La muerte de las lenguas: «all languages are equal»

beige, red, and brown signages on beige stand at daytime
The Guardian: Disappearing tongues: the endangered language crisis

At the heart of linguistics is a radical premise: all languages are equal. This underlies everything we do at the Endangered Language Alliance, an eccentric extended family of linguists, language activists, polyglots and ordinary people, whose mission is to document endangered languages and support linguistic diversity, especially in the world’s hyperdiverse cities.

Language is a universal and democratic fact cutting across all human societies: no human group is without it, and no language is superior to any other. More than race or religion, language is a window on to the deepest levels of human diversity. The familiar map of the world’s 200 or so nation-states is superficial compared with the little-known map of its 7,000 languages. Some languages may specialise in talking about melancholy, seaweed or atomic structure; some grammars may glory in conjugating verbs while others bristle with syntactic invention. Languages represent thousands of natural experiments: ways of seeing, understanding and living that should form part of any meaningful account of what it is to be human.

Un artículo interesantísimo en The Guardian sobre la desaparición de las lenguas, el prestigio percibido de sus hablantes y la superioridad cultural. Aquí el enlace.

La predicción exacta sobre cuántas lenguas desaparecerán en los próximos 50 años es difícil de hacer, ya que depende de diversos factores, incluyendo cambios sociales, políticos, económicos y culturales. Sin embargo, según los expertos en conservación, se estima que unas 3000 lenguas están en peligro de extinción.

Mapa de las familias lingüísticas.

La UNESCO clasifica las lenguas en diferentes categorías de vulnerabilidad, desde «seguras» hasta «extintas». Se estima que actualmente existen alrededor de 8.324 lenguas en el mundo, pero muchas de ellas están en riesgo de desaparecer debido a la globalización, la migración, la asimilación cultural y otros factores.

Algunas estimaciones sugieren que podríamos perder hasta la mitad de las lenguas actuales en los próximos 50 años. Sin embargo, los esfuerzos de revitalización y conservación lingüística también están en marcha en varias comunidades alrededor del mundo para preservar y revitalizar las lenguas en peligro y España está, en mi opinión, a la vanguardia de esos esfuerzos. La situación puede cambiar dependiendo de la conciencia global y de las iniciativas implementadas para proteger y promover la diversidad lingüística.

¿Por qué desaparecen las lenguas?

La pérdida de lenguas es un fenómeno complejo que está relacionado con diversos factores. La globalización ha llevado a una mayor interconexión entre las culturas, pero también ha tenido un impacto negativo en muchas lenguas locales. El dominio de lenguas globales, como el inglés, relega a las lenguas minoritarias a un segundo plano. Además, las migraciones masivas pueden llevar a que comunidades enteras abandonen sus lenguas originarias en favor de la lengua dominante en su nuevo entorno, sobre todo en áreas donde los sistemas educativos y la protección de los derechos de las minorías no son consideradas prioritarias. Con el tiempo, la población va adoptando la lengua dominante, lo que contribuye a la pérdida de la lengua de origen. Cuando las generaciones más jóvenes de una comunidad no aprenden y adoptan la lengua de sus ancestros, se produce una pérdida significativa de la vitalidad lingüística.

Preservar las lenguas es fundamental para salvaguardar el capital cultural de una sociedad. Cada lengua es un tesoro invaluable que alberga siglos de conocimientos, tradiciones, mitos y expresiones únicas que encapsulan la identidad de una comunidad. La diversidad lingüística enriquece el panorama cultural global, proporcionando diferentes perspectivas, modos de pensar y formas de comunicación. Al perder una lengua, se pierde no solo un medio de expresión, sino también un vasto repertorio de sabiduría acumulada a lo largo del tiempo. Las lenguas son vehículos esenciales para transmitir valores, creencias y narrativas históricas, conectando generaciones y construyendo puentes entre el pasado y el presente. El contenido que se transmite no siempre es adecuado a la realidad social, económica y política de la población que lo habla, pero ese es otro asunto que va más allá de la filología.

Al reconocer y preservar las lenguas, no solo se asegura la supervivencia de un rico patrimonio cultural, sino que también se promueve la tolerancia, la comprensión intercultural y la apreciación de la diversidad humana.