La televisión matinal es fantástica, no cabe duda. Informa del último grito del mundo de la música –Operación Triunfo mediante, claro está–, realizan entrevistas con sensibilidad y rigor informativo –pregunta fundamental a la madre de una de las víctimas de un psicópata: ¿sabía usted que su hija se dedicaba a la prostitución?–, te cuentan lo más relevante del día –que Isabel Preysler estaba en estado cuando se casó con Julio Iglesias– e instruyen a la audiencia en campos como la medicina y la salud. Lo mismo que con los periódicos. Cumplen su papel de informadores y creadores de opinión y ayudan al pueblo a recordar episodios históricos ya olvidados:
De EL PAÍS de hoy:
Según el rotativo, el ministro nazi se aislaba de los asuntos oficiales durante meses en la mansión, que disponía de una sala de cine donde Goebbles controlaba la producción del semanario informativo cinematográfico Wochenschau y un salón principal de cien metros cuadrados.
En 1953, Goebbles, su esposa y sus seis hijos se trasladaron desde Berlín a su propiedad en el Bogensee.
Dos años después, cuando las tropas aliadas se cernían sobre Berlín, los ocho miembros de la familia se refugiaron en el búnker de Hitler y se suicidaron un día después que el líder nazi, el 1 de mayo de 1945.
Sí, sí, se refiere al Goebbels nazi, no cabe duda. ¡Pues sí que estamos bien! Salgo a la caza de la información en BILD –diario riguroso donde los haya–, fuente de la información, pero no la encuentro. Le doy a Google News y, ¡oh, sorpresa! El mismo texto, el mismito, en LA VANGUARDIA.
Y yo me pregunto, ¿se trasladaron a Berlín en alma o también en cuerpo? Si es lo primero, malo, si es lo segundo, peor, ¿tú sabes el tufo que harían? ¿O después de tantos años lo único que quedaba era el esqueleto? ¡Brrr! Para mí lo inaudito no sería la venta del edificio, sino que la familia Goebbels se trasladara a Berlín ocho años después de muerta. ¿Y se han dado cuenta ahora? ¿Y el Pardo? ¿Estará habitado? No quiero ni pensarlo.
PD: Os recomiendo El hundimiento.
ACTUALIZACIÓN
A las 15.10, el dato aparece corregido en EL PAÍS. Ahora únicamente falta que corrijan el nombre. Avisados están, así que no tienen excusa.
Deja una respuesta