Esta es mi última semana de clase como profe de psicología, me quedan tres días y tengo que vaciar un piso, corregir los proyectos de investigación y entregar notas. El jueves tengo que estar en Valencia a las 16.00 y tengo que salir de aquí con aproximadamente 20 horas de antelación para que me dé tiempo.
¿Y qué hacemos mi TDAH y yo en vez de ponernos a solucionar cosas? Mirar coches. Que es algo que jamás he hecho, excepto una vez y de manera superficial. Ahora me ha dado por estudiar la autonomía de la batería, qué coño es eso del voltaje de carga (sí, créetelo) y con cuánta antelación he de salir al aeropuerto si quiero cargar la batería de camino y tengo que coger el avión a una hora específica. Que dirás «pues cárgalo el día antes», pero para eso hay que acordarse.
Las personas como yo experimentan dificultades relacionadas con la autorregulación y la capacidad para mantener la atención en una tarea específica. La falta de atención sostenida puede hacer que iniciar una tarea sea más difícil. En mi caso sobre todo, la necesidad de estimulación constante me lleva a posponer tareas para buscar actividades más gratificantes. ¿Qué prefieres, vaciar un piso o informarte sobre coches eléctricos? Yo siempre elegiría la segunda.
La impulsividad provoca que se elijan siempre las tareas gratificantes y se retrasen las que puedan ser beneficiosas a largo plazo. Añádele las dificultades en la organización y la planificación y ya tienes el combo para que seamos fatales en la ejecución de estrategias efectivas para terminar de hacer las cosas. Además, tenemos una gestión del tiempo de mierda y la percepción que tenemos el mismo puede llegar a ser diferente que en individuos sin TDAH.
En fin, que 48 horas después del fin de semana estoy estresadísimo por no haber hecho nada y por haber estado paralizado. La «parálisis del TDAH» es, por tanto, la tendencia a experimentar dificultades para iniciar y completar tareas debido a la falta de atención sostenida, la impulsividad y la búsqueda constante de estimulación. Esta parálisis se manifiesta en la procrastinación y la incapacidad para mantener el enfoque en una tarea específica, ya que la mente puede divagarse fácilmente, buscando actividades más gratificantes en el momento. La combinación de dificultades en la organización, la planificación y la gestión del tiempo contribuye a la sensación de estancamiento en la ejecución de tareas importantes, afectando la eficiencia y la productividad en la vida cotidiana de quienes tienen este trastorno. Y que termines de los nervios, en definitiva.
Una persona sin TDAH con la que hablaba bastante del tema siempre me reprochaba precisamente eso, que terminaba siempre sacando el tema. No es cierto que ocurriera tanto, eso era lo que le parecía a esta persona, lo que sí ocurre es que hablamos bastante del asunto. En definitiva, y lo que la gente a nuestro alrededor no entiende en muchas ocasiones es que esto responde a una necesidad de entender retrospectivamente las dificultades experimentadas a lo largo de la vida y encontrar validación y alivio.
Por favor, si alguien cercano os quiere hablar de algo relacionado con su salud mental o con su forma de ser, especialmente si ha habido un cambio reciente, es dejar que esa persona hable lo que tenga que hablar. No sólo porque sea mejor o peor para esa persona, sino porque se supone que es lo que tienes que hacer con las personas a las que quieres, sean tu amigo, tu hermano o tu primo.