En la prueba de las tres montañas, desarrollada por Piaget e Inhelder en los años 50, los participantes, generalmente niños, observan una maqueta con tres montañas de diferentes tamaños y formas. Luego, se les muestra la misma escena desde otra perspectiva, y se les pide que elijan una fotografía que represente la vista desde el punto de vista de un muñeco llamado originalmente «Jean». Que el muñeco se llame como el psicólgo suena regulín. La tarea se utiliza para evaluar la capacidad de los niños para comprender la perspectiva visual y la capacidad de tomar la perspectiva de otra persona.
Piaget sugirió que los niños pasan por distintas etapas de desarrollo cognitivo, y la tarea de las tres montañas es un ejemplo de cómo los niños en las etapas más tempranas tienden a tener dificultades para comprender la perspectiva visual de otra persona. Piaget identificó esta etapa como la etapa preoperacional (de los dos a los siete años) en su teoría del desarrollo cognitivo.
No todos los niños pueden adoptar la perspectiva de terceras personas
Según esta teoría, la capacidad de adoptar una perspectiva diferente a la hora de resolver cuestiones como la que se plantea en la tarea va evolucionando a medida que los niños pasan de una etapa a otra de su desarrollo cognitivo. En la etapa preoperacional, los niños suelen tener dificultades para adoptar la perspectiva de otra persona y comprender diferentes puntos de vista. O sea: al preguntarles qué vería Jean, el muñeco, desde su perspectiva, los niños que no son capaces de adoptar el punto de terceros dirían que ven lo que el niño ve. En el momento que pueden adoptar otras perspectivas, la cosa cambia y son capaces de decir qué vería la otra persona, cada vez con más exactitud.
A medida que los niños progresan en su desarrollo cognitivo, específicamente en la etapa de las operaciones concretas (que generalmente comienza a los siete y continúa hasta los once años), su capacidad para adoptar perspectivas diferentes va mejorando. Aunque muchos niños y muchas niñas no puedan, algunas ya han desarrollado habilidades mentales más avanzadas y pueden entender mejor la idea: en otras palabras, no todos los individuos responden de la misma menera en el mismo momento de sus vidas.
Estas diferencias pueden atribuirse a diversas variables. En primer lugar hay que tener en cuenta que los factores genéticos y la herencia influyen en las capacidades intelectuales y en la predisposición a aprender. La otra, en mi opinión, es la pasta: el entorno familiar y el nivel socioeconómico sabemos que afectan decisivamente al acceso a estímulos y recursos educativos (o sea, que los niños pobres lo tienen peor) y la interacción con los cuidadores influyen en el desarrollo cognitivo. Pero también habría que hablar de las condiciones de salud, el temperamento o el entorno cultural, social e histórico. El desarrollo no es una receta infalible: a medida que van creciendo, aumenta el número de factores que influyen en este proceso.
Etapas de desarrollo cognitivo
La teoría del desarrollo cognitivo de Jean Piaget propone cuatro etapas distintas. En la primera etapa, la sensoriomotriz (0-2 años), los niños exploran el mundo a través de los sentidos y acciones motoras. La etapa preoperacional (2-7 años) se caracteriza por el desarrollo del lenguaje y la capacidad de representación simbólica, pero con limitaciones en la comprensión de perspectivas diferentes. En la etapa operativa concreta (7-11 años), los niños adquieren habilidades de pensamiento más lógico y pueden entender conceptos abstractos. La etapa de operaciones formales (11 años en adelante) implica el razonamiento abstracto y la capacidad de pensar en hipótesis y probabilidades. Piaget sugiere que los niños atraviesan estas etapas secuencialmente, cada una marcada por cambios cualitativos en la forma en que perciben y comprenden el mundo.
El desarrollo cognitivo, no obstante, puede variar entre los niños, y algunos pueden mostrar habilidades más avanzadas antes o después de la edad típica asociada con una etapa específica. La tarea de las tres montañas es un componente clave en la investigación de Piaget sobre el desarrollo cognitivo y ha sido utilizada para evaluar la capacidad de representación espacial y la adopción de perspectivas en niños.
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