Categoría: LGTBIQ+

  • Es una pasiva

    Es una pasiva

    En el lenguaje cotidiano, el homosexual no es exactamente el hombre que mantiene relaciones sexuales con otro hombre, sino el que se supone que adopta un papel pasivo: el homosexual es, en realidad, marica, plumón, loca… una mujer, en definitiva. Vista desde la óptica activa, la homosexualidad puede llegar a ser considerada como el medio a través del cual el hombre afirma su potencia; en cambio, desde la «pasiva», actúa como el símbolo de la decadencia. Por ejemplo, a nadie se le ocurre burlarse del que da por el culo, y en cambio «dado por culo» es una injuria violenta.

    Badinter, E. (1993), p. 144

    Lo de siempre: lo malo no es ser maricón, el problema es ser una “pasiva”.

  • Universales del comportamiento marica

    Universales del comportamiento marica

    Según Frederick Whitam:

    1. Hay personas homosexuales en todas las sociedades.
    2. El porcentaje de homosexuales parece ser el mismo en todas las sociedades y permanece estable con el paso del tiempo.
    3. Las normas sociales no impiden facilitan la aparición de la orientación sexual.
    4. En cualquier sociedad mínimamente numerosa aparecen subculturas homosexuales.
    5. Los homosexuales de sociedades distintas tienden a parecerse en lo que respecta a su comportamiento y sus intereses.
    6. Todas las sociedades producen un continuum similar entre homosexuales muy masculinos y homosexuales muy femeninos.
  • Kinsey y la fluidez del comportamiento sexual

    Kinsey y la fluidez del comportamiento sexual

    Creo que todos los maricones deberíamos haber leído a Kinsey en algún momento de nuestras vidas. Está algo anticuado, pero no deja ser un buen punto se partida para comprender cómo se ha entendido la homosexualidad en el último siglo. Su tesis principal, la de “Comportamiento sexual del hombre” (1948) y “Comportamiento sexual de la mujer” (1953), parte de la idea de que la sexualidad humana es más fluida y variada de lo que se creía comúnmente en su época. Desafió la noción binaria de heterosexualidad y homosexualidad y sostuvo que la orientación sexual se encuentra en un continuo: muchas personas experimentan diversas formas de atracción sexual en diferentes momentos de sus vidas.

    A pesar de los 80 años que han pasado desde que Kinsey publicara estos artículos y de que existe un consenso generalizado de que el comportamiento sexual es más flexible de lo que muchos creen, todavía hay que aguantar esas gilipolleces sobre la perversión de los maricones, las bolleras y los bisexuales, la movida esta de que lo sexual es estable, binario y natural y de que el sexo es la base determinista del comportamiento social.

    Qué hartazgo.

  • La conversión de la homosexualidad en un hecho médico

    La conversión de la homosexualidad en un hecho médico debiera haberla protegido de todo juicio moral; pero no ha sido así. La problemática de las perversiones permitió todo tipo de ambigüedades. No se diferencia la enfermedad del vicio ni el mal psíquico del mal moral. Se produce un consenso para la estigmatización de aquellos hombres afeminados que son incapaces de reproducirse. Tanto en Inglaterra como en Francia, las actitudes antihomosexuales tienen que ver con el temor al declive del imperio y de la nación. Son incontables los textos que hablan con angustia de las consecuencias nefastas de la baja del índice de natalidad. El homosexual es una amenaza para la nación y para la familia pero también es “un traidor a la causa masculina”. Incluso los médicos condenan a estos hombres afeminados que no cumplen con sus obligaciones de hombre. Les acusan de mediocridad moral, de escasa valentía o devoción; deploran su vanidad, indiscreciones y cotilleos. En definitiva: son “mujeres frustradas, hombres incompletos”.

    La estigmatización de los homosexuales es el resultado del proceso de clasificación de las sexualidades. Por una ironía de la historia, fueron en gran parte los mismos homosexuales y los sexólogos más reformistas, los que metieron en el claustro de la anormalidad a los desviados. El mejor ejemplo de ese patinazo nos lo da el sexólogo Havellock Ellis. Creyendo que de esa forma iba a procurar una mayor tolerancia entre la sociedad burguesa, desarrolló un argumento basado en el hecho innato y la irresponsabilidad: no se puede nada contra la condición homosexual porque es congénita. Como resultado de esto “la hipótesis de una homosexualidad biológicamente determinada se ha impuesto en la literatura médica del siglo XX, dando lugar a todo tipo de intentos hormonales y quirúrgicos destinados a transformar a las lesbianas y homosexuales masculinos en heterosexuales”.

    Badinter, E. (1993). La identidad masculina. Alianza, p. 129.

  • 🏳️‍🌈 #pride

    Her rise to becoming a vanguard of the gay liberation movement began with the 1969 riots at the Stonewall Inn. Many people credit Marsha with throwing the first punch, though she has denied this claim many times. This doesn’t mean she wasn’t one of the riots’ most prominent figures. She worked with many other activists during the uprising, pushing against the various police attacks occurring at the time. This rebellion gave energy to a more forceful push towards the access of LGBTQIA+ rights and set the stage for future congregations, including the first gay pride parade. I like to describe it as a gay “renaissance” in that activism and study of transgender theory skyrocketed.
    
    Jalda Morancy

    Thank you, Marsha Johnson. ♥️