He llegado a casa, después de pasarme todo el día recibiendo ayuda de, al menos, diez personas. Gracias a que todo esto ya está regulado y al reservar el billete puedes pedir que te lleven en silla de ruedas. Lo del ambulift (foto más abajo) ha sido de traca. Medio aeropuerto paralizado porque tenían que llevarme en tartana al avión. Pero menos mal, porque yo solo no podría haberlo hecho.

¿Cómo sería volar hace 30 años, sin todas estas movidas? Imposible, ya te lo digo yo.