Si estás acostumbrado a las estructuras del latín, el griego, o el castellano, el albanés puede parecerte de otro planeta. No es que no pertenezca a la misma familia que las lenguas anteriores, es que parece que decidió vestirse de emo, ponerse una pamela y andar a la pata coja.
Para empezar, la morfología del albanés es una pesadilla. Mientras que otras lenguas indoeuropeas han simplificado sus sistemas de declinación, el albanés sigue utilizando un conjunto de casos que no siguen ningún patrón lógico y que le complican la vida a cualquiera que quiera aprenderla. Es como intentar aprender a manejar un destornillador y te hubieras encontrado con un maletín completo de herramientas, cada una con su propio manual de instrucciones.
En resumen, sobre la morfología del albanés:
- Flexión Nominal Compleja: El albanés tiene una declinación nominal compleja con cinco casos (nominativo, acusativo, genitivo, dativo, ablativo) y tres géneros (masculino, femenino y neutro). Los sustantivos también se declinan según el número (singular y plural).
- Artículos Definidos y Indefinidos: Los artículos definidos se posponen al sustantivo, lo cual es una característica notablemente diferente de muchas lenguas indoeuropeas. Por ejemplo, «libro» es «libër», mientras que «el libro» es «libri». Los artículos indefinidos se anteponen al sustantivo (p.ej., «un libro» es «një libër»).
- Sistema Verbal Complejo: El sistema verbal del albanés es bastante complejo y consta de múltiples tiempos (presente, pasado, futuro), modos (indicativo, subjuntivo, imperativo, optativo), y aspectos (perfectivo e imperfectivo). Además, el albanés utiliza auxiliares para formar tiempos compuestos. No es que esto sea especialmente particular, de hecho, diría que el castellano es más complejo en cuanto al número de formas. Pero si los verbos irregulares de las lenguas germánicas te parecen una movida, cágate con las del albanés.
- Uso Extensivo de Partículas: El albanés emplea diversas partículas gramaticales para indicar aspectos verbales, negaciones, y otras funciones gramaticales. Estas partículas son esenciales para la correcta conjugación y comprensión de los verbos. Lo mejor del caso es que estas partículas, que en otras lenguas como las germánicas no se declinan ni na, en albanés tienen formas aparentemente aleatorias. La partícula del genitivo y la de los adjetivos hará que te explote la cabeza.
El vocabulario albanés es otro misterio. Muchas de sus palabras no tienen un equivalente claro en otras lenguas indoeuropeas. Algunas parecen sacadas de la nada y los filólogos llevan un siglo rascándose la cabeza tratando de rastrear sus orígenes. Esta independencia léxica le da al albanés un tono muy propio, y a veces parece que están hablando en códigos secretos.
Además, el albanés ha absorbido influencias de muchos pueblos. A lo largo de la historia, Albania ha estado en contacto con culturas y lenguas muy diversas: el latín y el griego de la antigüedad, el eslavo de los vecinos balcánicos, el turco durante el Imperio Otomano, y más recientemente, el italiano. Esta mezcla ha dejado una serie de huellas en el idioma, que han terminado generando un vocabulario que es un verdadero crisol.
La pronunciación también es un campo de minas. El albanés tiene sonidos que no son comunes en otras lenguas indoeuropeas. Algunas combinaciones de consonantes y vocales pueden parecer extrañas y difíciles de pronunciar. Los hablantes de otros idiomas pueden sentirse como si estuvieran intentando aprender a tocar un instrumento musical, con notas que nunca antes habían escuchado.
Más o menos, hay que saber lo siguiente:
- Sistema Vocálico: El albanés tiene siete vocales: /a, ɛ, e, i, o, u, y/ (la última es una vocal frontal redondeada, similar a la ‘ü’ alemana). Además, tiene dos diptongos principales: /ai/ y /au/. Nada del otro jueves. Averiguar cuál es la tónica es otra cosa.
- Consonantes Palatalizadas y Alveolares: Presenta una distinción entre consonantes palatalizadas y no palatalizadas, lo cual afecta significativamente la fonología de la lengua. También tiene una serie de consonantes alveolares, post-alveolares y retroflejas.
- Entonación y Acento: La entonación y el acento en albanés son distintivos y hay filólogos que llevan tres décadas discutiendo a hostias si es predecible o no.
- Influencia de Lenguas Vecinas: La fonología del albanés ha sido incluida por lenguas vecinas, como el griego, el latín y las lenguas eslavas, resultando en una rica variedad de sonidos y préstamos fonológicos.
A pesar de todas estas movidas o precisamente por ellas, el albanés tiene un encanto especial. Su complejidad morfológica y su riqueza léxica lo convierten en una lengua fascinante. Es una ventana a una cultura totalmente diferente de la tuya. Además, aprender albanés es una manera de conectar con una cultura que ha resistido y florecido a pesar de las dificultades y a pesar de haber estado maltratada por todos sus vecinos.
No es una lengua que se aprenda en España. De hecho, creo que no hay ninguna escuela oficial de idiomas que la enseñe. Y me parece que tampoco hay ninguna facultad. Recemos porque algunas almas caritativas la cuelguen en Duolingo.