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Sigo sin poder moverme de Valencia y sin muchas ganas de escribir por que tengo la cabeza pendiente de otras cosas. De la recuperación, de la ITV del coche (sí, la ITV de un coche que está a 2000 quilómetros de aquí) y de qué me voy a encontrar a mi vuelta, por ejemplo. Necesito volver a coger la rutina y poder centrarme en lo que me gusta: lo que he estado haciendo estos dos últimos meses pero porque yo lo decida y no por haber estado convaleciente.
A veces es muy difícil no quejarse de la vida, aunque lo tengas todo. Es cierto que hay muchas personas que lo están pasando peor que yo, y eso me hace sentir culpable por quejarme. Al comparar mi sufrimiento con el de los demás me parece que soy un niño mimado que lo he tenido todo en la vida y que no tengo derecho a sentirme mal.
También sé que las experiencias humanas son relativas, y lo que a uno le afecta profundamente puede parecer insignificante para otro. Todos tenemos nuestras propias movidas, y minimizar el propio dolor no lo hace desaparecer y es posible que, incluso, sea perjudicial.
Es injusto añadir una capa de culpabilidad a una experiencia que es dolorosa. Creo que todas merecemos un espacio para sentir y procesar nuestras emociones y nuestras vivencias, sin necesidad de compararlas constantemente con las de los demás. Al final, el sufrimiento no se mide en una escala universal, y tenemos el derecho a cuidarnos y darnos permiso para sufrir, sin importar lo que esté sucediendo alrededor.
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Cuando uno está enfermo, todo el mundo parece saber exactamente lo que debes hacer. Es como si tu salud fuera un tema de dominio público y todos tuvieran la receta mágica para solucionarlo. Lo saben todo y no dudan en compartir su opinión de mierda, aunque nadie se la haya pedido.
Lo peor es que, si les dices algo, de inmediato pasas a ser un borde que no sabe aceptar ayuda, el arrogante que no sabe aceptar un consejo y el soberbio que siempre piensa que lo hace todo bien. Si me quedo en silencio termino enredado en un mar de consejos no solicitados, como si de repente fuera incapaz de pensar por mí mismo, como si fuera estúpido.
¿Por qué la gente no puede callarse? Si no he pedido tu opinión de mierda, ¿por qué insistes en dármela? Solo quiero silencio, porque mi vida no es mi enfermedad. De verdad que no lo es.
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La manera en la que cada enfermo vive un síntoma, como es el caso de la fiebre, es única. De la misma manera que, ante un dolor exacto, dos personas lo toleran de forma muy distinta, igual ocurre con el aumento de la temperatura corporal. Por este motivo es importante realizar un registro de la temperatura corporal en los procesos infecciosos, siendo el método más recomendable la medición axilar mediante termómetros de contacto. Dos personas pueden tolerar la fiebre de manera muy diferente, sin embargo, debemos guiarnos por medidas objetivas como la medición de la temperatura corporal. Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, visitar la página.
A ver si entendemos que las experiencias humanas son individuales y son muy difíciles de cuantificar.
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Sigo recuperándome de todo. No hay cambios significativos y mi desesperación está llegando a las estrellas. ¿Que de todo se aprende? Es posible, ahora no lo veo, quizá mañana sí.
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Qué mal llevo las mentiras. Dos años y pico mintiéndome. Dos años y pico, que se dice pronto. Y no te llega para pensar que igual poniéndolo en todas las redes sociales me voy a enterar. Kary, ¿a que al final sí vas a tener un problema de desarrollo cognitivo?
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Hoy hace un mes que el movimiento de un amigo cambió mi vida para siempre. Está siendo una travesía en el desierto que no me esperaba. El sufrimiento mental lo llevo peor que el otro dolor. Ése está desapareciendo y si no, el dexketofreno es mi mejor aliado.
Socorro.
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Alain Delon o la misoginia y la homofobia sublimadas por ser oficialmente guapo. El guapo que aplaudía los éxitos y el discurso de la ultraderecha.
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Entro solo para decir que creo que he comido lo más picante que he probado en mi vida. Cuando esto salga, no me va a hacer falta un telescopio: voy a ver todas las estrellas de aquí hasta la galaxia de Andrómeda.