diseñados para hablar.

    Pinker analiza cómo el lenguaje es una habilidad compleja y única presente en todas las culturas humanas. A pesar de las diferencias significativas entre los idiomas del mundo, todos ellos comparten ciertas características fundamentales. Esto sugiere que todos los humanos poseen una capacidad innata para aprender y usar el lenguaje. Estas características forman parte de lo que se conoce como «gramática universal», una idea propuesta inicialmente por Noam Chomsky. Algunas de esas características comunes son:

    1. Estructura gramatical: Todas las lenguas tienen reglas gramaticales (fonológicas, morfológicas y sintácticas) que determinan cómo se forman y organizan las palabras y las frases. Aunque las reglas específicas pueden variar, la existencia de una gramática es una constante en todos los idiomas.
    2. Elementos básicos del lenguaje: Todas las lenguas usan categorías gramaticales como sustantivos y verbos, sujetos y predicados. Esto significa que todas tienen una forma de nombrar cosas (sustantivos) y todas tienen mecanismos para referirse a acciones o estados (verbos).
    3. Sistemas fonológicos: Todas las lenguas tienen sistemas de sonidos o fonemas. Estos sonidos se combinan según reglas específicas para formar palabras de forma significativa para generar y evocar contenidos sobre la realidad y el mundo.
    4. Capacidad de generar infinitas oraciones: Las lenguas humanas tienen la capacidad de crear un número ilimitado de oraciones nuevas a partir de un conjunto finito de palabras y reglas gramaticales. Esto se debe a la recursividad, una propiedad que permite que las frases se incrusten dentro de otras frases. Cuando aprendemos una lengua, lo hacemos de manera que con la adquisición de una serie finita de elementos y combinaciones podemos crear secuencias ilimitadas de significados que se adapten a cualquier situación.
    5. Estructura jerárquica: En todas las lenguas, las palabras y frases no se organizan de manera lineal, sino jerárquica. Por ejemplo, una oración puede contener frases subordinadas, y estas a su vez pueden contener otras frases.
    6. Referencialidad y desplazamiento: Todas las lenguas permiten a los hablantes referirse a objetos, personas, eventos y conceptos que no están presentes en el contexto inmediato. Esto se llama desplazamiento y es una característica única del lenguaje humano.
    7. Funciones pragmáticas: Todas las lenguas tienen formas de expresar funciones comunicativas básicas como hacer preguntas, dar órdenes, hacer afirmaciones, y expresar deseos o intenciones.

    Estas características sugieren que hay un conjunto de principios subyacentes que gobiernan todas las lenguas humanas, lo que respalda definitivamente la idea de que existe una capacidad lingüística innata en los seres humanos. Pinker argumenta que esta gramática universal está codificada en nuestros genes y es parte de nuestra biología como resultado de la adaptación al entorno físico y social.

    Para apoyar su argumento, menciona que los niños aprenden a hablar sorprendentemente rápido y sin instrucción formal, lo que puede interpretarse como que el cerebro humano está preparado y programado para adquirir el lenguaje. Por otra parte, menciona los idiomas criollos, que se desarrollan cuando comunidades de hablantes de diferentes lenguas crean un nuevo idioma común. Estos idiomas, a pesar de ser nuevos, tienen una estructura gramatical compleja, lo que sugiere que los seres humanos tienen una predisposición natural para organizar el lenguaje de manera estructurada. Sabemos, además, ciertas afecciones genéticas pueden afectar la capacidad de las personas para usar el lenguaje, mientras que otras habilidades cognitivas permanecen intactas. Esto indica que el lenguaje se encuentra en una parte específica del cerebro, apoyando la idea de que es una capacidad innata.

    Pinker describe en el libro algunas investigaciones neurológicas que muestran que ciertas áreas del cerebro están especializadas en el procesamiento del lenguaje. Esto refuerza la idea de que el lenguaje no es simplemente una invención cultural, sino una característica biológica de nuestra especie.

    Respecto a la lengua como capacidad innata y la relación con el aprendizaje durante la infancia, Pinker responde a algunas preguntas súper interesantes:

    ¿Cómo se desarrolla exactamente este instinto del lenguaje en los niños de diferentes culturas y entornos?

    Pinker sugiere que, independientemente del entorno cultural, todos los niños pasan por etapas similares en el desarrollo del lenguaje. Sin embargo, el entorno puede influir en el ritmo y en ciertos aspectos del aprendizaje lingüístico. La exposición a un idioma rico y variado facilita el desarrollo óptimo de las habilidades lingüísticas innatas.

    ¿Qué implicaciones tiene esta capacidad innata para el aprendizaje de segundas lenguas?

    La teoría de Pinker indica que, aunque el cerebro está más adaptado para aprender un primer idioma durante los primeros años de vida, la estructura subyacente de la gramática universal puede facilitar el aprendizaje de segundas lenguas. Los adultos pueden aprender otros idiomas aprovechando esta estructura común, aunque con más esfuerzo y menos flexibilidad que los niños.

    ¿Podemos identificar con precisión todos los genes involucrados en esta capacidad?

    Actualmente, la investigación genética está en progreso. Aunque se han identificado algunos genes relacionados con el desarrollo del lenguaje, la interacción entre múltiples genes y factores ambientales es compleja. La identificación precisa de todos los genes y sus funciones específicas en el lenguaje es un desafío que requiere más investigación.

    Leer a Steven Pinker es fundamental para cualquiera interesado en entender cómo y por qué hablamos. Leerlo te hace entender que la capacidad de hablar y entender como algo tan natural y esencial para el ser humano como caminar. ¿Por qué otras especies no han desarrollado esta capacidad? Esa es otro melón interesante, pero para otro momento.

