Etiqueta: comportamiento sexual

  • Los ganglios basales y el sexo

    Los ganglios basales y el sexo

    Llevo unos días con la anatomía del sistema nervioso central con los de segundo de psicología. Como voy de culo y no tengo nada que contar (bueno, sí, una bomba muy grande, pero como todavía no ha terminado el proceso, me callo para no gafarlo), voy a presentaros muy brevemente a los ganglios basales. No son tan conocidos como la amígdala, el hipocampo o la corteza cerebral, pero son unas estructuras subcorticales la mar de apañadas que juegan un papel muy importante en el aprendizaje de procesos y en el control motor voluntario.

    Los ganglios basales son fundamentales en el aprendizaje procedimental y en la automatización de la conducta. Esto implica que median en todo lo que tenga que ver con el aprendizaje motor, como realizar deportes, y en actividades como conducir, escribir, hacerse pajas y tal. Además, se sabe que estas estructuras están involucradas en el procesamiento de recompensas y la motivación: por ejemplo, pueden influir en la motivación para buscar parejas sexuales o en la respuesta a estímulos sexuales. Sin embargo, la investigación en esta área es compleja y todavía hay mucho que aprender.

    Apunte final: el comportamiento sexual es un lío de la hostia. Resulta que está controlado por un enjambre de zonas del cerebro, como el hipotálamo, la amígdala, la corteza cerebral y el sistema límbico. Estas regiones se ponen de acuerdo para regular la emoción sexual y la conducta. Pero la verdad, es un enredo tan grande que ni con GPS lograría orientarme para explicarlo todo adecuadamente.

  • Kinsey y la fluidez del comportamiento sexual

    Kinsey y la fluidez del comportamiento sexual

    Creo que todos los maricones deberíamos haber leído a Kinsey en algún momento de nuestras vidas. Está algo anticuado, pero no deja ser un buen punto se partida para comprender cómo se ha entendido la homosexualidad en el último siglo. Su tesis principal, la de “Comportamiento sexual del hombre” (1948) y “Comportamiento sexual de la mujer” (1953), parte de la idea de que la sexualidad humana es más fluida y variada de lo que se creía comúnmente en su época. Desafió la noción binaria de heterosexualidad y homosexualidad y sostuvo que la orientación sexual se encuentra en un continuo: muchas personas experimentan diversas formas de atracción sexual en diferentes momentos de sus vidas.

    A pesar de los 80 años que han pasado desde que Kinsey publicara estos artículos y de que existe un consenso generalizado de que el comportamiento sexual es más flexible de lo que muchos creen, todavía hay que aguantar esas gilipolleces sobre la perversión de los maricones, las bolleras y los bisexuales, la movida esta de que lo sexual es estable, binario y natural y de que el sexo es la base determinista del comportamiento social.

    Qué hartazgo.