• Usar Tinder o Grindr puede ser un problema: ¿qué consecuencias puede tener para la salud mental?

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    ¿Queda alguien que no haya usado las apps de zorreo? Servidor es culpabilísimo. Y no hablo ya de Tinder o Grindr; Instagram o Twitter también te pueden dar un alegrón. Hubo una época en que salíamos a tomarnos una copa (o diecisiete) para pegarnos un homenaje sexual. Eso ya no es así: las apps han cambiado la forma en que se establecen vínculos afectivos, por no decir «pegar polvos». Pero ojocuidao, que usarlas con estos fines puede terminar siendo un problema.

    Factores que pueden predecir una adicción

    Vera Cruz, Aboujaoude, Rochat, Bianchi-Demicheli y Khazaal explican en «Online dating: predictors of problematic Tinder use» (2024) los factores que favorecen que el uso de estas apps pueda hacer que te sientas peor. Hay dos factores clave que pueden predecir el uso problemático de Tinder, según este artículo:

    1. Rasgos de personalidad: La búsqueda de sensaciones y la impulsividad son dos rasgos fuertemente asociados con el uso excesivo de estas apps. Las personas con estas características tienden a utilizar la aplicación de manera compulsiva, buscando constantemente experiencias nuevas que les generen emociones intensas. En otras palabras, que estés depresivo o te aburras fácilmente puede hacer que caigas con más rápido en la trampa y de que te absorban demasiado.
    2. Evasión emocional: El uso de las apps de zorreo puede ser una forma de evadir problemas personales o emocionales y es otro predictor significativo. Las personas que utilizan la aplicación para escapar de sus preocupaciones diarias encuentran en Tinder o en Grindr una distracción temporal que puede convertirte en un yonki del match.
    a person holding a red cell phone in their hand

    Consecuencias en la salud mental

    Cuando empiezas a usar estas apps más de la cuenta, se genera una conducta muy parecida a una adicción. ¿Qué significa aquí «usarlas más de la cuenta»? Dos cosas:

    • Que aumente tu ansiedad: El estudio señala que el uso excesivo de Tinder correlaciona con un aumento en los niveles de ansiedad. La constante búsqueda de aprobación y la exposición al rechazo que conlleva su uso pueden afectar negativamente la autoestima y el bienestar emocional. De ahí que te sientas mal y pueda generarse un estado ansioso, en ocasiones generalizado.
    • Que empieces a pensar que tu vida es una mierda: Las personas que tienen un problema con estas apps tienden a experimentar una disminución en la satisfacción con la vida. Las expectativas no realistas sobre las relaciones y el compromiso, derivadas de usar estas apps constantemente, llevan a una sensación de frustración y desilusión constante y difusa.

    La tendencia #BoySober

    Según un artículo de The Guardian, hay nueva tendencia que lo está petando en TikTok con mujeres heterosexuales: #BoySober. Las reglas para declararse «sobria» o para «dejar a los hombres» son muy sencillas: nada de aplicaciones de citas, quedar con tíos a los que has conocido por Instagram o pegar polvos con desconocidos. El artículo dice que hay miles de mujeres están subiendo videos a TikTok en los que cuentan por qué han decidido dejar de salir con hombres y de usar Tinder.

    La principal causa de este «éxodo heterosexual», como dice el artículo, es que las aplicaciones de citas se han convertido en espacios donde proliferan el acoso y las agresiones sexuales. La mayoría de las mujeres entrevistadas por por Lisa Portolan en 2020 informaron de haber vivido situaciones de violencia a raíz de haber tenido encuentros a través de apps de citas. Es espeluznante.

    Declive en el uso de las apps de citas

    El uso de aplicaciones de citas ha disminuido de manera constante: al parecer, la actividad en Tinder está cayendo regularmente, y las acciones de empresas como Bumble y Match Group también han experimentado descensos significativos, especialmente mujeres. Esto sugiere la aparición una creciente desconfianza y una sensación de vulnerabilidad entre las usuarias, quienes a menudo prefieren abandonar estas plataformas para proteger su salud mental y física.

