Creo que voy a tener que poner en Grindr que soy Tauro, ascendente Leo, con luna en Leo. No han sido ni una vez ni dos las que me han preguntado por mi signo. Al principio me parecía una jilipollez como un piano, pero luego me he dado cuenta de que es un intento de romper el hielo y de establecer una comunicación. Cuando caí en por qué me preguntaban, decidí darle una vueltecita al asunto, así que allá va: ¿por qué la gente pregunta el horóscopo en las apps de citas?
Para empezar, sirve para encontrar pistas sobre la compatibilidad, porque según la astrología, ciertos signos zodiacales son más compatibles entre sí que otros. Aunque no haya evidencia sólida que respalde estas creencias, muchas personas encuentran en el horóscopo una guía para entender si la otra persona podría ser un buen «match». En una app de zorreo, donde las decisiones rápidas son la norma, esta pregunta podría ayudar a las personas a filtrar potenciales parejas basándose en sus creencias o expectativas sobre la compatibilidad astrológica.
En el ámbito de las citas online, en el que las primeras impresiones son cruciales, las preguntas ligeras y divertidas sobre signos zodiacales pueden aligerar la tensión y hacer que la conversación sea más fluida y agradable. Esto también puede servir para evaluar el sentido del humor de la otra persona o hasta qué punto están abiertos a discutir temas no convencionales y esto les sirve a algunas personas para determinar la compatibilidad.
El horóscopo también puede ser una herramienta para establecer una conexión emocional. Las personas tienden a acercarse a aquellas personas que comparten sus intereses y creencias, incluso si estos son de naturaleza esotérica. Hablar sobre signos zodiacales permite que la conversación fluya hacia temas más personales, como la personalidad, los valores y las expectativas en una relación. Al discutir sobre el horóscopo, se exploran áreas de afinidad y se crea un sentido de conexión emocional en un entorno que, a menudo, puede sentirse impersonal o superficial.
Preguntar sobre el horóscopo también puede ser una expresión de curiosidad o de autoexploración. Muchas personas utilizan el zodiaco como una herramienta para reflexionar sobre sus propias vidas, comportamientos y relaciones. En el contexto de una app de citas, preguntar el signo zodiacal de alguien podría ser una manera de proyectar y reflexionar sobre sus propias experiencias y expectativas. Es una manera de entender cómo se perciben a sí mismos y cómo podrían relacionarse con los demás, basándose en las características asociadas con los diferentes signos.
Puedes creer en el horóscopo o no, pero al final de la jugada es una estrategia comunicativa como otra cualquiera y da muchísimas más pistas de las que yo pensaba para abordar una situación incómoda. Que la ciencia no pueda respaldar las afirmaciones de la astrología no quiere decir que estas conversaciones no tengan una función en la interacción dentro de este contexto.
Soy Tauro, ascendente Leo, luna en Leo. Que rule.
Referencias
Beck, R. (2004). The Psychology of the Horoscope. Hamburg: Anchor Academic Publishing.
Carl Jung, Synchronicity: An Acausal Connecting Principle, 1952.
Dean, G., & Mather, A. (1977). Recent Advances in Natal Astrology: A Critical Review 1900-1976. Pergamon.
Fichten, C. S., & Wright, J. (1983). «Date Rape: The Influence of the Sign of the Zodiac, Physical Attractiveness, Dating Behavior, and Arousal on Judgments of Victim and Rapist». Journal of Applied Social Psychology, 13(1), 41-54.
McRae, R. (1996). The Psychology of Astrology. Inner Traditions/Bear & Co.
Parker, J., & Parker, D. (1986). Astrology and Relationships: The Complete Guide to the Compatibility of the Signs. New York: Crescent Books.
En los últimos días, el nivel de hostilidad y violencia que he visto en Grindr me ha puesto los pelos de punta. Esta peña carece de las más básicas normas de respeto, y me lo tomo a risa porque soy un ser de luz y estoy por encima de todo eso. Me han insultado, me han hecho comentarios despectivos y me han tratado con agresividad cuando simplemente he dicho que no. Como es la norma, me ha escrito gente más joven que yo, aún por madurar, con una arrogancia que viene de todas sus inseguridades y de una falta de autoestima flipantes. Parece que algunos usan la plataforma como un medio para descargar su frustración y proyectar sus problemas en los demás. En momentos como éste, además, me falta una traducción decente para «entitlement». Sabéis a qué me refiero.
