Llevo unos días con la anatomía del sistema nervioso central con los de segundo de psicología. Como voy de culo y no tengo nada que contar (bueno, sí, una bomba muy grande, pero como todavía no ha terminado el proceso, me callo para no gafarlo), voy a presentaros muy brevemente a los ganglios basales. No son tan conocidos como la amígdala, el hipocampo o la corteza cerebral, pero son unas estructuras subcorticales la mar de apañadas que juegan un papel muy importante en el aprendizaje de procesos y en el control motor voluntario.
Los ganglios basales son fundamentales en el aprendizaje procedimental y en la automatización de la conducta. Esto implica que median en todo lo que tenga que ver con el aprendizaje motor, como realizar deportes, y en actividades como conducir, escribir, hacerse pajas y tal. Además, se sabe que estas estructuras están involucradas en el procesamiento de recompensas y la motivación: por ejemplo, pueden influir en la motivación para buscar parejas sexuales o en la respuesta a estímulos sexuales. Sin embargo, la investigación en esta área es compleja y todavía hay mucho que aprender.
Apunte final: el comportamiento sexual es un lío de la hostia. Resulta que está controlado por un enjambre de zonas del cerebro, como el hipotálamo, la amígdala, la corteza cerebral y el sistema límbico. Estas regiones se ponen de acuerdo para regular la emoción sexual y la conducta. Pero la verdad, es un enredo tan grande que ni con GPS lograría orientarme para explicarlo todo adecuadamente.