Es la nueva palabra de moda que todo niñato utiliza, sobre todo si va de moderna. Pero ¿qué significa «invalidar» y por qué que tu pareja te diga que no te entiende no significa que te esté invalidando. No uses la palabra a la ligera.
En psicología, «invalidar» se refiere a desacreditar o negar las emociones, pensamientos o experiencias de otra persona. Invalidar a alguien implica no reconocer sus sentimientos, percepciones o vivencias, lo cual puede tener efectos negativos en la salud mental y emocional de la persona afectada. La invalidación puede ocurrir de manera consciente o inconsciente y puede tener lugar en diversas relaciones, como en la familia, en la pareja, en el trabajo o en la amistad. La invalidación es peligrosa porque en el momento en que la persona a quien no se le reconoce la autonomía para pensar o sentir deja pasar ese tipo de situaciones, se crea un precedente muy peligroso que puede terminar en una espiral de toxicidad de la que es muy difícil salir. Una vez puesta en marcha esa espiral, generalmente se sale cuando se produce la ruptura.
Pero ojo, que no estar de acuerdo con alguien o no entender lo que la otra persona te está contando no necesariamente implica invalidar sus emociones o experiencias. Puede parecerlo, pero no lo es. Puedes tener opiniones diferentes sobre un tema y expresar tus puntos de vista de manera respetuosa sin negar los sentimientos o experiencias de la otra persona. La clave está en la empatía y la comprensión.
Decir algo como «no entiendo lo que me estás diciendo», «yo no lo veo así» o «creo que estás equivocado» no es invalidar. Es no entender, no estar de acuerdo o pensar que las consecuencias de tus acciones no son las que andas buscando. Eso es legítimo. En este caso, estás reconociendo los sentimientos de la otra persona antes de compartir tu propia opinión. La validación emocional implica respetar los sentimientos de los demás, incluso si no estás de acuerdo con ellos. Puede que no te guste escuchar lo que te están diciendo, puede que no estés explicándote bien o puede que lo que estés diciendo no tenga sentido para esa persona. Pero no te está invalidando.
Ejemplos en la pareja
Un ejemplo de invalidación sería lo siguiente: le dices a tu pareja que estás muy enfadado por lo que te ha hecho. Él o ella te contesta algo así como «venga, si no ha pasado nada, no es para tanto». No está reconociendo tu derecho a que te sientas así, el subtexto es «eres un exagerardo, estás sacando las cosas de quicio». O por ejemplo cuando dices que te has desenamorado y te contesta que es que estás pasando una mala racha y que tienes que dejar pasar el tiempo, que seguro que lo verás de otra forma en unos días.
No hay invalidación si, por ejemplo, dices que lo vuestro no tiene solución y la otra persona te dice que podéis hacer esto o lo otro. No está discutiendo que veas un problema, te puede estar diciendo que sí existe esa situación; simplemente te propone soluciones para resolverla. O cuando le dices que es que te encuentras a disgusto por la razón que sea y te dice que necesita que le expliques más, porque no lo entiende. No te está cuestionando lo que sientes, simplemente te dice que no comprende las razones. La diferencia es grande. ¿Por qué no te está entendiendo? ¿Es posible que no estés diciendo la verdad? Muchas veces es por eso. Y ahí, cari, quien está intoxicando el diálogo eres tú.
¿Por qué estás hablando de «invalidación»?
Es posible que alguien de tu entorno, cuya opinión respetas y aprecias, te haya mencionado la palabra «invalidar» y que se haya referido a tu pareja en esos términos. Pero eso no quiere decir que sea verdad: averigua si la persona que te dice que tu pareja te está invalidando realmente sabe lo que está diciendo y reflexiona sobre las consecuencias que tiene creerte lo que te dicen los demás, sobre todo si su madurez y su capacidad de reflexionar sobre el asunto viene de la experiencia o de lo que ha visto en Instagram. Probablemente te haya ofrecido una palabra muy molona para algo que no sabes decir de otra manera. O porque prefieres decir eso que algo a lo que no te atreves. O quizá te parezca cómodo para justificar una acción de la que no estás seguro. Tú verás.
Acusar a alguien de que te está invalidando cuando no está de acuerdo es igual de feo que decir que te está acosando o que tiene una enfermedad mental. No soluciona el problema y puedes herir a la persona a la que estás acusando. Y esa herida sí puede ser incurable.
Por favor, no seas niñato y no lo hagas. Ir de moderna, utilizar terminología de psicólogo de Instagram y luego ser más antigua que los cócteles de gambas dice poco de ti. Y lo poco que dice no es bueno.