Grindr, en lugar de fomentar conexiones genuinas, aunque sea para follar, se ha convertido en un espacio donde la hostilidad es la norma y el respeto brilla por su ausencia. «Digital Intimacies: How Grindr Shapes Identity and Interactions Among Gay Men» reveló que el 70% de la gente que usa este tipo de apps experimentan algún tipo de acoso, agresión verbal o cualquier otro comportamiento abusivo. Este dato refleja una realidad preocupante que algunos sufrimos, por lo que sea.
La comunicación digital parece distorsionar nuestras interacciones y deshumanizarnos. La falta de contacto cara a cara facilita que las personas se sientan menos responsables de sus palabras y de sus acciones. Es una triste que una plataforma diseñada para conectar a personas (y ganar dinero) termine alienándolas y fomentando un ambiente tóxico. La juventud que me contacta, aún por caerse del árbol, tiende a reproducir patrones de conducta que reflejan sus propias inseguridades y miedos. En vez de buscar apoyo y comprensión, muchos optan por atacar y menospreciar, quizá como un mecanismo de defensa o simplemente por la impunidad que les ofrece el anonimato.
La clave está en reconocer estos comportamientos y no dejar que nos afecten. Mantener una actitud positiva y recordar que la hostilidad de otros no define nuestro valor. Entender que detrás de cada comentario hiriente hay una historia y un contexto que, aunque no justifique, al menos explica el porqué de ciertas actitudes. Sin embargo, no debemos tolerar el abuso y es esencial reportar y bloquear a quienes perpetúan este ciclo de negatividad. En última instancia, nuestra salud mental y bienestar están por encima de cualquier interacción en una aplicación de citas.
¿Queda alguien que no haya usado las apps de zorreo? Servidor es culpabilísimo. Y no hablo ya de Tinder o Grindr; Instagram o Twitter también te pueden dar un alegrón. Hubo una época en que salíamos a tomarnos una copa (o diecisiete) para pegarnos un homenaje sexual. Eso ya no es así: las apps han cambiado la forma en que se establecen vínculos afectivos, por no decir «pegar polvos». Pero ojocuidao, que usarlas con estos fines puede terminar siendo un problema.
Factores que pueden predecir una adicción
Vera Cruz, Aboujaoude, Rochat, Bianchi-Demicheli y Khazaal explican en «Online dating: predictors of problematic Tinder use» (2024) los factores que favorecen que el uso de estas apps pueda hacer que te sientas peor. Hay dos factores clave que pueden predecir el uso problemático de Tinder, según este artículo:
Rasgos de personalidad: La búsqueda de sensaciones y la impulsividad son dos rasgos fuertemente asociados con el uso excesivo de estas apps. Las personas con estas características tienden a utilizar la aplicación de manera compulsiva, buscando constantemente experiencias nuevas que les generen emociones intensas. En otras palabras, que estés depresivo o te aburras fácilmente puede hacer que caigas con más rápido en la trampa y de que te absorban demasiado.
Evasión emocional: El uso de las apps de zorreo puede ser una forma de evadir problemas personales o emocionales y es otro predictor significativo. Las personas que utilizan la aplicación para escapar de sus preocupaciones diarias encuentran en Tinder o en Grindr una distracción temporal que puede convertirte en un yonki del match.
Consecuencias en la salud mental
Cuando empiezas a usar estas apps más de la cuenta, se genera una conducta muy parecida a una adicción. ¿Qué significa aquí «usarlas más de la cuenta»? Dos cosas:
Que aumente tu ansiedad: El estudio señala que el uso excesivo de Tinder correlaciona con un aumento en los niveles de ansiedad. La constante búsqueda de aprobación y la exposición al rechazo que conlleva su uso pueden afectar negativamente la autoestima y el bienestar emocional. De ahí que te sientas mal y pueda generarse un estado ansioso, en ocasiones generalizado.
Que empieces a pensar que tu vida es una mierda: Las personas que tienen un problema con estas apps tienden a experimentar una disminución en la satisfacción con la vida. Las expectativas no realistas sobre las relaciones y el compromiso, derivadas de usar estas apps constantemente, llevan a una sensación de frustración y desilusión constante y difusa.
