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  • La socialización y su impacto en la prevención del deterioro cognitivo

    La socialización y su impacto en la prevención del deterioro cognitivo

    Durante tres meses, he estado notando que mis funciones cognitivas, sobre todo mi capacidad de hablar con fluidez y mi memoria a corto plazo, que ya están regulinchi, estaban perdiendo fuelle. Un análisis de sangre rutinario dio con la clave: una falta de B12 importante. El tratamiento parece que está haciendo efecto o, por lo menos, está funcionando como placebo. Notar cómo me fallaba la mente me acojonó, sinceramente. Como no soy obsesivo (no, qué va) no se me ocurrió que tenía cualquier movida neurodegenerativa. En absoluto. Ahora que ya puedo respirar fuera de la bolsa me he puesto a pensar sobre el deterioro cognitivo, sobre lo que sientes cuando notas que te falla la cabeza y sobre el envejecimiento. El deterioro cognitivo, sobre todo cuando el cerebro ha sido el centro de tu vida, es una putada, amiguis.

    Nuestras sociedades están envejeciendo rápidamente. Tenemos que tomarnos en serio la investigación sobre deterioro cognitivo: por qué se produce, cuándo aparece y, sobre todo, cómo podemos prevenirlo. Este proceso, que se da tarde o temprano con la edad, puede manifestarse a través de la pérdida de memoria, de la disminución de la capacidad de concentración y de dificultades en el procesamiento de información, que de eso yo sé mucho (y no sólo por la anemia). Resulta que la socialización es una de las herramientas más poderosas y naturales para prevenirlo. Voy a explicar brevemente cómo la interacción social puede actuar como un escudo contra el deterioro cognitivo.

    La importancia de la socialización en la salud cognitiva radica en su capacidad para mantener al cerebro activo y comprometido. Cuando interactuamos con otras personas, intercambiamos ideas y experiencias estamos estimulando la plasticidad de las conexiones neuronales, e. d., que cambien. La neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones, es súper importante para mantener la función cognitiva a lo largo de la vida.

    El estudio de Zunzunegui et al. (2003) reveló que las personas con redes sociales fuertes y activas tienen un menor riesgo de desarrollar demencia y otros trastornos cognitivos. Este estudio sugiere que la socialización no solo proporciona un estímulo mental constante, sino que también ofrece apoyo emocional, reduciendo el estrés y la ansiedad, factores que pueden contribuir al deterioro cognitivo.

    La interacción social también ha sido vinculada a una mejor función cognitiva en adultos mayores. La investigación de Fratiglioni et al. (2000) demostró que los individuos con un alto nivel de participación social presentaban un menor riesgo de deterioro cognitivo. Este estudio, que incluyó a más de 1.200 participantes mayores de 75 años, encontró indicios de que la participación en actividades sociales podría retrasar la aparición de la demencia, debido a la riqueza de estímulos mentales y cognitivos generados por estas interacciones.

    Por otra parte, la socialización puede fomentar comportamientos saludables que benefician la salud cognitiva. Participar en actividades comunitarias y reuniones sociales con mucha gente, como clubes, centros de día, grupos de voluntariado o asociaciones o simplemente jugar a la petanca, no solo mantiene la mente activa, sino que también promueve la actividad física y termina favoreciendo la adopción de una dieta saludable. Un dos por uno.

    La calidad de las interacciones sociales también es importante: no sólo tenemos que promover que los mayores (o nosotros) nos relacionemos más, sino que si estas relaciones son más sólidas y de mejor calidad, su beneficio es mucho mayor. El de Holtzman et al. (2004) demostró que las interacciones positivas y de apoyo están asociadas con una mejor función cognitiva en comparación con las interacciones negativas o conflictivas. Las broncas son malas, quién lo iba a decir. Las relaciones interpersonales saludables, que nos den buen rollo y que nos hagan sonreír pueden proporcionar un sentido de pertenencia y propósito, esenciales para el bienestar emocional y mental. Si estas relaciones te hacen sentir bien, tenderás a buscarlas y a participar más.

    Para maximizar los beneficios de la socialización, es fundamental cultivar y mantener relaciones significativas, que sean importantes para ti y que tú creas que son importantes para el conjunto social. Participar activamente en la vida de la comunidad, mantener el contacto regular con amigos y familiares, y buscar nuevas oportunidades para interactuar pueden ser estrategias efectivas para proteger la salud cognitiva.

    Las interacciones sociales no solo estimulan el córtex, la parte del cerebro que habitualmente se conoce como la que piensa, sino que también proporcionan apoyo emocional y fomentan comportamientos saludables. Nos olvidamos a veces de que el cerebro no sólo piensa: también siente. Si ponemos estas dos partes en marcha y hacemos que funcionen correctamente, tanto mejor. Puedes hacer sudokus, leer, estudiar y todas esas cosas que nos dicen que son buenas para el mantenimiento de nuestro cerebro. Pero tener una vida social activa y rica en relaciones significativas puede ser una de las estrategias más efectivas para preservar la función cognitiva a lo largo de la vida.

    Referencias
    
    Fratiglioni, L., Paillard-Borg, S., & Winblad, B. (2004). An active and socially integrated lifestyle in late life might protect against dementia. The Lancet Neurology, 3(6), 343-353.
    
    Holtzman, R. E., Rebok, G. W., Saczynski, J. S., Kouzis, A. C., Wilcox Doyle, K., & Eaton, W. W. (2004). Social network characteristics and cognition in middle-aged and older adults. The Journals of Gerontology Series B: Psychological Sciences and Social Sciences, 59(6), P278-P284.
    
    Zunzunegui, M. V., Alvarado, B. E., Del Ser, T., & Otero, A. (2003). Social networks, social integration, and social engagement determine cognitive decline in community-dwelling Spanish older adults. The Journals of Gerontology Series B: Psychological Sciences and Social Sciences, 58(2), S93-S100.