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Me acabo de enterar de que se ha muerto Misia:
La fadista Mísia falleció este sábado en Lisboa a los 69 años. Llevaba varios años en tratamiento debido a un cáncer. Deja una quincena de discos que revelan su curiosidad, su osadía y su potencia artística. Demasiada osadía y demasiada potencia para los patriarcas de la tradición, que la ningunearon y despreciaron durante años en Portugal mientras ella llevaba al fado por escenarios internacionales donde nunca había estado. La adoraron en Alemania, Francia, España ... Enlace a El País
Creo que el último cedé que me compré fue de ella. Me acompañó en una época terrible de mi vida en la que sólo podía arrastrarme y mi única meta era sobrevivir. Gracias por tus canciones.
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Mi canción del verano.
Jeg sætter mig på kanten af din seng Og du ler til mig Verden svinder ind til ingenting Når jeg ser på dig Du ligger lige så musestille Og virker ubeskriveligt lille Imellem dine mange sjove dyr Men i drømmelegen Finder vi to vejen Ud mod nye eventyr Under stjernerne på himlen Sejler du med mig Luk nu stille dine øjne Så er vi på vej Vi sejler over vandet Og ind i drømmelandet Du og jeg Og hvis du bliver skræmt af vinden Så kysser jeg dig blidt på kinden Hvor du end er i fantasien Vil jeg altid være Her hos dig, min kære Læg nu trygt din hånd i min Under stjernerne på himlen Sejler du med mig Luk nu stille dine øjne Så er vi på vej Vi sejler over vandet Og ind i drømmelandet Du og jeg Drømmelandet, du og jeg
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A propósito de lo de ayer, elaboro como he dicho por otro sitio:
- Está claro que pertenecer a un colectivo no te convierte en un ser de luz.
- Cualquier identidad y la pertenencia al grupo que sea, incluyendo las personas LGTBIQ+ es totalmente compatible con cualquier comportamiento o rasgo de personalidad.
- Esta violencia es totalmente incompatible con salir a la calle a defender nuestros derechos o los de nadie.
El colectivo LGTBIQ+ no está exento de personas homófobas, lesbófobas, tránsfobas, racistas, aporófobas, gordófobas, ultraconservadoras, misóginas y fascistas.
Nos lo tendríamos que hacer mirar muy seriamente.
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En los últimos días, el nivel de hostilidad y violencia que he visto en Grindr me ha puesto los pelos de punta. Esta peña carece de las más básicas normas de respeto, y me lo tomo a risa porque soy un ser de luz y estoy por encima de todo eso. Me han insultado, me han hecho comentarios despectivos y me han tratado con agresividad cuando simplemente he dicho que no. Como es la norma, me ha escrito gente más joven que yo, aún por madurar, con una arrogancia que viene de todas sus inseguridades y de una falta de autoestima flipantes. Parece que algunos usan la plataforma como un medio para descargar su frustración y proyectar sus problemas en los demás. En momentos como éste, además, me falta una traducción decente para «entitlement». Sabéis a qué me refiero.
Grindr, en lugar de fomentar conexiones genuinas, aunque sea para follar, se ha convertido en un espacio donde la hostilidad es la norma y el respeto brilla por su ausencia. «Digital Intimacies: How Grindr Shapes Identity and Interactions Among Gay Men» reveló que el 70% de la gente que usa este tipo de apps experimentan algún tipo de acoso, agresión verbal o cualquier otro comportamiento abusivo. Este dato refleja una realidad preocupante que algunos sufrimos, por lo que sea.
La comunicación digital parece distorsionar nuestras interacciones y deshumanizarnos. La falta de contacto cara a cara facilita que las personas se sientan menos responsables de sus palabras y de sus acciones. Es una triste que una plataforma diseñada para conectar a personas (y ganar dinero) termine alienándolas y fomentando un ambiente tóxico. La juventud que me contacta, aún por caerse del árbol, tiende a reproducir patrones de conducta que reflejan sus propias inseguridades y miedos. En vez de buscar apoyo y comprensión, muchos optan por atacar y menospreciar, quizá como un mecanismo de defensa o simplemente por la impunidad que les ofrece el anonimato.
La clave está en reconocer estos comportamientos y no dejar que nos afecten. Mantener una actitud positiva y recordar que la hostilidad de otros no define nuestro valor. Entender que detrás de cada comentario hiriente hay una historia y un contexto que, aunque no justifique, al menos explica el porqué de ciertas actitudes. Sin embargo, no debemos tolerar el abuso y es esencial reportar y bloquear a quienes perpetúan este ciclo de negatividad. En última instancia, nuestra salud mental y bienestar están por encima de cualquier interacción en una aplicación de citas.
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Este señor tiene 5,1 millones de coronas noruegas en efectivo que no puede utilizar porque los billetes se retiraron de la circulación y se le ha pasado el plazo para cambiarlos. El despiste le ha costado 435.547,45 €.
También me gustaría saber por qué tiene uno 435.000 € en efectivo si no eres Carmen Maura y no vas saltando azoteas en Madrid.