    A pesar de los esfuerzos regulatorios, como la mesa redonda sobre seguridad en las citas en línea en Australia en 2023, las medidas concretas para evitar estas situaciones o no han sido suficientes o están siendo implementadas con mucha lentitud. Las críticas señalan que sin una supervisión y una regulación sólidas, la creación de un código «deontológico» voluntario por parte de las empresas que desarrollan estas apps es insuficiente para garantizar la seguridad de las usuarias. Es importante que estas empresas empiecen a actuar con auténtica responsabilidad y prioricen la seguridad de sus usuarias, porque si no, no vamos a ninguna parte. Estas declaraciones de principios se quedan en agua de borrajas porque, en el fondo, no quieren un descenso en el número de usuarias o en los ingresos por publicidad, como es natural. Sólo necesitan un lavado de cara y continuar desarrollando mecanismos para enganchar a más y más gente. Como las tabacaleras.

    Instagram

    Promover un uso razonable y saludable de las apps de citas

    Comprender los factores que generan la adicción a Tinder, a Grindr o a Instagram es crucial para desarrollar estrategias que promuevan un uso más saludable y equilibrado de las aplicaciones de citas o de cualquier otra red social. Hay tres factores que pueden

    • Autoconocimiento: Fomentar la autoconciencia sobre los motivos personales para usar Tinder o Grindr puede ayudar a identificar comportamientos problemáticos.
    • Límites Claros: Establecer límites claros en el tiempo y la frecuencia de uso de la aplicación puede prevenir el uso excesivo.
    • Apoyo Emocional: Buscar apoyo emocional a través de amigos, familiares o profesionales puede ayudar a abordar las causas subyacentes del uso problemático de la aplicación.

    Con una mayor conciencia y medidas adecuadas, es posible disfrutar de las ventajas de las aplicaciones de citas sin caer en patrones de uso perjudiciales. Pero de lo que estoy totalmente convencido es de que es necesaria la regulación de estas apps por parte de las autoridades para proteger a las personas que las usan de las situaciones de abuso sexual, de la exposición a conductas adictivas, a estafas e incluso al acceso a drogas. Las autoridades deben garantizar que estas plataformas implementen medidas de seguridad adecuadas, verifiquen la identidad de las personas que las usan y proporcionen canales efectivos para reportar conductas indebidas. Todo esto, claro está, respetando la privacidad mediante la protección de los datos personales para evitar este tipo de situaciones. ¿Es difícil? Por supuesto, pero debe hacerse.

    Y después de haber escrito esto, aquí sigo yo, deslizando a la izquierda y a la derecha o enviando fueguitos, a ver qué pasa.

    Referencias
    
    Cruz, G. V., Aboujaoude, E., Rochat, L., Bianchi-Demicheli, F., & Khazaal, Y. (2024). Online dating: predictors of problematic Tinder use. BMC Psychology, 12(1), 106. https://doi.org/10.1186/s40359-024-00656-2
    
    Portolan, Lisa. (2020). Love, Intimacy and Online Dating: How a Global Pandemic Redefined Intimacy. Routledge.
    
    Portolan, Lisa. (2024). Thousands of women are going #BoySober: The rise of a new trend on TikTok. Recuperado de The Guardian en este enlace https://www.theguardian.com/commentisfree/article/2024/jun/10/no-dating-apps-no-dates-no-exes-no-hookups-whats-driving-the-boy-sober-trend 
  • girl sticking her tongue out while using mobile phone

    Que todavía haya gente que no lo ha entendido es una cosa que me alucina. El acceso constante a los teléfonos móviles durante la infancia y la adolescencia deteriora la salud mental, la autoestima y la salud física de los chavales. El acceso constante a las redes sociales durante la infancia puede afectar el sueño, la concentración y las relaciones interpersonales. Además, la exposición a contenido inapropiado o dañino en línea puede tener consecuencias duraderas en su desarrollo. Este efecto, según Twenge y Campbell (2018, ver abajo), es mucho más acusado durante la adolescencia que durante la infancia.