    Referencias
    
    PINKER, S. (1994). The Language Instinct: How the Mind Creates Language. William Morrow and Company.
  • Las vicisitudes del legislador que no tiene la carrera de derecho.

  • «El instinto del lenguaje», de Pinker

    Pinker

    Desde hace décadas, la obra de Steven Pinker ha puesto en entredicho la visión tradicional del lenguaje como un mero artefacto cultural, proponiendo en su lugar que es un instinto biológico. En «El instinto del lenguaje», argumenta que el lenguaje humano está en nuestra biología de la misma manera que la capacidad de una araña se pone a tejer su tela. La araña no ha aprendido esa conducta, pero puede crearla y modificarla dependiendo de las circunstancias. Según Pinker, los humanos nacemos con una capacidad innata para aprender y usar el lenguaje, una capacidad que se despliega de manera natural sin necesidad de instrucción formal, al igual que una araña no necesita aprender nada porque ya sabe tejer la tela. Este instinto lingüístico está codificado en nuestros genes y se manifiesta en la adquisición espontánea del lenguaje durante la infancia, independientemente del entorno cultural.

    Pinker rechaza la idea de que el lenguaje sea únicamente un artefacto cultural, como puede ser la escritura o la música, que requieren de enseñanza y práctica para ser dominadas. Para él, el lenguaje es un sistema complejo que emerge naturalmente en los niños, incluso en entornos donde el input lingüístico puede ser limitado o imperfecto. La universalidad del lenguaje y su adquisición en todas las culturas humanas, incluso en comunidades aisladas, sugiere que el lenguaje es una parte esencial y definitoria de la naturaleza humana. Esta perspectiva se ve reforzada por estudios en lingüística y neurociencia que identifican estructuras cerebrales específicas dedicadas al procesamiento del lenguaje, apoyando la noción de que nuestra capacidad lingüística está biológicamente predeterminada.

    Además dice que tratar al lenguaje como un instinto biológico no solo nos permite entender mejor cómo los humanos adquirimos y usamos el lenguaje, sino que también ofrece una visión más profunda de nuestra propia naturaleza. El lenguaje, según Pinker, al no ser una invención cultural que se transmite de generación en generación, debe entenderse como capacidad que se desarrolla de forma espontánea en cada individuo. Esta visión transforma nuestra comprensión del lenguaje de un simple medio de comunicación a una característica fundamental de nuestra especie, tan natural para nosotros como lo es la habilidad de volar para los pájaros o la capacidad de construir telarañas para las arañas.

    Uno de los puntos que hizo que me explotara la cabeza es que comparte la idea de la gramática universal con Chomsky (con la Iglesia hemos topado): todos los lenguajes humanos comparten una estructura subyacente común a pesar de las diferencias en cómo se manifiestan los sistemas lingüísticos. Según Pinker, esta gramática universal es una prueba, otra vez, de que la capacidad para el lenguaje es innata en los seres humanos, que está codificada en nuestro ADN. Esta estructura universal, preprogramada, hace que los niños aprendan a hablar con tantísima rapidez y sin necesidad de aprenderlo en el colegio o de guiado por un maestro o una maestra, ya lo he dicho antes, como en el caso de la música o la lectoescritura.

    Otro punto crucial que aborda es la modularidad de la mente, e. d., la idea de que el cerebro humano está compuesto por módulos especializados que manejan diferentes aspectos de la cognición. Me chirría lo de los «módulos», pero bueno. En el caso del lenguaje, existe un módulo específico que se encarga de procesar y generar lenguaje, independiente de otras funciones cognitivas. Pinker apoya esta idea con evidencia de estudios neurológicos y casos de personas con lesiones cerebrales que afectan el lenguaje sin impactar otras habilidades cognitivas, lo que demuestra que el lenguaje está localizado en áreas específicas del cerebro. Cualquier psicólogo conoce las áreas de Wernicke y de Broca y las respectivas afasias. Esta modularidad sugiere que el lenguaje es una adaptación evolutiva, desarrollada para mejorar la comunicación y la cooperación entre los humanos.

    Además, dice que el lenguaje ha evolucionado bajo las presiones selectivas de la evolución, de forma paralela a otras características biológicas que han determinado nuestro organismo y que hacen que seamos quienes somos y actuemos como lo hacemos. Según él, el lenguaje confiere ventajas adaptativas significativas, permitiendo a los humanos compartir información, coordinar acciones y transmitir conocimientos de una generación a otra. Esta perspectiva evolutiva explica por qué el lenguaje es tan complejo y eficiente, y cómo ha podido desarrollarse y mantenerse en todas las culturas humanas a lo largo de la historia. Pinker también señala que el estudio del lenguaje desde una perspectiva biológica puede proporcionar información muy valiosa sobre la naturaleza humana y nuestras capacidades cognitivas.

    «El instinto del lenguaje» es un libro flipante y que todo el mundo interesado en las ciencias cognitivas y en la filología debería leerlo. HENCERIO.

  • Una familia estadounidense se ha escandalizado por la novela que están leyendo los chavales en tercero de la ESO. Que es un libro inapropiado para la edad, dicen.

    *Arremangándome para responder*

  • ¿Se puede tener triple nacionalidad? Claro que sí. A por la tercera que voy.

  • Tenemos la idea de que los estadounidenses nunca han pensado en cosas como el estado del bienestar, pero no. Nunca han sido el epítome de la protección social, es cierto, pero tendemos a pensar que lo que Reagan hizo en nombre del anticomunismo fue siempre la forma en que el país lidiaba con la protección de la población más desfavorecida.

  • Y luego dicen que la magia no existe.

  • Esta mujer me tiene enamorado.

  • Porque los señores de mediana edad también pueden andar por ahí con la cara pintada con flores. Y los niños, también. Y las niñas. Y cualquiera.