MURAKAMI, H., Sputnik, mi amor, Barcelona, Tusquets, 2005
Pág. 155
Si se me permite usar otra vez el ejemplo de los hermanos siameses, éstos no tienen por qué llevarse siempre bien. No tienen por qué esforzarse siempre en comprenderse el uno al otro. Lo más frecuente es, más bien, lo contrario. La mano derecha no sabe lo que hace la izquierda y la izquierda no sabe lo que hace la derecha. Entonces nos sentimos confusos, nos perdemos... y chocamos contra algo. ¡Badabum!
Sputnik, mi amor
Si te interesan las entradas sobre psicología, educación, filología y filosofía, suscríbete al canal de WhatsApp haciendo click aquí. No te cuesta nada, no recibirás notificaciones y no será visible tu número de teléfono, ni para los demás subscriptores ni para mí. Está mal de pedir, pero está peor de robar. Y si le das a compartir usando uno de los botones de abajo, mejor.
Comparte
Deja una respuesta