Llevo desvelado un buen rato y son casi las ocho de la mañana del domingo 22 de septiembre de 2024. He desayunado y del aburrimiento (porque no puedo concentrarme para trabajar) me he puesto a limpiar el baño. He usado un spray del que me habían hablado y del que aquí son muy fans.
No es que funcione especialmente mejor que otros productos, pero es rosa y me estoy aficionando a las cosas rosas. Empecé para dar ejemplo de que los niños también pueden tener cosas de color rosa, igual que las niñas y los tíos raros como yo. Y ahora se me ha ido de las manos. Pero además de que sea rosa, es que el olor me la pone dura. No huele a lejía pero sabes que está limpio (o te lo hace creer, que es lo importante). La pantalla del portátil te la deja como los chorros del oro. Es como el Cillit Bang, pero sin el olor ese asqueroso. Luego lo pruebo en el horno.
Mirad si estoy aburrido, oye… y que conste que no me pagan por esta review.
Que tengan que venir a ayudarme con casi todo me desespera. Por lo menos no voy a pasar la ITV yo. Qué bien tener amigos que me ayuden con esto. Me han llevado el coche al taller para cambiarle los frenos, los filtros y dejármelo a punto para pasar la revisión.
Son las 14:13 y han venido unos compañeros a traerme comida preparada para dejarla en el congelador y para cenar esta noche (lo que, en teoría, debería ocurrir en cuatro horas y no va a pasar). Me quejo porque quiero quejarme.