La tendencia #BoySober
Según un artículo de The Guardian, hay nueva tendencia que lo está petando en TikTok con mujeres heterosexuales: #BoySober. Las reglas para declararse «sobria» o para «dejar a los hombres» son muy sencillas: nada de aplicaciones de citas, quedar con tíos a los que has conocido por Instagram o pegar polvos con desconocidos. El artículo dice que hay miles de mujeres están subiendo videos a TikTok en los que cuentan por qué han decidido dejar de salir con hombres y de usar Tinder.
La principal causa de este «éxodo heterosexual», como dice el artículo, es que las aplicaciones de citas se han convertido en espacios donde proliferan el acoso y las agresiones sexuales. La mayoría de las mujeres entrevistadas por por Lisa Portolan en 2020 informaron de haber vivido situaciones de violencia a raíz de haber tenido encuentros a través de apps de citas. Es espeluznante.
Declive en el uso de las apps de citas
El uso de aplicaciones de citas ha disminuido de manera constante: al parecer, la actividad en Tinder está cayendo regularmente, y las acciones de empresas como Bumble y Match Group también han experimentado descensos significativos, especialmente mujeres. Esto sugiere la aparición una creciente desconfianza y una sensación de vulnerabilidad entre las usuarias, quienes a menudo prefieren abandonar estas plataformas para proteger su salud mental y física.
A pesar de los esfuerzos regulatorios, como la mesa redonda sobre seguridad en las citas en línea en Australia en 2023, las medidas concretas para evitar estas situaciones o no han sido suficientes o están siendo implementadas con mucha lentitud. Las críticas señalan que sin una supervisión y una regulación sólidas, la creación de un código «deontológico» voluntario por parte de las empresas que desarrollan estas apps es insuficiente para garantizar la seguridad de las usuarias. Es importante que estas empresas empiecen a actuar con auténtica responsabilidad y prioricen la seguridad de sus usuarias, porque si no, no vamos a ninguna parte. Estas declaraciones de principios se quedan en agua de borrajas porque, en el fondo, no quieren un descenso en el número de usuarias o en los ingresos por publicidad, como es natural. Sólo necesitan un lavado de cara y continuar desarrollando mecanismos para enganchar a más y más gente. Como las tabacaleras.
Promover un uso razonable y saludable de las apps de citas
Comprender los factores que generan la adicción a Tinder, a Grindr o a Instagram es crucial para desarrollar estrategias que promuevan un uso más saludable y equilibrado de las aplicaciones de citas o de cualquier otra red social. Hay tres factores que pueden
Autoconocimiento: Fomentar la autoconciencia sobre los motivos personales para usar Tinder o Grindr puede ayudar a identificar comportamientos problemáticos.
Límites Claros: Establecer límites claros en el tiempo y la frecuencia de uso de la aplicación puede prevenir el uso excesivo.
Apoyo Emocional: Buscar apoyo emocional a través de amigos, familiares o profesionales puede ayudar a abordar las causas subyacentes del uso problemático de la aplicación.
Con una mayor conciencia y medidas adecuadas, es posible disfrutar de las ventajas de las aplicaciones de citas sin caer en patrones de uso perjudiciales. Pero de lo que estoy totalmente convencido es de que es necesaria la regulación de estas apps por parte de las autoridades para proteger a las personas que las usan de las situaciones de abuso sexual, de la exposición a conductas adictivas, a estafas e incluso al acceso a drogas. Las autoridades deben garantizar que estas plataformas implementen medidas de seguridad adecuadas, verifiquen la identidad de las personas que las usan y proporcionen canales efectivos para reportar conductas indebidas. Todo esto, claro está, respetando la privacidad mediante la protección de los datos personales para evitar este tipo de situaciones. ¿Es difícil? Por supuesto, pero debe hacerse.
Y después de haber escrito esto, aquí sigo yo, deslizando a la izquierda y a la derecha o enviando fueguitos, a ver qué pasa.
Referencias
Cruz, G. V., Aboujaoude, E., Rochat, L., Bianchi-Demicheli, F., & Khazaal, Y. (2024). Online dating: predictors of problematic Tinder use. BMC Psychology, 12(1), 106. https://doi.org/10.1186/s40359-024-00656-2
Portolan, Lisa. (2020). Love, Intimacy and Online Dating: How a Global Pandemic Redefined Intimacy. Routledge.