    Among 14- to 17-year-olds, high users of screens (7+ h/day vs. low users of 1 h/day) were more than twice as likely to ever have been diagnosed with depression (RR 2.39, 95% CI 1.54, 3.70), ever diagnosed with anxiety (RR 2.26, CI 1.59, 3.22), treated by a mental health professional (RR 2.22, CI 1.62, 3.03) or have taken medication for a psychological or behavioral issue (RR 2.99, CI 1.94, 4.62) in the last 12 months. Moderate use of screens (4 h/day) was also associated with lower psychological well-being. Non-users and low users of screens generally did not differ in well-being. Associations between screen time and lower psychological well-being were larger among adolescents than younger children.
    Twenge, J. M., & Campbell, W. K. (2018). "Associations between screen time and lower psychological well-being among children and adolescents: Evidence from a population-based study." En Preventive medicine reports, 12, 271–283. https://doi.org/10.1016/j.pmedr.2018.10.003
    
  • Evita idealizar a las personas que conoces por las redes sociales y las apps de ligoteo

    Debemos tener cuidado al idealizar a quienes conocemos a través de las redes sociales y las apps de ligoteo. ¿Cuántas veces te has ilusionado y luego te has llevado un ghosting del copón? ¿Cuántas veces has salido con la autoestima peor de lo que estabas al principio? Muchísimas, como el resto de personas que usan / usamos las apps para conocer a gente interesante. Ojo: eso no quiere decir que tengamos un entorno social poco sólido o que no lo tengamos en absoluto. Las razones por las que te interesas por alguien que conoces virtualmente pueden ser de todo tipo.

    En cualquier caso, las redes sociales suelen mostrar una versión idealizada de la vida de las personas. Las fotos y publicaciones pueden no reflejar completamente la realidad porque a nadie nos gusta, generalmente, decir que estamos tristes o que llevamos una vida de mierda. Lo que se ve en las redes sociales es siempre una representación selectiva y no toda la historia.

    Además, al idealizar a otras personas en las redes sociales, puedes caer en la trampa de compararte constantemente, con esa persona o con otras. Esto puede terminar haciendo que sientas ansiedad y que tu autoestima se vaya a la mierda porque tienes la sensación de que no eres suficientemente bueno/a, guapo/a, rico/a o interesante. La comparación constante puede ser especialmente perjudicial para las personas LGBTQ+ que ya pueden enfrentar desafíos adicionales debido no sólo a la discriminación y a la estigmatización, sino a que parece que a los maricones sólo nos gusten los que están cachas, los gordos y peludos (a la vez) o los primeros violines de la Filarmónica de Berlín; mi historial sugiere que conque esté a 36,7º, haya pulso y no sea ilegal, me sobra para montarme una movida en la cabeza. Pero esa es otra historia a la que tengo que darle una vueltecita.

    La idealización excesiva puede contribuir a la presión social y a la necesidad de cumplir con ciertos estándares. Esto puede afectar la salud mental, especialmente en comunidades que ya enfrentan tasas más altas de problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad. Y de eso, los maricones sabemos un rato. Al idealizar a los demás, perdemos perder de vista nuestra propia autenticidad y camino individual: cada persona es única y tiene su propio viaje.

    La interacción en línea a veces puede ser engañosa. Todos presentamos versiones de nosotros mismos que no son completamente reales. Es importante ser consciente de la posibilidad de malentendidos o decepciones cuando las expectativas no coinciden con la realidad. ¿Esperabas que estaba tan bueno como salía en las fotos? Amigo, la perspectiva te puede quitar 7 kg de encima.

    Tenemos que ser conscientes de los posibles impactos negativos de idealizar a otros en las redes sociales. La autenticidad, la autoaceptación y mantener la cabeza fría son aspectos fundamentales para mantener una salud mental positiva en un mundo digital. No te creas ni la mitad, no te esperes ni la mitad y no te tomes en serio ni la mitad.

  • Tu psicólogo en Instagram

    ¿Por qué no debes hacer caso de lo que te dicen los influencers en Instagram sobre cómo deshacerte de tu novio tóxico?

    Las redes sociales, especialmente Instagram, se han convertido en una fuente aparentemente interminable de información sobre cualquier tema que te puedas imaginar, incluida la psicología. Pero no todo lo que se comparte en estas plataformas proviene de fuentes fiables y bien informadas y, de hecho, a veces dicen estupideces como un piano de grandes. Si fueran tonterías y ya, vale. Pero es que hacen más daño que otra cosa.

