La peña se pasa de optimista con sus propias aptitudes de diagnóstico clínico en psiquiatría. Ahora resulta que cualquiera puede decir que eres bipolar, que estás deprimido o que tienes esquizofrenia. Imagínate si ya es difícil con la carrera de psicología o de psiquiatría a tus espaldas, cómo no va a serlo para ti, que te has leído dos blogs y un libro de autoayuda.
¿Y los tratamientos? Sal a que te dé el aire. Haz ejercicio. Y mi preferida: ¡sé positivista! Patada en el positivismo es lo que te mereces. O mejor: dos patadas. El positivismo no es tener una actitud optimista ante la vida, es otra cosa: más o menos es la premisa de que el conocimiento deriva de aquello que es observable mediante los sentidos y comprobable mediante métodos como la experimentación y la comprobación de hipótesis. Así que la primera patada en los cojones te la mereces por hablar del positivismo sin tener ni puta la idea de lo que es.
La segunda patada te va a venir por decirle a alguien con depresión (si es que la sufre) que salga a que le dé el aire y que se tome las cosas con tranquilidad. Pedazo de imbécil, si eso es precisamente lo que no se puede hacer con la depresión. Pero ¿qué sabrás tú de estar deprimido? ¿Qué sabes tú del trastorno bipolar? ¿Qué sabes tú de lo que es una esquizofrenia? Nada. Entonces, ¿para qué vas dando consejos? Que la puedes cagar, a ver si te enteras.
Y la tercera patada te la vamos a dar porque no vas diagnosticando un cáncer de huesos al primero al que le duele la rodilla y tampoco insistes que tomen una cucharadita de cúrcuma para matar el tumor. ¿Verdad que tampoco dices que lo mejor es tomarse las cosas con tranquilidad para bajar el colesterol? Pues con esto, igual. La depresión no se va con salir a que te dé el aire. Ayuda, pero no soluciona nada. Al contrario: puedes hacer que esa persona se sienta peor porque piensa que la solución es fácil y sencilla y que no puede porque es una persona de mierda. Puntito en la boca y estaría mejor.
Ten cuidado con mencionar diagnósticos y sé prudente, porque decir que alguien está deprimido es crear una narrativa que se pone a circular como un rumor. Y ya sabemos qué les pasa a las personas que ponen a circular rumores, ¿verdad? Que se merecen dos hostias.