Portolan, Lisa. (2024). Thousands of women are going #BoySober: The rise of a new trend on TikTok. Recuperado de The Guardian en este enlace https://www.theguardian.com/commentisfree/article/2024/jun/10/no-dating-apps-no-dates-no-exes-no-hookups-whats-driving-the-boy-sober-trend
Yo no soy quién para decirte qué fotos debes subir a tu Grindr, qué debes contar de ti mismo o cómo tienes que usar la app. Pero si un perfil vacío me pregunta si me interesa una mamada, la respuesta es no, porque no hay nada que me pueda interesar. Al margen de sería interesante saber quién se la mama a quién. Es una de las claves de todo esto, digo yo.
En el contexto de Grindr, la ausencia de una fotografía y de información va a dificultar la interacción. Desde una perspectiva psicológica, las imágenes desempeñan un papel crucial en la formación de impresiones y conexiones entre personas. Tendemos a confiar en las señales visuales para evaluar a los demás y establecer conexiones interpersonales. La falta de una imagen genera incertidumbre y desconfianza porque falta cualquier representación visual de la persona detrás del perfil que te pregunta si quieres una mamada.
En un entorno altamente visual como el de las aplicaciones «de citas», , que más que de citas son «de correo», donde las decisiones se toman rápidamente basadas en la atracción física inicial, la ausencia de una foto puede hacer que un perfil pase desapercibido. Las personas suelen sentirse más atraídas por perfiles que muestran una imagen clara y atractiva, ya que se genera un interés inicial y facilita el proceso de establecer una conexión.
Desde el punto de vista social, la falta de una fotografía puede interpretarse como una señal de falta de compromiso o transparencia por parte del usuario. En un entorno donde la confianza es fundamental para construir algún tipo de relación significativa, aunque sea momentánea, la decisión de no mostrar una imagen puede terminar siendo un obstáculo para establecer una conexión genuina.
Además, en el contexto específico de Grindr, donde el componente visual desempeña un papel destacado, sino el principal, en la interacción entre usuarios, la ausencia de una foto puede interpretarse como una falta de interés o compromiso por parte del usuario en participar activamente en cualquier tipo de interacción más allá del fuñigamiento. Y por mucho que diga la gente, a no ser que estés siendo infiel, es humano querer algo más. Siempre. Aunque sea volver a quedar para hacer el triqui-triqui.
Que es lo de siempre: es tu Grindr y te lo follas cuando quieras. Pero es que al final se trata de relaciones humanas. De un tipo muy específico, vale, pero no es más que eso. Y no poder ponerle cara al interlocutor siempre dificulta la interacción porque existen mecanismos biológicos que nos empujan a buscar caras. Siempre.
Debemos tener cuidado al idealizar a quienes conocemos a través de las redes sociales y las apps de ligoteo. ¿Cuántas veces te has ilusionado y luego te has llevado un ghosting del copón? ¿Cuántas veces has salido con la autoestima peor de lo que estabas al principio? Muchísimas, como el resto de personas que usan / usamos las apps para conocer a gente interesante. Ojo: eso no quiere decir que tengamos un entorno social poco sólido o que no lo tengamos en absoluto. Las razones por las que te interesas por alguien que conoces virtualmente pueden ser de todo tipo.
En cualquier caso, las redes sociales suelen mostrar una versión idealizada de la vida de las personas. Las fotos y publicaciones pueden no reflejar completamente la realidad porque a nadie nos gusta, generalmente, decir que estamos tristes o que llevamos una vida de mierda. Lo que se ve en las redes sociales es siempre una representación selectiva y no toda la historia.
Además, al idealizar a otras personas en las redes sociales, puedes caer en la trampa de compararte constantemente, con esa persona o con otras. Esto puede terminar haciendo que sientas ansiedad y que tu autoestima se vaya a la mierda porque tienes la sensación de que no eres suficientemente bueno/a, guapo/a, rico/a o interesante. La comparación constante puede ser especialmente perjudicial para las personas LGBTQ+ que ya pueden enfrentar desafíos adicionales debido no sólo a la discriminación y a la estigmatización, sino a que parece que a los maricones sólo nos gusten los que están cachas, los gordos y peludos (a la vez) o los primeros violines de la Filarmónica de Berlín; mi historial sugiere que conque esté a 36,7º, haya pulso y no sea ilegal, me sobra para montarme una movida en la cabeza. Pero esa es otra historia a la que tengo que darle una vueltecita.
