• ¿Quién se ha comprado una olla arrocera nueva? ¿Quién?

    Sin la anterior no habría podido sobrevivir. Dios salve a la olla arrocera.

  • Otra vez igual. Me he levantado a las 6:30 de la mañana, totalmente despejado y descansado. En vez de anestesiarme con vídeos sobre temas que abarcan desde la cocina con Thermomix hasta la construcción de megaestaciones ferroviarias en China, me he dedicado a leer. Pero mi Tedeá es muy caprichosa (sí, su nombre se escribe con mayúscula, como todos los nombres propios) y ha decidido que hoy me tenía que dedicar a dos áreas del conocimiento humano: las doce tribus de Israel y las anomias, que es el fenómeno por el que hay personas que no pueden usar nombres comunes. Eso lo explicaré otro día.

    Dos cosas tienen que quedar claras aquí: la primera es que parece que las nuevas rutinas me han cambiado el horario. Quién me ha visto y quién me ve, yo que era de los de dormirme a las seis de la mañana. La segunda es que Tedeá me da superpoderes y es la responsable absoluta de que sea una máquina de almacenar datos inservibles excepto cuando tienes que echar una partida al Trivial Pursuit. No recordaré dónde están las llaves, pero sí la fundación del Reino de Judá y que los macabeos eran unos intransigentes que detestaban la influencia griega.

    Los griegos, ay los griegos.

  • 6.44 de la mañana y sereno. 6.44 de la mañana del sábado 28 de septiembre. Llevo toda la semana levantándome entre las 4.45 y a las 5.00 y ahora pasa lo que pasa. Estoy descansado, he dormido perfectamente. Pero no son ni las siete de la mañana de un sábado y ya estoy danzando.

    Por cierto, estoy escuchando a los cuervos gritar como locos.

    Ayer por la tarde vino mi ex-jefe y buen amigo a visitarme después del incidente. Lo vi muy triste y con una cogorza del copón. Me contagió esa tristeza. No pude venir a su boda y eso me jodió. Que tengo «excusa», como él me dijo bromeando. Pero eso no hace que deje de joderme.

    Estoy empezando a getting into terms with the fact that my life is here instead of 2000 km to the south, que es lo que le dije a él. Se alegró por alguna razón que no entiendo muy bien.

    Me he dado cuenta de que después de todos estos años he sido capaz de crear una red de amigos aquí. No dejo de tener los de casa, pero estos también son buenos. Debería aprovecharlos.

    Qué lío de texto. Allá va, publicado sin más, sin editar y sin releer. A tomar por ichi. Esto no lo lee ni Peter de todas formas.

  • Hoy tengo una reunión en la que tengo que decidir el futuro de muchas personas.

    Cada semana hago check en uno de los grandes factores de estrés que una persona puede vivir a lo largo de su vida.

    El equipo de guionistas de mi vida se droga y no ha dormido bien desde hace dos meses. Todos el equipo necesita pasarse unas semanitas en el Proyecto Hombre.

    Este blog es mío y lo uso para lloriquear cuando me peta.

    Ojalá estar aquí de nuevo.

  • Estoy en un momento de mi vida en el que una taza de té lo soluciona todo. Soy una mezcla entre una marica de barrio e Isabel II. Parece que mi vida sea un capítulo de Downton Abbey. No es que lo parezca, es que lo creo yo.

    Ya he dicho la tontería del día.

  • Tengo que tomar una decisión que le va a joder la vida a una persona y no quiero. Es la primera vez y no estoy preparado. Sé que es lo que hay que hacer, lo mejor para la institución para la que trabajo y para todas las personas implicadas. Pero me horroriza pensar en lo que tengo que hacer.

  • Por fin me han dado buenas noticias. La infección está bajo control, la operación está curando de puta madre y han decidido que me mandan a rehabilitación ya. Que puedo quitarme las muletas a mi ritmo y tal.

    La rehabilitación la haré en el mismísimo Hobbiton, no tengo que ir en mula a Rohan para que me atiendan. Que cuando me sienta seguro podré conducir y tal.

    Yipi.

  • Hoy ha sido un día muy largo en el trabajo. Me han recogido a las 6:30 de la mañana y he llegado a las 7:00. A partir de ahí todo ha sido un no parar de reuniones en las que no he podido hacer nada más que recoger información y escribir una lista muy larga de tareas que tengo que completar. Me he puesto a las 11:15 a trabajar y a las 11:30 he tenido que parar para el almuerzo (o sea, la comida, sí a las 11:30). He parado porque después de haber estado tanto tiempo fuera, la gente tiene que verme allí. Tengo la teoría de que sólo conque me vean, la mitad de la histeria generalizada que se ha apoderado de la institución se disolverá a la mitad. He comprobado que la mitad de mi trabajo es socializar, apoyar y evaluar el trabajo de los demás, más que ponerme yo a hacer algo concreto.

    ¿Quién me iba a decir esto cuando cambié de trabajo?

    Echo de menos dar clases. Lo echo mucho de menos. Muchísimo.