    La psicología no es tan sencilla

    Instagram es una plataforma visual que favorece la simplicidad y la inmediatez. La psicología, no es así: es una disciplina compleja y en constante evolución que requiere un entendimiento profundo y muchísimo análisis crítico, como cualquier ciencia (sí, ciencia). Los contenidos que consumimos al hacer scroll simplifican excesivamente los conceptos psicológicos, las teorías y las explicaciones, presentándolos de manera atractiva pero superficial.

    El problema es que cuando un contenido se presenta de manera atractiva y sencilla y ofrece una respuesta simple a un problema complejo, resulta muy pegadiza. Sin esfuerzo, de pronto, podemos utilizar una guía que aplicamos a todo, desde las relaciones de pareja, hasta cómo lidiamos con la amiga tóxica, pasando por nuestros probelmas para decir «no». Pero no todo es tan fácil y aplicar estas reglas tan básicas hace que le eches sal gruesa a todo.

    Además, hasta donde yo sé, hay muy pocos creadores en Instagram que se hayan licenciado en psicología. Y muchos menos los que son especialistas en terapias. A menudo, estos influencers (que en muchas ocasiones son gente con pasta, guapa y que tiene la palabra fácil) comparten sus opiniones y experiencias personales disfrazadas de autoridad en la materia cuando, en realidad, carecen de la formación académica y la experiencia clínica necesarias para abordar de manera precisa y ética asuntos psicológicos complejos. La psicología es una ciencia rigurosa que requiere años de estudio y práctica para comprenderla plenamente, y confiar en información no verificada de fuentes no especializadas puede conducir a malentendidos y consejos poco sólidos.

    La simplificación excesiva de los trastornos mentales es otro de los problemas. Los trastornos psicológicos son a menudo presentados de manera burda, con descripciones que no reflejan la complejidad y la variedad de experiencias de las personas que los experimentan y que se basan en haber leído un artículo de la Wikipedia. Esto puede contribuir a la estigmatización y a una comprensión inadecuada de los problemas de salud mental pero también hace que mucha gente piense que tiene ese trastorno. Es como cuando algunas personas cogen el DSM-5 (el manual de diagnóstico clínico), que piensan que tienen un trastorno de ansiedad, uno de la personalidad y son bipolares. Entender y manejar correctamente el DSM-5 es cuestión de años de estudio, práctica, entrenamiento y mucho ojo clínico.

    Para ser psicoterapeuta debes haber estudiado, y mucho

    La psicología es una disciplina en constante evolución, con nuevas investigaciones y descubrimientos que desafían y amplían constantemente nuestra comprensión de la mente humana. Sin embargo, la información que encontramos en Instagram a menudo carece de la actualización necesaria y puede basarse en ideas desactualizadas o desacreditadas, como cuando hablan del síndrome de Asperger. Confiar en ese contenido desactualizado puede llevar a la adopción de prácticas obsoletas o ineficaces, lo que termina siendo perjudicial tanto para aquellos que buscan ayuda como para quienes intentan proporcionarla. Y no sólo eso, sino que muchos terminan diagnosticando a otros a partir de lo que han visto en las stories. ¿Quién no ha escuchado decir a alguien lo de que alguien está sufriendo un trastorno de personalidad narcisista? Yo, muchas veces.

    La falta de contexto también es un problema común en las publicaciones de Instagram sobre psicología. La psicología se basa en gran medida en la comprensión de la individualidad y la diversidad de las experiencias humanas, la multitud de variables que afectan a las personas y cómo las personas podemos entender el mismo hecho de mil millones de formas diferentes. Las stories carecen de la profundidad necesaria para abordar la complejidad de los problemas psicológicos y pueden proporcionar soluciones simplistas que no son aplicables a todas las situaciones. Para sacarte la carrera de psicología tienes que estudiar años, pero tú puedes diagnosticar un TOC y hablas de responsabilidad afectiva por lo que has visto en las stories de tu influencer de confianza.

    Hacer caso de lo que dicen sobre psicología en Instagram es una tontería muy grande: la información está simplificada, muchas veces está equivocada y quien te la proporciona ni ha estudiado ni tiene en cuenta los múltiples contextos en los que se genera la conducta humana. Es importante abordar la psicología con seriedad y responsabilidad, buscando información en fuentes confiables y, cuando sea necesario, consultando a profesionales debidamente cualificados para obtener orientación y apoyo.