La idealización excesiva puede contribuir a la presión social y a la necesidad de cumplir con ciertos estándares. Esto puede afectar la salud mental, especialmente en comunidades que ya enfrentan tasas más altas de problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad. Y de eso, los maricones sabemos un rato. Al idealizar a los demás, perdemos perder de vista nuestra propia autenticidad y camino individual: cada persona es única y tiene su propio viaje.
La interacción en línea a veces puede ser engañosa. Todos presentamos versiones de nosotros mismos que no son completamente reales. Es importante ser consciente de la posibilidad de malentendidos o decepciones cuando las expectativas no coinciden con la realidad. ¿Esperabas que estaba tan bueno como salía en las fotos? Amigo, la perspectiva te puede quitar 7 kg de encima.
Tenemos que ser conscientes de los posibles impactos negativos de idealizar a otros en las redes sociales. La autenticidad, la autoaceptación y mantener la cabeza fría son aspectos fundamentales para mantener una salud mental positiva en un mundo digital. No te creas ni la mitad, no te esperes ni la mitad y no te tomes en serio ni la mitad.
Si crees que alguien no te gusta para follar es porque piensas que esa persona no te va a proporcionar placer. Aunque la naturaleza es muy sabia y te hace elegir al candidato o a la candidata más idónea desde el punto de vista genético, sería totalmente contraproducente que la biología fuera tan selectiva. Estamos programados para reproducirnos y el placer sexual es la recompensa que obtenemos cuando activamos un comportamiento orientado a la supervivencia de la especie y a la propagación de nuestro material genético.
La monogamia, de igual modo, es un artefacto cultural porque tu cuerpo lo que quiere es que generes la mayor cantidad posible de combinaciones con tu ADN. Ser monógamo va, justamente, contra principios fundamentales de la supervivencia biológica. Si eres hombre, tienes que follar mucho y tener muchas parejas sexuales, es fácil de entender.
Si experimentar placer sexual y tener muchas parejas favorecen la reproducción, la supervivencia de la especie y la propagación de tu material genético, ¿qué hacemos con la atracción? ¿Es biológica? Por supuesto: tenderemos a considerar como más atractivos aquellos individuos que sean más idóneos para reproducirnos, nos gustarán más y nos pondrán más cachondos quienes muestren indicios de que son compatibles con nuestro ADN o quien permita predecir la supervivencia de la descendencia. Por eso nos gustan las personas sanas y jóvenes, por ejemplo.
Así que la atracción sexual está determinada biológicamente y no nos puede molar todo el mundo por igual. Pero ojo, eso tampoco quiere decir que te guste un 5% de las posibles parejas sexuales. No te gustarán todas las personas que se te acerquen, pero no te gustarán tan pocas. No es posible que la naturaleza sea tan restrictiva. Todo esto vale para los maricones, que conste. No nos reproducimos, pero follar, follamos igual.
Ejemplo: el típico cachas selectivo en Grindr. Por supuesto que a ese no le van a gustar todos, faltaría más. Pero que le gusten sólo depilados y con unas cejas como las de Joan Crawford no ocurre por una exigencia del guión biológico, es porque te han dicho que es lo deseable y tú te lo has creído. Un tío con cinco kilos de más es, desde el punto de vista biológico, igual de deseable y te puede proporcionar el mismo placer sexual que el cachas con las cejas de Joan Crawford. Igual tío desdentado con 150 años (o sin piños por yonqui) no te mola tanto, pero no me voy a entretener explicando por qué.
Pero a ti te han dicho que no, que los gordos no están sanos y tú te lo has creído. Y como eres súper libre y un poco mucho de derechas además de un clasista, piensas que a ti te gustan así porque sí, porque así eres tú. Claro que igual de arbitrario es que busques osazos. Explícame por qué sólo te gustan si tienen sobrepeso, mejor si es una barriga redonda, si tienen barba y, a ser posible, si están calvos. Un CI inferior a 85 siempre ayuda, pero no es condición sine qua non. Aprovecho para decir que si tengo que limpiar las escupideras del Infierno, lo haré, pero que el miedo a sufrir por toda la eternidad no me quite la oportunidad de insultar a alguien.
La atracción sexual es cultural y ya está. Como el canon de belleza. Y cuando te crees que eres súper independiente del morir y piensas que la decisión es tuya, Kary, no lo es.
