A propósito de lo que escribí ayer: la relación entre la mentira y la disonancia cognitiva ha sido un enfoque destacado entre los investigadores. El propio Leon Festinger, en colaboración con su colega James Merrill Carlsmith, llevó a cabo un estudio que ilustra cómo la mente de aquellos que se engañan a sí mismos aborda la disonancia cognitiva al aceptar la falsedad como verdad. Aunque existen diversas formas de resolver la disonancia cognitiva, en muchas ocasiones optamos por emplear estrategias de autoengaño o engaño a terceros para hacerla desaparecer. Esto implica manipular nuestras propias ideas y creencias para que parezcan encajar de manera superficial, creando una ilusión de que el malestar originado por la disonancia cognitiva carecía de fundamento desde el principio. No obstante, esta táctica nos expone a encontrarnos repetidamente con las consecuencias de la contradicción encubierta que en realidad no hemos resuelto.