  • Ya no coges el teléfono porque es invasivo y te hace perder el tiempo. No como Whatsapp, Twitter, Instagram o Tiktok, que no tienen ningún impacto en tu vida, en cómo gestionas tu tiempo, en lo que haces, en lo que comes o en lo que compras. Porque pudiendo solucionar algo con 91 mensajes de texto en un plazo de dos horas y media, ¿para qué vas a hacer una llamada para aclararte en tres minutos? ¿Estamos locos o qué?

    Y luego: ¿qué es eso de forzarme a responder cuando me llamas? ¿Hay algo más invasivo que llamar por teléfono, si exceptuamos que todo el mundo sepa a qué hora te conectaste por última vez o si has leído los mensajes? Quitando eso, no hay nada.

    Llamar es sólo para las urgencias, de la misma manera que enviar 54 mensajes de buenos días o reenviar a todos tus contactos ese mensaje que te parece un poco gracioso (no mucho) es algo absolutamente necesario para el ejercicio de tu libertad. Como darle like a un mensaje cuando te has quedado sin nada que decir, no sea cosa que la otra piense que no has respondido o no quieres responder.

  • Me han devuelto la cuenta de Twitter

    white and pink digital device

    Ya me han devuelto la cuenta de Twitter. Ha sido entrar y darme cuenta de lo muchísimo que engancha y de que ni Mastodon ni Bluesky están a la altura. Será por allá cantidad de gente que hay, o por lo rápido que va todo, o por la violencia que hay (que te permite desahogarte, pero bien), pero como Twitter ni hay ninguno.

    Estamos intentando encontrar una alternativa a Twitter por lo del imbécil del propietario y el olor a cuñado fascista que hace cuando te logas. Pero igual es una estrategia equivocada. Igual no deberíamos buscar una alternativa a Twitter y dejarla morir, como murieron las otras. Facebook, como dice una muy buena amiga mía, se ha convertido en un vertedero. No entiendo TikTok. Me estoy dejando IG porque el algoritmo ya no me deja ver lo que quiero. Quizá ha llegado el momento de dejar morir las redes sociales.

  • La vida sin twitter es mucho más aburrida. He estado intentando seguir algunas cuentas que me interesan mucho, pero muchas de ellas se han quedado por el camino porque tienen candado y no saben quién soy. Es una lástima, porque no me gustaría perder el contacto con esa gente, si es que al final no puedo recuperar la cuenta. Mastodon no es ni la mitad de divertido, y de la otra red, ni me acuerdo el nombre. Me he desinstalado Instagram, para desintoxicarme… así que aquí estoy. Gritos en el desierto.

    En otro orden de cosas, la vida es lo que ocurre entre actualizaciones de Office. Joder, no sé cuántos gigas llevo ya.

  • ¿Usar mucho Instagram es malo?

    Usar instagram es perjudicial para la salud mental.

    Respuesta rápida: sí.

    Scherlock y Wagstaff (2019) dicen que la exposición a imágenes de otras mujeres, especialmente si éstas son valoradas como físicamente atractivas, correlaciona negativamente con la satisfacción respecto del propio aspecto y la autoestima, lo que aumenta la probabilidad de la aparición de síntomas de tipo ansioso y depresivo. En otras palabras: las mujeres que pasan mucho tiempo en Instagram viendo fotos de otras mujeres consideradas bellas tienden a encontrarse peor, a estar más tristes y/o ansiosas y a pensar que valen menos y son menos atractivas.

    Las autoras se preguntan, muy inteligentemente creo yo, si esto no es lo mismo de siempre; hace décadas que las mujeres están expuestas a imágenes de otras mujeres bellas de forma constante. Hay una diferencia, no obstante: mientras que las modelos se entienden como mujeres hasta cierto punto «extraordinarias» y «excepcionales», las fotos que ven en Instagram son de mujeres «normales y corrientes». E. d., mientras que la comparación con una modelo es difícil porque es un ser humano como de otro planeta, la comparación con estas mujeres «normales y corrientes» es más fácil. No es lo mismo compararse con una cantante que gana millones a espuertas que con la del gimnasio del barrio, que está muy buena y lo sabemos todos. Es precisamente ése el pensamiento que tiende a provocar los sentimientos negativos: «¿por qué ella sí está buena y yo no?».