Las personas que reciben más mensajes y las que más notificaciones reciben son las que tienen mayor tendencia a hacer ghosting, según un estudio de la Universidad de Viena.
El 76% de los individuos entre 16 y 21 años de edad refiere que ha sido víctima de ghosting o ha sido quien lo ha llevado a cabo (Forrai, Koban and Matthes, 2023). Este estudio te sorprenderá por la conclusión a la que llega: no es lo mismo hacer ghosting a un amigo o a una amiga que a una persona con la que has tenido un rollo o algún tipo de relación romántica y/o sexual. Nadie se podía imaginar eso, ¿verdad? En absoluto. ¿Entonces?
Ahora viene lo bueno. El estudio aporta una perspectiva interesante. Parte de la premisa de que las investigaciones sobre este fenómeno se han centrado hasta ahora en las experiencias de las víctimas de ghosting y en las consecuencias emocionales, pero no tienen en cuenta quien lo perpetra y en las causas de este comportamiento. Si la psicología explica la conducta pero también intenta predecirla, ¿cuáles son los motivos que llevan a una persona a hacer ghosting?
El estudio llega a una conclusión muy interesante, esta vez sí: la sobreestimulación comunicativa (en el estudio lo llaman «communication overload») puede predecir la probabilidad de que se dé este comportamiento. En el caso del ghosting entre amigos o amigas, puede tener su origen en un cúmulo de variables que incluye una baja autoestima, pero esto no viene al caso.
Una correlación significativa
El estudio dice que hacer ghosting a un ligue está vinculado a la sobrecarga comunicativa y establecen que existe una correlación (no una relación de causa-efecto) entre que la persona sienta que recibe demasiadas notificaciones y/o demasiadas comunicaciones de terceras personas y la probabilidad de que se produzca el ghosting. O sea, que cuantos más mensajes recibes y más agobiado o agobiada esté con eso, más tendencia tendrás a hacer ghosting.
Para esto, Forrai y sus compinches obtuvieron los datos de 1098 individuos (16 a 21 años, media de 19,08), de los que 54,81% eran mujeres. La variable «sobrecarga comunicativa» se evaluó mediante autoinformes que incluían afirmaciones como:
«I am often overwhelmed by the fact that too many people are contacting me at the same time through social media.»
«I often feel overwhelmed by the flood of personal messages on social media.»
«It stresses me out when I receive a lot of personal messages on social media.»
Los informantes debían evaluar la frecuencia con la que ocurrían estas situaciones, las veces en las que (les) habían hecho ghosting, cómo andaban de autoestima, estrés por motivos varios, etc. Los resultados muestran que, de los individuos que habían hecho ghosting, el 46% había experimentado sobrecarga comunicativa (con una significación del p<0,001, o sea, que el vínculo entre estos dos factores es sólido). Esta correlación no se daba con la baja autoestima ni con las tendencias depresivas. En otras palabras, la muestra sugiere que aquellas personas que reciben un montón de mensajes, no necesariamente en apps de folleteo, son aquellas que tienen una mayor predisposición al ghosting.
Estos resultados están en la línea de Agarwal y Lu (2020), quienes establecieron que las personas que hacen ghosting suelen decir que tienen «problemas de tiempo» y de «gestión de los recursos» (sin más, no especifican). También coincide con Sisa (2022): las personas que reciben una «cantidad desmesurada» de mensajes son las que tienen tendencia a hacer ghosting, aunque sea sin querer. Entiendo que lo de «sin querer» se refiere a que igual una persona te envía dos mensajes y piensas «ya responderé luego…» y te das cuenta a los cinco días de que no respondiste. Para cuando quieres saludar, la otra persona, a la que le has hecho ghosting sin querer, ya te ha bloqueado. Entonces entramos en bucle: ¿quién ha ghosteado a quién?
Si recibe muchos mensajes, ¿me hará ghosting?
Puede que sí, puede que no. Que exista una correlación no quiere decir que si quedas con alguien y esa persona está mirando todo el rato el móvil porque recibe muchísimas notificaciones, vaya a hacerte ghosting. No necesariamente. Pero sí parece que una mayor cantidad de mensajes y notificaciones predice una alta probabilidad de que te lo hagan.
