Si es que dicen que no hay mal que por bien no venga. Leo en EL PAÍS que los niños estadounidenses se pirran con el DANCE DANCE REVOLUTION, un simulador de baile en videojuego producido por la compañía japonesa KONAMI.
De la WIKIPEDIA:
Los jugadores escogen una canción de una lista de canciones disponibles, las cuales suelen tener un ritmo marcado. Durante un juego normal, cuatro flechas direccionales [sic.] permanecen estáticas en la parte superior de la pantalla. Otras flechas se desplazan desde la parte inferior de la pantalla hasta las flechas estáticas en la parte superior. Cuando las flechas en movimiento se encuentran sobre las flechas estáticas, el jugador debe pisar sobre la flecha adecuada en la plataforma. En algunas ocasiones dos o mas flechas deben ser pulsadas al mismo tiempo, lo que obliga al jugador a saltar para pulsar dos flechas a la vez o agacharse para pulsarlas con las manos o rodillas. De esta manera, el juego invita al jugador a bailar según la coreografía establecida para cada canción.
Según EL PAÍS, hay madres que están que pegan saltos de alegría porque sus hijos gorditos y sedentarios se han quitado un par de kilos de encima gracias a DDR, que no es un estado comunista, sino el acrónimo que usan en el diario para referirse al juego. Aquí el testimonio de doña Maureen Byrne, madre y americana:
“Mi hijo mayor, Sean, tenía michelines; estaba rechoncho y, para ser sincera, nos preocupaba”, afirma. “Habíamos oído hablar de DDR, y se lo regalé por su cumpleaños. Pusimos límites a los demás videojuegos, pero le dijimos que podía utilizar DDR cuanto quisiera. Y ahora parece otro niño. Practica deporte y corre, y vemos DDR como el puente hacia un estilo de vida más activo”.
Vamos, que al retoño de Maureen, el videojuego le ha cambiado la vida. Atención al testimonio de la pequeña Anna Potter, cuya intervención sospecho que ha sido manipulada por los pérfidos reporteros, no concibo que una niña hable así:
“Me gusta porque puedes escuchar música y no tienes que pertenecer a un equipo o ir a algún sitio especial a jugar”, dice Anna al acabar la canción. “Si juegas al béisbol o baloncesto, la gente se vuelve muy competitiva”.
Si mi hija dice eso, le giro la cara, por redicha. ¿No os la imagináis con el mismo aspecto que la de Charlie y la fábrica de chocolate? Volvamos al tema. Tan contento está todo el mundo con DANCE DANCE REVOLUTION que los más de 700 colegios públicos de Virginia Occidental han decidido instalarlo para animar las clases de deporte de la muchachada ya que este jueguecillo «mejora de la presión sanguínea, la puntuación gimnástica general y la función endotelial, que refleja la capacidad de las arterias para suministrar oxígeno», dicen en EL PAÍS.
Bueno, pues con esto zanjamos la discusión de que si los videojuegos son malos. No lo son, señores, porque contribuyen a quemar calorías, que es mejor que ponerse a leer libros, que nos vuelve sedentarios y retenemos líquidos, y digo yo que, ya que han prohibido un juego en Reino Unido porque incita a los jugadores a asesinar a venerables ancianitas a garrotazos, también podríamos prohibir, por ejemplo, La isla del tesoro, porque promueve hábitos de vida no saludables, las novelas de Salgari, por violentas y La historia interminable, por incitar a los niños a imaginar cosas y olvidarse de los valores de la familia tradicional. Hay que joderse.
PD: Buscando imágenes con Google de familias americanas –al final he desistido– me encuentro con este horror. Acepto comentarios al respecto.
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