    Para entender ésto, es útil leer a Liu et al. (2016), que ya dijeron que el uso de las redes sociales aumenta la tasa de comparación social, e. d., la frecuencia con la que nos valoramos a nosotros mismos tomando terceras personas como referencia y no por variables intrínsecas. Vienen a decir que no es lo mismo ser feliz porque algo me hace sentir bien, que serlo porque tengo más que los demás o porque he conseguido publicar una serie de fotos en Instagram sobre un viaje acojonante a las Seychelles o porque ésa ya no me puede mirar por encima del hombro.

    Los efectos de estas comparaciones son más perniciosos cuando la gente que parece común y cercana y al mismo nivel socioeconómico que nosotras publica una foto en la que sale súper bien, parece que se ha tenido que gastar una pasta y se lo está pasando de agasajo. No digamos ya cuando publica una foto en el gimnasio con el hashtag #fitspiration (amalgama de estar «fit» e «inspiration», en inglés, o sea, «estar en forma» e «inspiración»). ¿Por qué esa (o ese) que ya está buenorra (o buenorro) necesita «inspirarse» para estar en forma? O sea, ¿no está contenta ya con tener unas piernas y unas tetas de la hostia, como para que encima nos esté restregando por el hocico al resto del mundo la cantidad de esfuerzo que dedica a estar buenorrísima (o buenorrísimo)? Es que luego me miro y pienso «qué gorda estoy». Y lo que es peor: «no solo estoy gorda, sino que además no hago nada por remediarlo», ya hemos caído en la trampa del «si quieres, puedes».

    Vuelta al principio. ¿Instagram es malo? Sí. Usar Instagram mucho te va a venir del culo para la salud mental. Los datos que recogen Sherlock y Wagstaff sugieren lo siguiente y son muy claros: cuanto más tiempo pasas mirando fotos de Instagram, peor te sientes y más probabilidad habrá de que desarrolles algún tipo de trastorno de tipo ansioso. No es coña: pasar horas en Instagram te hace infeliz y te deprime. Las autoras, además, concluyen que estos efectos se observan más en mujeres jóvenes, pero no porque sean más vulnerables, sino porque usan Instagram más. O sea: la edad no te protege de los efectos perniciosos de esta red, es que eres más viejas y la usas menos. Ya está.

    Ayer lo decía, no sabemos cuáles son los efectos a largo plazo del uso de estas redes sociales. Pero es que aunque haya evidencias de que nos está viniendo fatal todo esto, no sabemos cómo atajarlo. Igualito que fumar, ¿verdad?

  • La dismorfia del selfie

    sufrimiento

    Leo ésto en la web de la UOC:

    Creo que no somos conscientes del impacto que está teniendo el uso de las redes sociales como Instagram sobre nuestro bienestar psíquico. Intuitivamente, sí, todo el mundo lo tiene claro, pero aunque hay un montón de investigaciones sobre cómo nos está afectando, nadie sabe muy bien cómo manejarlo, cómo lidiar con ello sin abandonarlas definitivamente. Compartir fotos con tu gente, en el fondo, no está mal. Habrá gente que necesitará compartir más, otras menos, igual que cuando no existía instagram y nos enseñaban las fotos de la boda o de las vacaciones. Quedas a tomar un café con amigos y unos te cuentan más y otros menos y creo que con las redes sociales, en el fondo, ocurre lo mismo.

    Ahora bien, cuando estamos observando la emergencia de fenómenos y patrones de procesamiento de la información que causan sufrimiento y que surgen de manera tan acelerada, al mismo tiempo que se van desarrollando las nuevas formas de comunicarse, es que ha llegado la hora de que pensemos muy bien hacia dónde vamos: o bien estas tecnologías están empeorando nuestra calidad de vida y nuestra salud mental, o bien estamos generando una alarma innecesaria que tampoco ayuda a gestionar las nuevas situaciones. En cualquier caso, hemos de darle una pensadita a todo esto.