Quién iba a decir que la estrategia de las apps para tenerte enganchado, la de bombardearte con notificaciones, aun cuando no tienen nada que decirte, sólo beneficia a las personas que obtienen rendimiento económico de la app que tú estás usando. ¿Has recibido alguna vez una notificación de Instagram o de lo que sea, diciendo que no tienes nada nuevo pero que igual te estás perdiendo lo que fulanito o menganita están posteando? ¿No? Yo sí. Muchísimas veces. Y de Facebook. «No te pierdas lo que está diciendo tal persona.» «Tienes un recuerdo de hace ocho años, cuando parecías un adefesio.» «Comparte con mengano (tu ex) esa maravillosa foto en la que se te ve la lorza.» ¿Para qué lo hacen? Para tenerte enganchado o enganchada. No recuerdo si Tinder lo hace o no, probablemente. Creo que Grindr, sí. Da igual, el documental «The Social Dilemma» de Netflix cuenta esto mejor que yo. Si lo ves, flipas.
Todo esto nos ayuda a entender un poco mejor el fenómeno del ghosting. No digo que no joda, que lo hace, y mucho; te deja en un limbo de darle vueltas a la cabeza de por qué esa persona ha desaparecido. Es inevitable pensar que la razón por la que ha pasado está en ti, que no le gustas. Entonces comienzas a buscar las razones exactas por las que esto ha ocurrido y qué es eso que a la otra persona no le ha gustado. Obviamente, y más si tienes la autoestima un poco regulín, vas a encontrar miles de razones. Como no tienes un punto de referencia ni una explicación, el ghosting te da alas para ponerte en lo peor. Y eso a la idea que tienes de ti mismo o de ti misma le viene fatal. No estoy diciendo nada nuevo.
¿Seré yo?
Lo nuevo es de todo esto es: ¿y si el ghosting no tiene nada que ver conmigo? ¿Y si le ha pasado cualquier cosa? ¿Y si es que está hasta arriba? ¿Y si ha sido sin intención? ¿Y si ha sido abducido por los extraterrestres en la carretera de Matapozuelos a Gomeznarro y le han hecho pruebas de resistencia sexual y ahora no tiene ganas nada más que de comer bocadillos de jamón y escuchar discos de Bustamante?
¿A que te han dicho esto tus amigos y tus amigas cuando te ha pasado? Es un clásico. «Deja pasar un par de días, a ver». «Ya verás, seguro que ha pasado algo y no puede escribirte.» Para luego, a la semana y media, decirte «ya sabía yo que ese hijo de la grandísima puta te iba a hacer algo así», un clásico de las amistades. Que bueno, que muchas veces no pasa nada y la persona nunca se vuelve a poner en contacto contigo por lo que sea. A lo mejor es verdad que no le has gustado. ¿Pero y si es que tu mensaje se ha perdido entre tanta notificación?
Que quede clara una cosa: la razón por la que haces ghosting es irrelevante para ser una mierda de persona. Da igual la razón. Hacer ghosting está mal. Está mal. Está mal. Pero la razón sí es determinante a la hora de evaluar cuántos puntos te llevas en la escala Mercator de ser escoria humana. No por nada, sino porque básicamente los sentimientos de esa persona no te importan, pedazo de mierda. Es lo mismo, pero no es igual. O no. Ya diréis, vosotros y vosotras.
No sé, en el fondo da igual, la cuestión es que te han hecho ghosting y eso es una jodienda. Pero que sepas que quizá la razón no es que sea un cabrón o una cabrona, igual es que no tiene nada que ver contigo, igual sí le han abducido los extraterrestres. Igual.
Referencias
AGARWAL, N. K. y LU, W. (2020). «Response to non-response: How people react when their smartphone messages and calls are ignored». Proc. Assoc. Inf. Sci. Technol. 57(1), sin número de página.
FORRAI, M., KOBAN, K. y MATTHES, J. (2023). «Short-sighted ghosts. Psychological antecedentes and consequences of ghosting others within emerging adults’ romantic relationships and friendships». En Telematcis and Informatics, 80,sin número de página. Se puede descargar aquí.
SISA, A. (2022). «Ghosting as a technologically assisted exit strategy on mobile dating apps. Anthropol. Notebooks 28(2), pp. 1-22.
PD: Puedes encontrar aquíuna lista con artículos sobre estudios recientes en psicología, incluido Forrai, Koban y Matthes (2023).